¿Cuál es el futuro del periodismo? Esa es la pregunta que se plantearon los oradores del panel “Hype o no, ¿cómo y cuándo la web 3.0 (blockchain/NFTs) y el metaverso (AR/VR/XR) impactarán el periodismo?” durante la primera jornada del 23 Simposio Internacional de Periodismo Online (ISOJ, por sus siglas en inglés), celebrado el 1 y 2 de abril en Austin, Texas.
Bajo la moderación de Emily Bell, directora del Tow Center for Digital Journalism de la Columbia Journalism School, los panelistas Jarno M. Koponen, líder de inteligencia artificial y personalización de la empresa de medios públicos sin fines de lucro finlandesa Yle News Lab; María Bustillos, editora en jefe de la revista digital de noticias y cultura alternativa Popula.com; y Ray Soto, director senior de tecnología emergente de Gannett, USA Today Network, hablaron de la gran ventana de oportunidad que tienen las organizaciones de noticias con el avance de las tecnologías relacionadas con la web3 y el metaverso, y de cómo estos desarrollos afectarán a los medios en el futuro a corto plazo.
La web3 es considerada la tercera generación de internet y, a diferencia de la red global que conocemos hoy, estaría basada en procesos descentralizados, sin mayor intervención de las empresas tecnológicas. Incorpora conceptos como la tecnología blockchain y la economía basada en criptomonedas. Aunque todavía está en sus primeras etapas, se cree que la web3 cambiará por completo la forma en que los usuarios interactúan en la red.
Por otro lado, el metaverso es el espacio digital al que se puede acceder a través de tecnologías de realidad virtual (VR), realidad aumentada (AR) o realidad extendida (XR).
Mientras que las grandes empresas tecnológicas y las industrias de contenidos están invirtiendo cantidades multimillonarias con miras a lo que será el futuro de internet, las organizaciones de medios no están apostando tanto a la innovación y mucho menos a la experimentación con temas relacionados con la web3 o el metaverso, dijo Jarno Koponen durante su intervención.
“Creo que este es un momento de oportunidad para usar estas nuevas plataformas, como la web3 y todo lo que implica, o el metaverso (la realidad virtual o la realidad aumentada) con el fin de repensar lo que el periodismo debe ser, lo que debería ser”, dijo. “¿Cómo podríamos repensar el contenido, cómo podríamos repensar la distribución, cómo podríamos repensar potencialmente la monetización o los modelos de negocio?”.
Es importante que las organizaciones de periodismo sean capaces de reconocer que esos avances están sucediendo y, de ser posible, que participen más activamente en dar forma a lo que esas plataformas emergentes pueden significar para los periodistas y para los lectores, agregó Koponen.
El experto en innovación planteó tres preguntas que los medios deberían hacerse respecto al futuro de internet en relación al periodismo. La primera es cómo será la organización periodística del futuro y cómo se puede construir. La segunda, si el periodismo necesita actualizar sus procesos en esta era de información en tiempo real y redes sociales. Y finalmente, cuál será la futura interfaz para el contenido periodístico una vez que las redes sociales y los teléfonos inteligentes sean cosa del pasado.
Koponen considera que las respuestas a esas preguntas tendrán que ver con una combinación de periodismo, ciencia de datos y diseño, no solo en los equipos que generan las historias, sino también en los niveles gerenciales de los medios de comunicación.
“Es crucial que suceda también en los equipos de liderazgo, y que estos entiendan esta forma multidisciplinaria de ver el mundo y sus oportunidades”, dijo.
Maria Bustillos, por su parte, habló de las posibilidades que tiene para el periodismo la blockchain, que se refiere a una serie de tecnologías digitales que registran, conservan y protegen información de cualquier tipo de operación en línea sin intervención de terceros a lo largo de una “cadena de bloques”. Aunque la blockchain está relacionada principalmente con transacciones de criptomonedas, su tecnología puede tener muchos otros usos, toda vez que los datos que ahí se almacenan no se pueden modificar o eliminar.
“Desde el primer minuto que comencé a leer sobre la tecnología blockchain, me di cuenta de que el aspecto importante era el de el almacenamiento de registros. La parte del dinero realmente no me interesó desde el principio”, dijo Bustillos. “Así que siempre he estado pensando en la tecnología blockchain y lo que puede hacer por el periodismo, ante todo como una especie de sistema de archivo”.
La periodista mencionó que otra función que permite la blockchain y que puede ser de gran utilidad para el periodismo es la de las micro-propinas. Comentó que en Popula.com se llevó a cabo un experimento en el que los lectores pueden aportar propinas en la criptomoneda ETH que llegan directamente a las billeteras virtuales de los autores de los artículos y columnas.
Los NFTs (tokens no fungibles, por sus siglas en inglés) son otro elemento de la web3 que podría ser muy útil para el periodismo. Se trata de unidades de datos no intercambiables almacenados en una blockchain que sirven como certificados de autenticidad de objetos físicos o digitales y que funcionan como una forma de propiedad en el mundo digital. Los bienes digitales respaldados por un NFTs no pueden ser duplicados o falsificados sin que esto sea detectado por todos los bloques de la cadena.
Bustillos explicó que con los NFTs se puede encapsular el contenido digital al momento de su creación, registrar su existencia y establecer su autoría. Pero además, dijo, esta tecnología podría también llegar a ser una forma en que la gente se puede conectar con el periodismo y participar.
“Los NFTs son, por ejemplo, una forma de dar a las personas una participación personal en algo que está sucediendo. Una cosa que pueden hacer es lograr que las personas contribuyan a financiar una historia o comprar una cámara [...]. Puedes comentar, puedes dar dinero y creo que estas cosas son muy fructíferas, tienen una retroalimentación muy positiva”, dijo Bustillos. “Los NFTs son todo un mundo de formas en las que las personas pueden conectarse con las fuentes de su información y participar”.
Con los NFTs, dijo la periodista, quedaría un registro inmutable de la aportación de los lectores o de su participación para que un proyecto sucediera.
“Eso es para mí mejor que algo que puedes poner en la pared”, dijo.
Aunque hay más experimentación de los medios informativos en el terreno del metaverso, con exitosos experimentos con realidad virtual y realidad aumentada de algunos medios grandes como The New York Times o The Guardian, los periodistas deben comenzar a pensar en narrativas más allá de las pantallas de dispositivos móviles, según dijo Ray Soto.
“Tenemos que pensar en el periodismo e interactuar con el contenido más allá de la pantalla. Cuando consideras que este dispositivo [el teléfono inteligente] no ha cambiado esencialmente en los últimos 15 años -sí, tienen pantallas más grandes y sí, son más rápidos y se puede hacer más cosas con ellos-, pero hay una pieza de tecnología incrustada allí que esencialmente nos dice que las cosas están cambiando, pero es solo una pequeña muestra de lo que podemos esperar en el futuro”, dijo.
Esa pieza de tecnología a la que se refirió Soto es el LiDAR (detección de luz y alcance, por sus siglas en inglés), un dispositivo que mide el tiempo que tarda la luz en reflejarse en los objetos para crear un mapa de profundidad del entorno. Algunos teléfonos inteligentes de reciente generación incluyen un sensor LiDAR que mejora las experiencias de realidad aumentada.
Soto explicó que tras las primeras historias periodísticas inmersivas que requerían el uso de un casco interactivo, hace cerca de siete años, hasta las historias con realidad aumentada actuales, pasando por los video reportajes en 360 grados, los usuarios han ido desarrollando una “conciencia espacial” y han ido aprendiendo a conducirse en las historias inmersivas.
Agregó que él y su equipo en USA Today han aprendido que hay cuatro elementos principales que deben ser considerados al producir historias inmersivas: efectos visuales, que permitan al usuario entender la historia, al tiempo que encuentren valor en lo que observan; interactividad, para que el usuario pueda descubrir la historia por sí mismo; sonido, para reforzar la experiencia interactiva; y ritmo, que logre un balance narrativo entre los primeros tres elementos.
“Lo que aprendimos en realidad virtual, como mencioné, se puede aplicar [en realidad aumentada], pero no podemos crear esas experiencias interactivas largas de 10 minutos. Nuestro punto óptimo ha sido de unos tres minutos y tratamos de apegarnos a eso muy, muy fuertemente, especialmente cuando consideramos esos cuatro pilares”, dijo.
Soto dijo que los lectores de USA Today están entendiendo lo que son las tecnologías de realidad virtual y realidad aumentada, y han comenzado a encontrar valor en ellas. Y eso se ha reflejado en las cifras de interactividad y permanencia que registran las historias inmersivas, particularmente en las que desarrolló su equipo sobre el COVID-19.
También aconsejó a las redacciones que quieran comenzar a experimentar en el metaverso crear un flujo de trabajo interdivisional y desarrollar las historias inmersivas de la mano con reporteros tradicionales. También exhortó a los periodistas a entender las historias, ser transparentes y no tener miedo de corregir errores y finalmente, tratar de evolucionar a la par de la tecnología y con la audiencia en mente.
“Regresando a la pregunta que planteé sobre lo que viene: el futuro del periodismo es inmersivo, interactivo y en tres dimensiones”, dijo Soto.