América Latina ha visto una disminución general en el respeto a la libertad de prensa, según el Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2020 publicado por Reporteros Sin Fronteras (RSF).
“La represión y la estigmatización de la prensa, nutridas por la desinformación y los ataques en línea, han adquirido nuevas dimensiones, sobre todo en los países que enfrentan grandes conflictos sociales”, escribió la organización.
La clasificación y el informe que la acompaña, publicado el 21 de abril, señalan varias crisis que representan una amenaza para la prensa en América Latina y el Caribe con respecto al estado de la democracia, los ataques contra periodistas tanto en línea como en persona y la concentración de los medios.
A nivel mundial, la próxima década “será decisiva para el futuro del periodismo”, según RSF, que asegura que la actual pandemia del coronavirus ha puesto de manifiesto las amenazas a la información independiente en todo el mundo.
La edición de este año “muestra que los próximos diez años serán sin duda ‘una década decisiva’ para la libertad de prensa debido a las crisis que afectan al futuro del periodismo: geopolítica (agresividad de los modelos autoritarios), tecnológica (falta de garantías), democrática (polarización, políticas de represión), de confianza (desconfianza, e incluso odio, hacia los medios de comunicación) y económica (empobrecimiento del periodismo de calidad)” se lee en el comunicado de prensa de RSF. “A estos cinco tipos de crisis, cuyos efectos permite evaluar la metodología de la Clasificación, se suma ahora una crisis sanitaria”.
Con respecto a la crisis de salud pública, RSF señala que “existe una clara correlación entre la represión de la libertad de prensa registrada durante la crisis del coronavirus y el lugar que ocupan los países en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa”.
Si bien América Latina experimentó una disminución general con respecto al respeto a la libertad de prensa, como región, el continente americano sólo es superado por Europa en términos de libertad de medios.
“Pese a que Estados Unidos y Brasil, los dos pesos pesados de la región, se han convertido en dos verdaderos antimodelos”, continuó RSF, diciendo que los líderes de ambos países promueven el odio hacia los periodistas.
“El ‘gabinete do ódio’ (gabinete del odio) del presidente de Brasil [Jair Bolsonaro] difunde a gran escala ataques a periodistas, sobre todo cuando estos publican información sobre la política gubernamental”, se lee en el comunicado. “Desde el inicio de la epidemia del coronavirus, Jair Bolsonaro ha redoblado sus ataques a la prensa, a la que considera responsable de una ‘histeria’ destinada a generar pánico en el país”.
RSF señaló que las mujeres periodistas son especialmente vulnerables a los ataques.
Aunque Venezuela subió en la clasificación, simplemente porque otros países cayeron, los periodistas en ese país son arrestados arbitrariamente, se enfrentan a la violencia de la policía y los oficiales de inteligencia, se ven privados de frecuencias de transmisión, sufren bloqueos de internet y más.
“El autoritarismo del presidente, Nicolás Maduro, no cede y la represión del gobierno contra la prensa independiente se ha vuelto cotidiana y multifacética”, señala el informe.
La detención arbitraria y la fuga de periodistas del país también son fenómenos en Nicaragua bajo el régimen del presidente Daniel Ortega.
Además, “debido a la escasez de materias primas (papel, planchas para rotativa) orquestada por las autoridades, los diarios impresos del país casi han desaparecido del paisaje mediático”, señaló RSF.
El país de la región que ocupa el puesto más bajo en la Clasificación es Cuba.
“El régimen cubano, ahora dirigido por Miguel Díaz-Canel, sigue monopolizando casi toda la información; la Constitución aún prohíbe que exista prensa privada en el país”, estableció el informe. “Además, en 2019 aumentaron los casos de detención y encarcelamiento de periodistas molestos para el gobierno”.
México sigue siendo el país más peligroso para los periodistas en América Latina, ya que RSF señaló que los vínculos entre el crimen organizado y los políticos y funcionarios corruptos ponen a los profesionales de los medios en esta precaria posición.
Los mismos vínculos pueden verse en América Central, agregó.
“En Guatemala (116) y Honduras (148), los periodistas de los medios de comunicación de oposición o comunitarios que se atreven a denunciar los actos de corrupción de los políticos suelen padecer agresiones, amenazas de muerte, e incluso pueden ser asesinados, por lo que a veces se ven obligados a exiliarse”, escribió la organización.
Ha habido descensos en la libertad de prensa en Colombia con aumentos en los ataques, amenazas de muerte y secuestros de periodistas desde que el presidente Iván Duque asumió el poder, según el informe.
Haití es el primero en lo que respecta a las mayores caídas para la clasificación de este año, RSF señaló que los periodistas han sido objetivos durante violentas protestas. En particular, el periodista radial Néhémie Joseph fue encontrado muerto en su automóvil en Mirebalais el 10 de octubre de 2019. El país cayó 21 lugares en la Clasificación 2020.
RSF también destacó que los periodistas han sido blanco de la violencia pública durante las protestas callejeras en Chile, Bolivia y Ecuador.
A pesar de ocupar un lugar destacado en la región en términos de la clasificación, Argentina cayó siete lugares debido a la violencia policial y los ataques contra periodistas durante las protestas, en parte durante las elecciones presidenciales, como destacó RSF.
Con respecto a la amenaza de la concentración en la propiedad de los medios, RSF señaló a Argentina, que cayó siete lugares al puesto 64 a nivel mundial.
La organización dijo que en el “oscuro panorama” de América Latina “abundan los desafíos que se deben superar para que la situación de la libertad de prensa mejore […] de forma significativa y durable”.
“Mientras la prensa de la región no cuente con instituciones democráticas sólidas que garanticen la seguridad de los periodistas y apoyen el desarrollo de los medios de comunicación, estos se verán obligados a reinventarse, a encontrar nuevas soluciones y alternativas”, estableció el informe.