Antes de que Luis Enrique Núñez empezara a dirigir y presentar dos noticieros digitales, pasó años armándose la vida como podía — y persiguiendo su sueño de ser periodista.
Núñez, de 34 años, conduce un noticiero para audiencias generales y otro dirigido a personas jóvenes en su ciudad natal de Buenaventura, el puerto más grande de la costa pacífica colombiana. Su camino ha pasado por trabajos informales, la venta de minutos de celular y hasta emprender un pequeño negocio de bebidas típicas de viche.
“Es necesario tener esa empresa, aparte otro ingreso y aparte otro ingreso”, dijo Núñez entre risas a LatAm Journalism Review (LJR). “Uno hace esto más que todo es por amor, porque el periodismo no es que te vaya a hacer rico”.
Su experiencia no es la excepción en Colombia. Una encuesta publicada este año por la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) encontró que casi la mitad de los periodistas obtienen la mayor parte de sus ingresos fuera de la profesión. Otro estudio, de la Universidad del Rosario, reportó que más de la mitad está considerando abandonar el oficio debido a las condiciones laborales precarias.
“Sí he pensado en abandonarlo”, dijo Núñez. “La primera vez cuando nació mi hijo. Él nació en julio en plena pandemia y no había trabajo. No es lo mismo vivir dos personas que pueden decir ‘bueno hoy comemos arroz con huevo y tomate’, a tener un bebé que te va a llorar por leche, pañales y demás”.
Aun así, el periodismo es el trabajo que lo mueve, y al que le sigue invirtiendo y trabajando a diario para poder seguir ejerciendo.
Núñez ha sido inquieto desde pequeño — “siempre con ese objetivo de avanzar”, le dijo a LJR su mamá, Rosa Caicedo.
Obtuvo títulos técnicos en metalistería, contabilidad y finanzas, y comercio exterior. Se mantuvo trabajando en un poco de todo, o como le gusta bromear: Haciendo “diferentes agüitas aromáticas”.

Antes de dedicarse al periodismo, Luis Núñez vendía minutos de telefonía celular en una esquina de Buenaventura. (Foto: Cortesía)
Su primera oportunidad en los medios llegó en 2010, cuando fue invitado a presentar “Aló DJ” en el canal local Telebahía. Para pagar cursos de reportería, edición y cobertura de conflicto, recurrió a uno de los emprendimientos más comunes en Colombia durante los años 2000: la venta callejera de minutos de telefonía celular.
Poniéndose un chaleco que anunciaba su servicio, él y Caicedo se ubicaban en una esquina frente a Rico Marisco, un restaurante muy concurrido cerca del puerto de Buenaventura. Y les fue bien. En su mejor momento, rotaban entre 10 celulares y algunos días vendían unos a COP $300.000 (US $80) en minutos.
“Yo le hablaba mucho a la gente que de aquí a 3 años yo iba a tener mi título de periodista, iba a salir en televisión”, recuerda Núñez. “Y es una anécdota que yo siempre cuento porque recordar algo y ahora haberlo hecho en realidad después de casi 7 años”.
Caicedo dijo que siempre apoyó las ambiciones de su hijo, aunque le preocupaba lo que implicarían.
“A mí no me gustó porque aquí no le valoran mucha cosa a ellos” los periodistas, dijo. “Aquí no les pagan bien. Tienen mucho trabajo. Entonces para vivir de eso, no me gustó”.
Núñez, no obstante, convencido de su camino, volvió a la televisión local en 2018 como asistente de producción y creador de contenido en el Canal 2 Telemar. Un año después, él, su esposa y tres socios crearon la productora KVelez Producciones. La nombraron así por la inicial de su apodo, Kike, y el apellido de su esposa, Darlyn Tatiana Zapata Vélez.

El noticiero digital de Luis Núñez también es transmitido en canales locales los fines de semana. (Captura de pantalla)
Hoy, Núñez presenta KVelez Informa, que describe como el “primer noticiero completamente en línea” de la región, además de Tu Zona Click, un programa dirigido a jóvenes. También publica reportajes en Facebook. Cubre temas como comunidades desplazadas, derechos humanos, sectores culturales, turismo y obras públicas.
“Nuestro trabajo esencialmente es mostrar la realidad de la ciudad”, dijo Núñez. “También visibilizamos los territorios del Pacífico colombiano a través de nuestras plataformas digitales […] con el fin de apoyar a los líderes locales, visibilizar artistas, apoyar al territorio y también mostrar el lado positivo de la ciudad”.
Agregó que, a través de la productora, han participado de licitaciones públicas y han hecho plan de medios para alcaldías y otros proyectos de comunicación.
En la época que lanzó la productora, Núñez ayudó a poner en marcha otro emprendimiento familiar. En 2018, él y su mamá crearon Casa Núñez, que vende
curao, pipilongo y cremas hechas a base de viche, un licor de caña desarrollado por comunidades afrodescendientes en la región del Pacífico colombiano.
Su madre, Caicedo, quien aprendió a preparar productos de viche con una amiga, realiza la producción, dice. Núñez ayuda a embotellar las bebidas, coordinar la distribución y manejar las cuentas de redes sociales de la empresa.
Núñez calcula que la mayor parte de sus ingresos proviene de KVelez Producciones, con ganancias adicionales por las ventas de viche de la familia y otros trabajos ocasionales que todavía realiza. También realiza proyectos comunitarios. En 2022, su empresa capacitó a 40 jóvenes del barrio San Antonio 2 de Buenaventura en fotografía, edición y presentación de noticias, dice.

Para una fiesta de 15 años, Casa Núñez hizo una producción especial. (Foto: Cortesía)
En algunas ocasiones, la inseguridad le ha hecho dudar si seguir en el camino de la comunicación. Dijo que ha tenido que desplazarse dentro de la ciudad en al menos cuatro ocasiones por amenazas, y que en una última ocasión, fue extorsionado. “En Buenaventura tenemos un lema: ‘periodista que no tenga más de tres amenazas no hace su trabajo bien’”, dijo.
Quiere exportar el viche de su familia — y seguir ejerciendo el periodismo, dijo. Su madre, a pesar de su preocupación inicial, afirmó que es su “fan número uno” y que nunca se pierde uno de sus noticieros.
“Uno piensa que este ejercicio lo pagan súper bien, que de esto vamos a vivir, pero a la hora de la verdad, no”, dijo. Pero “ahora gracias a Dios contamos con un nombre, un reconocimiento. Gracias a eso pues nosotros hemos llegado un poco lejos en el sentido de ganarnos un espacio en la comunicación y en todo lo que estamos haciendo”.
Esta es la segunda entrega en una serie sobre periodistas que complementan su empleo con labores fuera del oficio. Acá puedes leer el primer reportaje.