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En Manta, Ecuador, periodista combina noticias con flores

A las 4:00 de la mañana, mientras su ciudad aún duerme, Johnny Lucas ya está despierto. Se prepara para llegar a la emisora donde colabora en un noticiero de 5:00 a 8:00 am. Para entonces, su jornada apenas ha comenzado. El resto del día se dedica a reportar y publicar en su propio medio Punto de Vista Manabí.

Lucas repite la rutina de lunes a sábado. Y el domingo, en lugar de descansar, madruga de nuevo para atender un puesto de flores frente al Cementerio General de Manta, ciudad pesquera de la costa ecuatoriana. Lo que comenzó como apoyo a una tradición familiar hoy representa parte de su supervivencia frente a la precariedad del periodismo en Ecuador.

Su caso es similar al de muchos periodistas ecuatorianos que ejercen sin un sueldo digno ni seguridad social, de acuerdo con un informe de este año de la organización Periodistas Sin Cadenas. Para mantenerse, muchos comunicadores ecuatorianos deben combinar sus tareas informativas con trabajos paralelos.

“Lo más difícil es levantarse en horas de la madrugada de lunes a sábado, y el día domingo lo mismo”, dijo Lucas a LatAm Journalism Review (LJR). “No hay un descanso normal”.

Ecuadorian journalist Johnny Lucas speaks on the microphone during a radio news broadcast.

Johnny Lucas colabora en una estación de radio de lunes a sábado, además de administrar su propio medio digital. (Captura de pantalla de un Facebook Live de Radio La Voz 1570)

 

 

Flores y Facebook

Egresado de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, Lucas, de 53 años, es periodista de profesión. Su relación con las flores tiene que ver con la historia de su familia. Su madre comenzó en el negocio ayudando a una señora que traía flores de la sierra ecuatoriana a vender a Manta, dijo. Posteriormente su madre puso su propio puesto de flores afuera del cementerio, donde Lucas, desde los 14 años, le ayudaba.

Con el paso del tiempo, uno de los hermanos de Lucas abrió una florería. Y a la muerte de la madre, otra hermana del periodista heredó el puesto del cementerio.

Pero Lucas decidió seguir otro camino. Se graduó de bachillerato como mecánico automotriz, ingresó a la carrera de Computación y luego la cambió por Comunicación, en el área de Periodismo.

Lucas financió sus estudios universitarios con empleos en la construcción, principalmente en la fundición de losas. Dice que comenzó su carrera mediante pasantías en la radiodifusora Cenit y en la sede en Manta del Diario El Mercurio, hoy desaparecidos. Luego comenzó a tener trabajos más formales en otros medios de su ciudad, como el Diario Metropolitano, Radio Colón y Diario El Manaba.

Pero incluso cuando ya ejercía el periodismo, Lucas seguía ayudando a sus hermanos en la venta de flores, sobre todo a su hermana, quien tenía problemas de salud. “Los domingos me sacrificaba un poco y la iba a ayudar. Siempre estaba ahí, créeme, no me sentía obligado, pero era mi hermana y era el único sostén que la mantenía”, dijo.

Pero esa ayuda a su hermana pronto se volvió ayuda también para él. Durante los tres mandatos sucesivos del Presidente Rafael Correa, de 2007 a 2017, decenas de medios cerraron por asfixia económica, y otros fueron clausurados o incautados por las autoridades. Los medios en los que trabajaba Lucas fueron parte de esa estadística.

Por si fuera poco, el terremoto que azotó Ecuador en abril de 2016 terminó por liquidar decenas de medios en el Ecuador, incluidos la mayoría de las provincias costeras de Manabí y Esmeraldas, según la organización independiente de Fundamedios. Fue entonces cuando Lucas comenzó a enterarse de que algunos colegas estaban incursionando en el “periodismo virtual”. Es decir, creando plataformas informativas en internet, y con ello sus propias fuentes de empleo.

Uno de esos periodistas fue Gerardo Delgado, un conocido reportero de la televisión local, quien en 2020 lanzó el canal digital Ola Manta, con el que se volvió ampliamente popular en esa ciudad al recorrer las calles y abrir el micrófono a los problemas de la gente, hasta que fue asesinado a tiros en 2022.

El primer acercamiento de Lucas al periodismo en línea fue justamente en Ola Manta, en cuya creación participó, al lado de Delgado. A los pocos meses del lanzamiento de Ola Manta, Lucas contrajo COVID-19 y estuvo hospitalizado por dos semanas. A su salida, se planteó el reto de crear su propio medio digital. Así nació Punto de Vista Manabí, una página informativa basada en Facebook en la que Lucas cubre todo tipo de noticias en Manta y poblaciones aledañas.

En el sitio hay información sobre política, economía, y problemas de las comunidades. Pero Lucas admite que da cierta prioridad a los temas de nota roja, que es lo que, dijo, más consume la audiencia. “Tú sabes que a la gente le gusta el morbo y para tener seguidores, para que la gente me siga, el tema de la crónica roja tiene que ir, sí o sí”.

Actualmente, Punto de Vista Manabí acumula 12 mil seguidores. Esa audiencia le permite generar ingresos mediante la venta de coberturas comerciales a negocios o instituciones locales, estrategia que han adoptado muchos periodistas ecuatorianos con emprendimientos digitales.

Lucas sabe que con ese número de seguidores podría monetizar su página de Facebook, dado que supera los 10 mil que exige el programa de monetización de contenido de Meta, pero dice que no ha concretado ese proceso por falta de tiempo y conocimientos técnicos.

“Algunos compañeros acá que tienen un gran número de seguidores monetizan todo”, dijo. “Lo mío son las entrevistas pagadas, coberturas pagadas, cuando alguna empresa que por ahí te invita a [cubrir] una inauguración”.

Tres empleos para un salario mínimo

Con sus trabajos en la radio, su medio digital y la venta de flores, Lucas gana el equivalente a un salario mínimo mensual. “Y a veces un poquito más”, dijo. Con eso debe sostener los gastos de su casa y sacar adelante a su nieto de 12 años, quien es ahora su única compañía tras el fallecimiento este año de su hermana.

“Él estudia y estoy yo prácticamente costeando sus estudios. Yo pago servicios básicos acá: agua, luz, teléfono, internet, y comida”, dijo. “A veces cuando tengo tiempito, vengo a la casa y, no es que sepa hacer grandes cosas, pero sí me defiendo también en la cocina”.

Con la muerte de su hermana, el hermano de Lucas dueño de la florería le pidió hacerse cargo por completo del puesto en el cementerio. “Mi mamá hacía eso, mi hermana lo continuó, yo le iba a ayudar. Y ahora como ellas fallecieron, yo estoy allí”, dijo.

Cada domingo, Lucas llega entre 5:30 y seis de la mañana a instalar el puesto y armar los arreglos y ramos antes de la apertura del cementerio a las 8:00 de la mañana. De ese modo, aprovecha mejor el horario de mayor flujo de visitantes, dijo.

Con casi 40 años en el negocio, Lucas ha aprendido las técnicas para crear todo tipo de ramos y arreglos.

“No soy un maestro, mi hermano sabe hacerlo mucho mejor”, dijo. “Con los años aprendes cómo se hace, se vuelve una rutina. La experiencia hace al maestro. Tengo muchos años en este tema, práctico viendo, observando. Se aprende muchas veces preguntando”.

Normalmente se retira al mediodía, a menos que sea un día festivo, como el Día de la Madre o el Día de los Fieles de Difuntos, que es cuando hay mayores ventas, dijo. Pero si el deber periodístico lo llama, no duda en levantar el puesto antes de la hora habitual.

“Cuando hay alguna actividad con antelación que alguien me hace, digamos una cobertura, yo voy para donde mi cobertura. Y le digo a mi hermano ‘¿sabes qué? Ahora termino’, y me voy”.

A pesar de los bajos ingresos, la falta de descanso y de garantías laborales, Lucas sigue informando porque cree en el valor de la información. Ante la pregunta de si ha pensado dejar el periodismo, su respuesta es contundente:

“No, no lo he pensado. Esto es lo que yo sé hacer”.

Este artículo es parte de una serie sobre periodistas que complementan su empleo con labores fuera del oficio.

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