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En medio de la pandemia de COVID-19, la confianza en las noticias crece, pero América Latina está por debajo del promedio mundial

Si bien la confianza en las noticias aumentó en 2021, los países de América Latina tienen tasas más bajas que el promedio mundial. Esta es una de las principales conclusiones de la décima edición del Digital News Report, del Instituto Reuters, publicado este miércoles 23 de junio. Una versión en español estará pronto disponible.

A nivel mundial, la confianza en las noticias creció 6 puntos porcentuales y alcanzó el 44%. Es decir, de cada 100 personas que participaron en la encuesta, 44 respondieron que confían en las noticias la mayor parte del tiempo. Finlandia (65%) lidera la clasificación mundial de confianza en los medios, mientras que Estados Unidos es el que menos cree en las noticias (29%).

Newman: ‘a mídia teve um papel informativo crítico e valioso num momento de crise’

Nic Newman: “Los medios de comunicación jugaron un papel crítico y valioso en informar a la gente en un momento de crisis”.

“Diferentes factores están en juego en diferentes países, pero hasta cierto punto esto es un reconocimiento de que los medios de comunicación jugaron un papel crítico y valioso en informar a la gente en un momento de crisis. COVID también ha eliminado algunos de los debates militantes que sabemos que han socavado la confianza en las noticias, al menos en algunos países, y esto probablemente también contribuya a aumentar la confianza”, dijo Nic Newman, uno de los autores de la encuesta, a LatAm Journalism Review (LJR). “Por supuesto, Estados Unidos es una excepción aquí, ya que hemos visto debates divisorios sobre una ‘elección robada’ y la raza. Es uno de los pocos países donde la confianza en las noticias no ha aumentado este año”.

En los seis países latinoamericanos incluidos en el informe, la confianza general en las noticias alcanza el 40,5%. La confianza es menor en Argentina y Chile (36%) y mayor en Brasil (54%). A pesar de ello, todos los países siguieron la tendencia de aumento de la confianza en las noticias, a excepción de México (37%), donde cayó 2 puntos porcentuales para llegar a 37%. En Colombia y Perú, incluidos por primera vez en el informe, la confianza en las noticias es de 40%.

En México, los ataques diarios del presidente Andrés Manuel López Obrador a la prensa explican la tendencia a la creciente desconfianza pública, según el informe. En las mañaneras, como se denominan los reportes matutinos diarios del presidente transmitidos en vivo por televisión, “los periodistas que lo desafían se encuentran al final de un ataque verbal”. Mientras que “el presidente se está volviendo más popular y la gente confía menos en los medios”.

En Argentina, una de las razones de la baja confianza en los medios (36%) es la polarización de la cobertura, con medios que apoyan y otros que se oponen a la Casa Rosada, dice el informe. Aun así, la confianza creció 3 puntos porcentuales.

En Chile, los efectos de las manifestaciones populares a fines de 2019, antes de la pandemia, aún explican el nivel de confianza en los medios. Hubo un crecimiento de 6 puntos en 2021, el más alto del continente, pero la tasa actual del 36% sigue estando 10 puntos por debajo de la registrada antes de las protestas.

Brasil es un caso único en la región, con un índice de confianza del 54%. Según el informe del Instituto Reuters, “la incertidumbre generada por la crisis de salud aparentemente ha fortalecido el apetito del público por información confiable”.

“La gran prensa brasileña adoptó una postura alineada con las recomendaciones de la ciencia. A diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, por ejemplo, no hay canales de noticias que cuestionen la efectividad de las vacunas”, dijo a LJR el periodista Rodrigo Carro, quien escribe la sección dedicada a Brasil en el estudio.

Mitchelstein: ‘os argentinos são desconfiados dos meios em geral, mas confiam na sua capacidade de discernir o verdadeiro do falso’

Eugenia Mitchelstein: “La ciudadanía argentina es desconfiada de los medios en general, pero sí confía en su propio criterio y capacidad de discernir lo verdadero de lo falso”.

El informe también registra el nivel de confianza en los medios de información que utilizan los encuestados para obtener información. En Argentina alcanza el 47%, 11 puntos porcentuales más que el promedio de confianza de los medios en general.

“Aunque no se hizo esa pregunta en la encuesta, sabemos por trabajos nuestros que la ciudadanía argentina es desconfiada de los medios en general (y de otras instituciones), pero sí confía en su propio criterio y capacidad de discernir lo verdadero de lo falso, entonces no es sorprendente que confíen más en los medios que ellos eligen”, dijo a LJR Eugenia Mitchelstein, directora del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de San Andrés, en Argentina.

La media global de confianza en los medios que consumen los encuestados es del 50% (seis puntos más que la confianza general). En Brasil, es del 52%. Le siguen Colombia (45%), México (43%), Perú (43%) y Chile (39%) (ver gráfico).

La confianza en los medios es menor en América Latina en comparación con el promedio mundial. (Infografía: LJR)

 

 

Según Carro, el hecho de que Brasil sea el único país de la región donde los encuestados confían menos en las noticias que consumen (52%) que en las noticias en general (54%) probablemente se deba al alto uso de redes sociales como fuente de información. Los brasileños se encuentran entre los que más información obtienen, por ejemplo, por WhatsApp (43%) y Facebook (47%).

“La pandemia, sumada a la polarización que se ha apoderado de las redes sociales y las aplicaciones de mensajería instantánea en los últimos años, aparentemente llevó a los brasileños a cuestionar la credibilidad del contenido transmitido por estos canales”, dijo Carro.

La encuesta también muestra que algunos medios nativos digitales de investigación periodística ya están siendo citados entre los más consumidos y de mayor confianza en América Latina. Estos son los casos de Ojo Público e IDL-Reporteros (Perú), CIPER (Chile), La Silla Vacía (Colombia) y Animal Político (México).

Cueva Chacón: ‘os meios nativos digitais que surgiram nos últimos cinco a 10 anos no Peru são vistos como mais independentes’

Lourdes Cueva Chacón: “Los medios nativos digitales que han aparecido en los últimos cinco a 10 años en el Perú se perciben como más independientes”.

“En el caso específico de Ojo Público e IDL-Reporteros, estos medios ya tienen alrededor de una década produciendo periodismo de investigación. A riesgo de enojar a divisiones de investigación de medios como La República y El Comercio, me atrevería a decir que son los herederos del gran periodismo de investigación que hubo en El Perú en los años 80 y 90”, dijo a LJR Lourdes M. Cueva Chacón, de la San Diego State University. “En adición a eso, los medios nativos digitales que han aparecido en los últimos cinco a 10 años en el Perú se perciben como más independientes”.

Medios impresos y pagos digitales

Si bien la pandemia de COVID-19 ha contribuido a aumentar la confianza en las noticias, ha puesto otro clavo en el ataúd de los medios impresos, “en parte debido a las restricciones de movimiento y en parte debido al impacto asociado con los ingresos por publicidad”.

La fuerte caída de los medios impresos fue mayor en los países más ricos donde la circulación de periódicos es tradicionalmente más alta. En América Latina, esta aceleración supuso el fin de algunas publicaciones en papel. En Chile, el popular diario La Cuarta dejó de circular en formato impreso y La Tercera, del mismo grupo, suspendió la edición en papel los días laborables. El Mundo (Colombia), El Bocón (Perú) y Jornal do Commercio (Brasil) también finalizaron sus ediciones en papel. También en Brasil, O Globo retiró la edición impresa de los quioscos de la capital Brasilia, y la revista Época, del mismo grupo, dejó de circular.

“Como en otros lugares, las ventas de productos impresos se vieron muy afectadas, lo que aceleró las tendencias estructurales de los últimos años. Las restricciones de movimiento y desplazamiento afectaron las ventas de los quioscos de periódicos en toda la región y, en algunos casos, la gente estaba preocupada por contraer el virus en los periódicos impresos ”, dijo Newman.

En otros casos, la crisis económica generada por COVID-19 llevó a la creación o profundización de sistemas de pago. Este es el caso del colombiano El Tiempo, que lanzó el suyo en octubre de 2020. El Perfil Argentino lanzó su sistema en septiembre de 2020. “Cada día se nos hace más difícil sostener estructuras que nos permitan hacer periodismo crítico, incisivo, molesto para el poder y por definición costoso”, escribió Agustino Fontevecchia, director ejecutivo y digital de la publicación al anunciar el muro de pago a los lectores.

Sin embargo, “el progreso general sigue siendo lento. En 20 países [ricos] donde los editores han estado promoviendo activamente las suscripciones digitales, y que hemos estado monitoreando desde 2016, encontramos que el 17% dijo que pagaron por algún tipo de noticias en línea el año pasado”, señala el informe. “La gran mayoría de los consumidores en estos países continúan resistiéndose a pagar por cualquier noticia en línea”.

En los seis países de América Latina encuestados, la tasa de lectores que pagaron por noticias en línea es del 15% en promedio entre los encuestados. En este sentido, México tuvo el mayor resultado (18%), segundo por Brasil (17%), Perú (16%), Argentina (15%), Colombia (15%) y Chile (12%).

“La capacidad de pago en Colombia también es limitada y muchos hogares prefieren tener una suscripción a Netflix que acceder a servicios de información pagos. La poca intención de pago muestra que el modelo de los muros debe ser complementado con otras estrategias a fin de obtener recursos de distintas fuentes y diversificar los negocios de forma innovadora”, dijo Víctor García Perdomo, director del doctorado en comunicación de la Universidad de La Sabana en Colombia, a LJR.

Según Newman, las cifras para América Latina deben evaluarse con cautela, ya que la muestra de la encuesta tiene una mayor proporción de personas con un mayor nivel de educación y que tienen más probabilidades de consumir noticias pagas.

“Los datos de la industria nos dicen que las cifras (como proporción del pago por noticias) son bajas en América Latina. Aunque algunos editores en Brasil y Argentina (y ahora Colombia) han estado pidiendo a la gente que pague durante algún tiempo, el número de suscriptores que pagan sigue siendo muy bajo en relación con la población en general”, dijo Newman. “¿Por qué es eso? Probablemente una combinación de factores, [como] menor uso de lecturas/ impresos que muchos países europeos, menores ingresos disponibles y el hecho de que la mayoría de las noticias son gratuitas en internet. Hasta hace poco, había muy pocos editores que intentaran cobrar por las noticias en línea”.

 

*Este artículo fue escrito originalmente en portugués y fue traducido por Silvia Higuera.

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