El derecho constitucional a informarse sobre lo que hacen los gobiernos fue reglamentado por ley y pasó a ser una promesa más cercana a la realidad en Brasil. Sin embargo, aún no está claro para buena parte de los brasileños cómo solicitarle información a un organismo público. Un proyecto pionero en el país pretende facilitar ese proceso y transparentar la comunicación entre ciudadanos y gobiernos: el sitio web Queremos Saber.
Inspirada en el portal inglés What do they know? (“¿Qué saben ellos?”) de la organización My Society ("Mi Sociedad"), la plataforma fue creada por la comunidad Transparência Hacker y por la Open Knowledge Foundation en Brasil y lanzada oficialmente este lunes, 21 de noviembre. Funciona por medio de un software libre desarrollado especialmente para hacer solicitudes de acceso a la información pública, Alavateli.
En la página eletrónica, los interesados en recibir datos públicos sólo deben escoger el organismo al cual desean pedir información y llenar una solicitud. Las preguntas y las respuestas son automáticamente publicadas en una base de datos del portal, la cual queda a la disposición de los cibernautas para evitar que sean enviadas las mismas preguntas más de una vez.
El activista digital Pedro Markun, miembro de Transparência Hacker y uno de los creadores de Queremos Saber, detalló la experiencia del portal brasileño al Centro Knight para el Periodismo en las Américas.
Centro Knight: ¿Qué motivó la creación de Queremos Saber?
Pedro Markun: El proceso de aprobación de la ley de acceso a la información, principalmente. Al momento de sacar el sitio web al aire, el proyecto de ley había sido recientemente aprobado en el senado y sólo aguardaba la sanción presidencial. Ahora que ya tenemos la ley, el sitio se convierte en una herramienta estratégica para consolidarla. La iniciativa surgió de la articulación entre miembros de Transparência Hacker y de la Open Knowledge Foundation en Brasil.
CK: ¿Cómo funciona el sitio web?
PM: Cualqiuera puede enviar una solicitud de información, por medio del portal, a un organismo público. Esa solicitud se dirige a una base de datos disponible para consultas y el sitio web envía un correo electrónico automático con una pregunta para el organismo interpelado. Cuando el organismo responde, la respuesta es publicada automáticamente en el sitio web. El sistema también permite monitorear los plazos, por lo que si el organismo no responde dentro del plazo de 20 días previsto por la ley, eso también es publicado en el portal.
CK: ¿Cuál es el objetivo de esta herramienta?
PM: La intención del sitio web es facilitar las solicitudes de información y aumentar la transparencia en la comunicación entre el ciudadano y el organismo público en el proceso. Con esto, pretendemos fomentar la cultura de hacer solicitudes por aquí.
CK: ¿Qué dificultades tuvieron para crearla?
PM: Tuvimos, y aún tenemos, algunas dificultades. Por ejemplo, el software que utilizamos estaba todo basado en las leyes de acceso a la información inglesas. Así que tuvimos que traducir culturalmente la aplicación del software. Liane, que es nuestra activista jurídica, intentó traducir los textos a la situación basileña, para entender en la práctica cómo lidiar con las diferentes reacciones de los organismos. Mas las dificultades también abrieron camino para la gran conquista del proyecto, ese aprendizaje que vamos teniendo al dialogar con quien utiliza el sitio y con el poder público, que a su vez también comienza a aprender cómo lidiar mejor con las peticiones.
CK: Y ¿lo que aún precisa mejorar?
PM: El proyecto fue lanzado ayer y una de las cosas que queremos es justamente abrir el sitio para que todos puedan colaborar para mejorarlo. Los integrantes de Artigo 19, por ejemplo, pueden ayudar a trazar soluciones para algunos de nuestros problemas con su experiencia, para incorporarnos en la tecnología del sitio. La directriz de los desarrolladores del software que utilizamos (Alavateli) dicen que tenemos que diseñar el sistema como nos gustaría que fuera. Y eso no implica tanto el adaptar nuestro sistema a las prácticas del gobierno, a menudo oscuras y demoradas, sino más bien hacer que el gobierno se adapte más y mejor a un tipo de demanda de información desburocratizada.
CK: ¿Tienen la intención de entrar en alianzas con los organismos públicos para perfeccionar la plataforma?
PM: Sí. No sé si alianzas 'formales', pero definitivamente queremos estar en contacto y dialogando con la mayor cantidad de organismos que sea posible.
CK: ¿Cómo calificaría usted la ley de acceso a la información pública aprobada en Brasil?
PM: La ley de acceso es muy buena. Transparência Hacker participó en la construcción de la ley en diferentes momentos, entonces hasta podemos hacer un mea culpa por las fallas que presenta. Forma parte de la madurez reconocer que dejamos pasar algunas cosas. Por otro lado, tenemos que admitir que trae buenas novedades, principalmente la disposición de datos abiertos, lo que para la comunidad THacker es súper importante. El punto flaco, señalado por el especialista en transparencia Fabiano Angélico, es la ausencia de un órgano central al que se pueda recurrir por denegaciones de información. Esa falta va a generar, por ejemplo, un problema para Queremos Saber. El camino ya es tortuoso en el caso del recurso en la esfera del ejecutivo federal, pues la Contraloría General de la Unión (CGU) no es el primer organismo al que debemos recurrir. ¿Hacia dónde dirigiremos las denegaciones en casos de organismos que no sean del ejecutivo federal? Son tantos actores diferentes que va a dificultar lo que debería ser simple. NoSão tantos atores diferentes que vai dificultar o que deveria ser simples. Sin embargo, buena parte de las lagunas legales probablemente puedan ser trabajadas si alteramos culturalmente la lógica del sigilo.
CK: La Associated Press divulgó un estudio reciente que muestra que más de la mitad de las leyes de acceso a la información en América Latina no son cumplidas. En su opinión, ¿cómo evitar esa tendencia en Brasil, ahora que el país tiene su ley de acceso?
PM: Llevamos algún tiempo en esta lucha por la ley de acceso. Si en algo estamos de acuerdo todos los involucrados es que la aprobación de la ley era la parte fácil de la lucha. Ahora tenemos que luchar aun más para cambiar toda una cultura de gobierno. Proyectos como Queremos Saber, aliados con la presión de la sociedad, pueden ayudar en eso. No existe una fórmula fácil, pero lo que tenemos que hacer para que la ley funcione es popularizarla y crear una cultura que incentive al ciudadano a explorar su derecho de pedir información. Tenemos que demostrarle a la sociedad que no es difícil, que da resultados y que garantiza una mejor calidad de vida a la larga.