Una mezcla entre periodismo y Pokemón Go – es así como el sitio Agência Pública define su primera aplicación, el Museu do Ontem (Museo del Ayer). En la plataforma, en lugar de capturar monstruos, el usuario explora la Zona Portuaria de Río de Janeiro en busca de reportajes, fragmentos de libros y audios para entender el pasado y el presente de la región.
A medida en que se vaya aproximando a los puntos mapeados, la tecnología de geolocalización abre historias tan antiguas como las de la Familia Real portuguesa hasta las más recientes, como la de las vigas de acero perdidas por la demolición del viaducto de la Perimetral, pasando por episodios tenebrosos de la Dictadura Militar.
Es por esa riqueza y diversidad de historias que la Zona Portuaria fue elegida para el proyecto. El área es conocida como Pequeña África y alberga el muelle del Valongo, el puerto más grande de esclavos de América en el siglo XIX y recientemente reconocido como Patrimonio Mundial por la Unesco. En el contexto de los Juegos Olímpicos de 2016, la región fue revitalizada en el llamado Porto Maravilha, una asociación público-privada que tuvo graves problemas financieros este año.
Para Natália Viana, codirectora de Agência Pública, es importante que el lugar sea reconocido como un patrimonio de los cariocas y de los brasileños.
“La importancia histórica del lugar, hoy reconocida por el periodo de la esclavitud, estaba muy subvalorada en la revitalización del puerto. Esta es un área que recibe muchos turistas y que podría tener una iniciativa como esa para acercar al público de esa historia. La idea es traer la información periodística a otros públicos”, dijo Viana al Centro Knight.
Además de coleccionar puntos al desbloquear lugares, también es posible aventurarse en uno de los cinco tours temáticos: Corrupción, Terror, Samba, Fantasmas e Historia del Brasil Express. En el guión de los fantasmas, por ejemplo, se revelan episodios tristes y poco discutidos que asombran la Zona Portuaria. Algunos pueden tardar hasta tres horas en completarse.
Después de recoger las historias, es posible revisarlas desde cualquier lugar. Una versión remota, más simple, será destinada a quien no está en Río de Janeiro. “Pero la mejor experiencia es ir allá”, asegura Viana.
La aplicación tardó un año en lanzarse desde la concepción hasta la investigación, el desarrollo de textos y el mapeo de lugares. Una de las preocupaciones fue centrarse en las regiones más seguras del puerto para garantizar una experiencia agradable. Actualmente, son 160 locales, pero el público puede sugerir otros puntos de relevancia. Es posible explorar el puerto tanto por el mapa actual como por el diseño de 1832, recreado por la artista plástica Juliana Russo.
El equipo de periodistas que participó en el desarrollo de la aplicación se centró en una amplia investigación documental, además de haber entrevistado a expertos y personajes de historias más recientes. Los reportajes de Pública también fueron actualizados con nuevas informaciones relevantes al juego. La información relacionada con los lugares también incluye textos no periodísticos y fragmentos del libro 1808 de Laurentino Gomes. Todas las entradas pasaron por un proceso verificación de datos.
Viana enfatizó que el equipo trabajó para producir historias contadas de forma diferente. Explicó que los periodistas encontraron anuncios de venta de esclavos, que fueron grabados por la cantante Anelis Assumpção.
“Sólo el audio ya tiene un impacto emocional grande. Es un relato primario, son los propios anuncios. Se elimina el intermediario y se crea un resultado muy poderoso”, dijo Viana.
El desarrollador holandés Babak Fakhamzadeh, que vive en Río de Janeiro, explicó que pensó la plataforma dentro de la filosofía situacionista. La idea es que en los centros urbanos somos guiados por nuestras actividades cotidianas y no nos abrimos a las experiencias que la ciudad ofrece. En ese sentido, el compromiso de las comunidades con sus espacios urbanos provocaría nuevos entendimientos y posibilidades de diálogos.
En la aplicación, ese pensamiento se traduce en poner el proceso de toma de decisiones en el control de quien la usa. “En lugar de usar una guía, el usuario tiene que descubrir el ambiente por su cuenta. Es [una experiencia] muy diferente de cuando se es guiado de lugar en lugar, no damos instrucciones estrictas, él decide a dónde va. Es una experiencia más acorde con el lugar”, dijo Fakhazamdeh al Centro Knight.
Fakhamzadeh ya había trabajado en aplicaciones con conceptos similares de explotación urbana, como el Dérive y el Kompl. Sin embargo, ninguno de ellos asociaba también el periodismo. “Creo que lo que hemos hecho aquí es muy innovador. No he visto una aplicación o solución que no sea sólo sobre el descubrimiento [del espacio]”, comentó.
La aplicación está bajo el paraguas de Casa Pública, centro cultural de periodismo creado por Agência Pública para albergar debates. El proyecto forma parte de los LABs - Laboratorios de Innovación en Periodismo, creados para la experimentación del lenguaje. De ahí que también surgieron los proyectos 100 y Vigilância, dos grandes trabajos de reportaje cuya narración es presentada de forma no lineal, decidida por el lector.
“Esta aplicación es un paso más allá, el usuario caminó por allí, miró a las casas, la información se vuelve más profunda”, comentó Viana. “Queríamos traer la posibilidad de la experimentación. Estos proyectos se crean desde el principio como una mezcla de periodismo, tecnología y arte”.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.