Quizás nunca se había hablado tanto de paz en los medios de comunicación de Colombia como se hizo en el 2015, cuando el Gobierno y la guerrilla de las Farc avanzaron en sus negociaciones para ponerle fin al conflicto armado de más de 50 años. Sin embargo, esto no representó ninguna disminución en los constantes ataques a la libertad de prensa en el país.
El informe “Paz en los titulares, miedo en la redacción” de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), presentado en la víspera del Día del Periodista que se celebra este 9 de febrero, señala que el 2015 fue el año más violento de los últimos seis.
Con 147 ataques que afectaron a 232 periodistas, la violencia contra la prensa incrementó un 39 por ciento comparado con 2014, según el informe.
Los casos más graves fueron los dos homicidios que tuvieron como causa el trabajo periodístico. Luis Peralta, del municipio de El Doncello en el departamento de Caquetá, era el director de la única emisora del norte de este departamento y era una voz crítica que denunciaba la corrupción local. Fue asesinado el 14 de febrero tras advertir a las autoridades que se encontraba en peligro.
Flor Alba Núñez fue asesinada el 10 de septiembre en el municipio de Pitalito, departamento de Huila. Tras su homicidio se creó el proyecto ‘Pitalito Sin censura’. De acuerdo con el informe de la FLIP, las investigaciones realizadas durante esta iniciativa “desentrañaron un pacto de impunidad y de complicidad en este municipio huilense, que ha impedido que las investigaciones y capturas avancen”.
El número de periodistas víctimas de otro tipo de ataques también incrementó. Es la cifra más alta desde 2009, según la FLIP. Las amenazas, con 59 casos y 77 víctimas, es el tipo de agresión más frecuente. Le siguieron la obstaculización al trabajo periodístico, con 36 casos y 81 víctimas; y la estigmatización, con 17 casos y 25 víctimas.
Para la FLIP el aumento de este tipo de agresiones puede relacionarse con el proceso electoral que vivió el país durante 2015. “El ambiente agresivo y hostil que vivieron varias regiones del país afectó de manera negativa y directa la forma en la que los periodistas cubrieron las elecciones”, dice el informe.
Sobre los autores de las agresiones, el informe señala que la policía es el principal actor o censor de la prensa. Sin embargo, también hay un gran número de agresiones cuyos autores son “desconocidos o privados”.
La impunidad en los crímenes contra periodistas siguen siendo uno de los problemas más graves de Colombia. Durante 2015, cuatro casos de asesinatos de periodistas prescribieron, es decir, se acabó el tiempo que tiene el Estado para investigar y castigar a los responsables. En total son 68 casos prescritos, agrega el informe.
En esta línea, durante la presentación del pasado 8 de febrero, Pedro Vaca, director ejecutivo de la FLIP, recordó el caso del asesinato de Jaime Garzón que no ha tenido mayores avances a pesar de que desde hace seis año el ex subdirector del extinto Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) se encuentra en juicio.
También mencionó a Claudia Julieta Duque por cuyo caso hay abiertos tres juicios en contra de exfuncionarios del DAS acusados del delito de tortura psicológica; y a Jineth Bedoya Lima, cuyo caso, a pesar de la reciente confesión de uno de sus victimarios, ha tenido dilaciones injustificadas en los 15 años de búsqueda de justicia.
Vaca destacó de manera positiva el caso histórico de Orlando Sierra en el cual toda la cadena criminal – desde el autor material hasta el intelectual – ha sido condenada. No obstante, no olvidó los obstáculos que el proceso enfrentó. Tuvieron que pasar 13 años para conseguir justicia.
También calificó como positivo el hecho de que el asesinato de Nelson Carvajal llegara a la Corte Interamericana de Derechos Humanos tras 17 años sin avances, y la decisión del Consejo de Estado que condenó al Estado colombiano por el asesinato de Efraín Varela al comprobar la complicidad entre miembros del Ejército Nacional y del grupo paramilitar AUC.
Periodismo y paz
La jornada del 8 de febrero también sirvió para debatir sobre el periodismo en un escenario de postconflicto. Así por ejemplo, el informe ‘La Palabra y el Silencio’ del Centro Nacional de Memoria Histórica fue presentado. Este es el único informe presentado por el Estado sobre violencia contra los periodistas y medios de comunicación en medio del conflicto armado, según la FLIP.
De acuerdo con este informe, son 152 los periodistas asesinados desde 1977. De estos, 112 fueron de periodistas de medios regionales y/o comunitarios, los cuales han sido los más afectados por el conflicto.
En esta misma línea, la FLIP aprovechó para presentar su documental ‘En el Medio: silencios del periodismo colombiano’. La obra, que fue grabada en diferentes regiones, “refleja cómo se ejerce el periodismo en zonas de conflicto”, informó la FLIP.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.