Agricultores que han trabajado durante décadas las famosas pampas argentinas hasta obtener un suelo seco y agrietado que escupe polvo. Los ganaderos que observan cómo su ganado muerto yace en los campos resecos.
Estas son escenas de un documental de 22 minutos producido por el diario argentino La Nación que recientemente ganó el Premio Internacional Rey de España de Periodismo Ambiental.
“Pampa Seca” muestra cómo los pastizales fértiles que son el hogar de gauchos, ganado, trigo, soja y maíz se vieron afectados por una sequía de tres años después de precipitaciones inferiores a lo normal provocadas por La Niña.
La pieza periodística ahonda en las consecuencias para la industria agropecuaria que tuvo la mayor sequía de la historia de la Argentina, mediante entrevistas a profundidad con pequeños y grandes productores rurales.
El productor general, Matías Boela, y la periodista encargada del trabajo de campo y entrevistas, Pilar Vázquez, contaron a LatAm Journalism Review (LJR) cómo fue el detrás de escena del documental que, según el jurado del Premio Rey de España, es un “trabajo sobre la sequía con una narración muy cercana para reflejar un problema común en el mundo”.
“Pampa Seca” se publicó en mayo de 2023 y contó con un equipo de 10 periodistas para su realización. Además de Boela y Vázquez, ellos son: Matías Aimar, Julieta Bollini, Tomás Cuesta, Sol Coliva, Ezequiel Díaz, Andrea Platón, Belkis Martínez y Francisco Ferrari.
Boela aseguró que “el punto fuerte de ‘Pampa Seca’ son las historias de vida de la gente”.
Más de nueve productores rurales del interior de Argentina contaron cómo afectó a su trabajo, su economía y su vida personal y familiar una sequía que duró tres años y provocó la caída de un 50% de la producción agrícola del país.
“El campo representa el 17% del PBI argentino”, según el reportaje. “Las pérdidas de la agroindustira por la sequía representan una caída del 3% del PBI”.
Vázquez explicó que el equipo periodístico de La Nación, previo a la realización del documental, ya venía documentando el fuerte impacto de la sequía en el campo argentino.
“Ya conocíamos el terreno y estábamos llegando al final de la sequía, por lo que eso fue como un resumen de todo lo que pasó en el campo en esos tres años”, dijo.
Para la elección de los productores rurales a entrevistar, la periodista contó que el criterio fue que debían vivir en zonas relevantes a nivel productivo para la ganadería y la agricultura con el fin de mostrar el impacto de la sequía en los sectores más importantes del país, en este caso: el sur de Santa Fe, el norte de Buenos Aires y el sur de Córdoba.
El rodaje duró tres meses, en los que hicieron cuatro viajes al campo.
“Estábamos bastante ahí para mostrar la cotidianidad de los productores rurales arruinada por la sequía”, contó Vázquez.
“Lo más duro de registrar fue la historia de un productor agropecuario que estaba vaciando su campo, llevándose a los animales. Perdió muchísimo, tenía que pagar camiones cisterna para llevarles agua a los animales, se comió sus ahorros y ya no podía mantenerlos. Nos contaba que a la noche se despertaba con la balada de los terneros a los que se les morían las madres”, dijo.
Una de las imágenes icónica del documental es la de un retrato del productor agropecuario Gustavo Glailevra con varias vacas muertas detrás.
Además de mostrar las historias de vida de los productores, Boela dijo que “Pampa Seca” muestra a través de fotos comparativas, datos y entrevistas a especialistas las toneladas de maíz, soja y trigo que se perdió, así como la cantidad de dólares que no ingresaron al mercado debido a la sequía.
Entrevistaron a dos especialistas: el economista Ramiro Costa, director de estudios económicos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, y Natalia Gattinoni, meteoróloga del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
“La elección de los especialistas tiene que ver con las instituciones que lo respaldan”, explicó Vázquez. Por ejemplo, “la bolsa de cereales de Buenos Aires evalúa semanalmente la producción de cultivos en Argentina y Costa analiza cuál es su impacto a nivel económico”.
En retrospectiva, Boela consideró que este proyecto le dejó que por más grande o pequeña que sea la problemática hay que emparentarla con una historia de vida o con un personaje para que llegue al lector o consumidor de esa historia.
“De lo contrario queda muy ajena, hay que asociarla a una cara, bajarla a tierra”, dijo el productor.
“Yo seguí cada una de las historias y el documental transmite todo lo que fue. Hablamos todos los días con los productores rurales, se muestra su trabajo del día a día, cuando sacan el tractor y salen al campo”, contó Vázquez. “Detrás de esos números y ese impacto económico, están estas personas que dejan todo en un trabajo que es todo para ellos”.
El desafío al que se enfrentó la producción de “Pampa Seca”, según la periodista, fue contarle a quienes viven en la ciudad el impacto de la sequía en el campo y en la vida de los productores rurales.
“Desde la cuidad, al campo se lo ve lejano, necesitábamos crear una cercanía”, agregó.
Los entrevistados hicieron algunas recomendaciones para cubrir un tema con una escala tan grande como fue la sequía que sufrió Argentina durante tres años. Vázquez aseguró que es muy importante la producción previa a las entrevistas.
“Se hizo todo un trabajo previo de estudiar a quienes íbamos a entrevistar, contactarlos, organizar los viajes al campo, pero también tienes que dejarte sorprender. Muchas veces hacíamos una entrevista con un productor y le preguntábamos por otro contacto, y terminábamos en otro campo que no teníamos planeado ir donde salió una historia espectacular”.
Para Boela, las historias que contaron en el documental requieren de escucha y de tiempo.
“Te va a llevar más de dos horas de cobertura, para que alguien abra el corazón hay que darle tiempo y paciencia para entender lo que hace”, agregó.
El productor también mencionó la importancia del trabajo colaborativo en una producción audiovisual.
“El cámara debe saber de qué va la historia para poder mostrarla”, dijo.