Quince organizaciones de periodistas y defensores de la libertad de expresión de Estados Unidos emitieron una carta conjunta instando al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) de ese país a “suspender los esfuerzos” para deportar a Emilio Gutiérrez Soto, un experiodista mexicano que huyó a Estados Unidos hace nueve años porque su vida corría peligro.
El 16 de noviembre, ICE le dijo a Gutiérrez Soto que él y su hijo serían deportados después de que su solicitud de asilo fuera denegada, según El Paso Times. Gutiérrez fue convocado para una reunión con ICE, y las autoridades “le dijeron a su abogado que querían deportarlo ese día”, según una carta conjunta firmada por el Club Nacional de Prensa (NPC, por sus siglas en inglés) y la rama norteamericana de Reporteros Sin Fronteras, así como varios defensores de la libertad de prensa y de los derechos de los inmigrantes. El Paso Times agregó que ICE aceptó una solicitud para la suspensión de la expulsión el 16 de noviembre, pero le colocaron un monitor de tobillo.
Al día siguiente, un juez de inmigración de El Paso, Texas, rechazó una moción de emergencia para suspender su deportación.
Gutiérrez Soto, experiodista del Diario del Noroeste en el estado de Chihuahua, afirmó al Centro Knight el 20 de noviembre, que está en riesgo.
“Ahorita además de que estamos orando, ya se presentó otra moción ante la corte de apelaciones, y estamos a la espera de que nos den una resolución. Si la resolución es positiva, mil gracias. Si la resolución es negativa, también mil gracias”, dijo. “Y lo único que estoy pidiendo yo es que nos den la oportunidad de poder arreglar nuestras cosas aquí en los Estados Unidos, despedirnos de nuestra nueva familia. Tener la oportunidad de irnos sin deudas económicas, si se puede”.
Gutiérrez Soto y su hijo se entregaron a las autoridades estadounidenses en junio de 2008 en la frontera de Estados Unidos y México después de que le informaron al periodista que el ejército mexicano planeaba matarlo. Las amenazas aparentemente se debieron a que informó sobre supuestos abusos contra civiles por parte de militares. Dijo que antes de huir del país, personas que se identificaron como soldados allanaron su casa y le apuntaron con una pistola.
A pesar de su solicitud de asilo, Gutiérrez Soto pasó más de siete meses detenido y su hijo estuvo detenido separado por un periodo más breve.
Antes de su audiencia de mérito sobre su solicitud de asilo en noviembre de 2016, el experiodista le dijo al Centro Knight que su vida en EE.UU. había sido “extremadamente difícil”. Sin embargo, a pesar de los desafíos, esperaba que su caso tuviera un resultado positivo.
Al experiodista se le negó el asilo en un tribunal de inmigración de El Paso en julio de 2017 después de años de postergaciones en su caso. Luego de esa decisión, Gutiérrez Soto dijo que estaba triste, deprimido y decepcionado.
“Gutiérrez huyó de su país porque sus informes lo pusieron en peligro a él y a su familia y luego enfrentaron años de indiferencia burocrática antes de ser amenazados de expulsión”, dijo el presidente de el NPC Jeff Ballou, según la carta conjunta recientemente publicada. “Se merece algo mejor de un país que ha consagrado protecciones para la prensa en la Primera Enmienda de su Constitución”.
Las organizaciones pidieron que el Departamento de Seguridad Nacional y el Departamento de Justicia “reconsideren esta orden de deportación”.
“También le pedimos a la administración de Trump y a todos los miembros del Congreso que le hagan saber al Departamento que este caso no solo pone en peligro a un periodista individual, sino que también podría tener un efecto amedrentador para narrar la verdad en todas partes”.
El NPC agregó que hace solo seis semanas, Gutiérrez Soto aceptó el premio Freedom of the Press de la organización en nombre de la prensa mexicana.
*César López Linares colaboró en la elaboración de este artículo.