Cuando Eduvilia Uriana informó a su familia que quería dedicarse al periodismo no fue vista con buenos ojos. En el pueblo indígena Wayúu, ubicado en el departamento de La Guajira al norte de Colombia, los periodistas tienen fama de desinformar, y el periodismo es considerado una profesión para los “arijunas” – persona no indígena, en wayuunaiki.
Su madre, recuerda Uriana, fue quien la apoyó de manera incondicional. En 2015, conoció el proyecto de formación liderado Red de Comunicaciones del Pueblo Wayúu, el cual, de manera itinerante capacita a jóvenes en periodismo y en producción radial, audiovisual e impresa en La Guajira. Se graduó como comunicadora indígena comunitaria en 2017 y actualmente estudia Comunicación Social en la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (Unad).
“Para mí el periodismo significa amor propio”, le dijo Uriana a LatAm Journalism Review (LJR). “Me ha enseñado, el periodismo, del amor propio, a creer en mí y a creer en esa habilidad de Eduvilia y también de muchas mujeres en el territorio”.
Uriana se convirtió en la primera periodista Wayúu en llegar a la Radio Nacional de Colombia, parte del Sistema de Medios Públicos del país (RTVC). Reporta desde La Guajira para emisiones de radio y televisión.
Ella y Sandra Chindoy, presentadora de RTVC Noticias del pueblo indígena Kamëntsa del departamento del Putumayo (al suroccidente del país), son en la actualidad la imagen del periodismo indígena en medios nacionales de Colombia.
Sin embargo, en un país donde las personas que se identifican como indígenas representan casi el 4% de su población, su representación, cobertura y participación en medios nacionales sigue siendo baja. Por eso, los pueblos indígenas de todo el país llevan más de 30 años trabajando para estar representados de manera justa en los medios.
El camino en el periodismo para Uriana no ha sido fácil, dijo. Además de la inicial desconfianza en su pueblo, ha tenido que enfrentar discriminación de fuentes e incluso de sus propios colegas. Pero ella no se rinde. Cada vez recibe más comentarios positivos de parte de los mayores y líderes de su pueblo, e incluso en algunas ocasiones sugieren temas importantes para sus comunidades.
“Ser periodista en territorio significa estar muy expuesta a muchos riesgos”, dijo Uriana. “Primero por ser mujer, por ser indígena, pero también es una bendición porque a través del medio nacional se puede escuchar y se puede mostrar las voces, los sentires y el pensar de los pueblos indígenas”.
Chindoy, quien estudió Ciencias Sociales con especialidad en Gestión Pública, dijo que ve su llegada al periodismo como una gran responsabilidad al ser la primera mujer indígena en un noticiero nacional.
“Realmente pues no sé si sea tanto el motivo de orgullo, sino para reflexionar”, dijo a LJR. “En Colombia la televisión acaba de cumplir 70 años. Y cómo es que a los 70 años nos damos cuenta de que aquí también hay indios, cuando este es un territorio indígena”.
Chindoy dijo que siente que es su responsabilidad abrir las puertas a otros comunicadores indígenas para que al menos los medios públicos reflejen la diversidad de Colombia. Desde su segmento, La Voz del Territorio, Chindoy también se centra en cambiar lo que ella dice es la forma nociva en que los medios tradicionales han cubierto a los pueblos indígenas: basados en la violencia y en la discriminación.
La presencia de Uriana y Chindoy en medios nacionales puede significar que se abran más espacios en el periodismo para comunicadores indígenas y una mejor cobertura de temas directamente relacionados con los pueblos indígenas. Pero no son las únicas voces indígenas en los medios.
Desde hace más de 30 años, los pueblos indígenas en el departamento del Cauca (noroccidente del país) han luchado por la comunicación indígena como un derecho. El Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), fundado en 1971 y actualmente compuesto por 11 pueblos, tiene actualmente ocho emisoras indígenas con cobertura em 26 municipios de la región. También tienen una emisora virtual, un periódico, cobertura audiovisual de sus eventos y desarrollo de su página web.
“Entendemos la comunicación como todo un componente estratégico y sobre todo político”, dijo a LJR Dora Muñoz, comunicadora indígena del pueblo Nasa en el Cauca. “A través de la comunicación damos a conocer nuestras apuestas organizativas como pueblos, denunciamos, visibilizamos nuestras acciones, pero también posicionamos un pensamiento y posicionamos sobre todo nuestro principio de cuidar la vida y de defender el territorio que para nosotros es lo fundamental como pueblos originarios”.
Una manera de fortalecer esta interpretación de la comunicación es a través del programa de Comunicación Propia Intercultural que ofrece la Universidad Autónoma Indígena Intercultural (UAIIN) del CRIC, dijo Muñoz. El programa, que ha graduado a cuatro cohortes, articula el “saber propio de la comunicación” visto por los pueblos indígenas con el uso estrategia de las herramientas tecnológicas.
Autoridades y comunicadores indígenas de todo el país se reunieron por primera vez en 2012 en la Comisión Nacional de Comunicación de los Pueblos Indígenas (CONCIP). La Comisión busca crear y asegurar la implementación de una política pública que reconozca la comunicación de y para los pueblos indígenas como un derecho.
La Comisión también capacita a comunicadores indígenas, le dijo a LJR Silsa Matilde Arias, secretaria técnica y miembro del pueblo Kankuamo en la Sierra Nevada de Santa Marta, en el norte de Colombia. Opera 32 escuelas de comunicación no universitarias y 35 radios indígenas en todo el país.
De acuerdo con Arias, estas formaciones, que se remontan incluso a antes de la existencia de la CONCIP, han permitido la participación de periodistas como Uriana en medios nacionales. Cree además que muchos más periodistas indígenas están en la capacidad de trabajar no solamente en Radio Nacional sino en otros medios.
En 2013 gracias a la plataforma de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) lanzaron el primer magazín informativo indígena del país. “Colombia Nativa”, fue transmitido por Canal Capital durante tres temporadas.
“Tenemos un capital fuerte y lo podemos poner, no al servicio, sino que somos el servicio de la comunidad”, dijo Arias.
La formación de comunicadores indígenas les ha permitido encontrar otras maneras de narrarse a sí mismos tanto para su comunidad como fuera de ella. Una de estas es la serie “El Buen Vivir”, que ya tiene seis temporadas y cuyo propósito es retratar a los 115 pueblos indígenas de Colombia. Arias destaca con orgullo cómo la última temporada estuvo en su mayoría dirigida y producida por mujeres comunicadoras indígenas.
También han desarrollado películas y documentales, que incluso han llegado a diferentes festivales como el Indifest de Barcelona, organizado en colaboración con la Coordinadora Latinoamericana de Cine y Comunicación de los Pueblos Indígenas, y en otros como el de Nueva York y Toronto.
“Tenemos muchos contenidos, tenemos mucha producción. Hoy por hoy el reto que tenemos es el plan de circulación”, dijo Arias. “Estamos en pantalla en Toronto, y en Colombia no se conocía lo que estábamos haciendo en materia de cinematografía”.
Una apuesta paralela para la participación de periodistas indígenas en medios es Agenda Propia, nativo digital que nació para dar una cobertura “responsable”, dijo su fundadora Edilma Prada a LJR. Prada no es indígena, pero antes de fundar el medio cubrió territorios como el Cauca durante años y conoció sobre el reclamo histórico de pueblos indígenas sobre cómo eran retratados en los medios.
Agenda Propia cubre temas sobre pueblos indígenas en América Latina a través de equipos y consejos interculturales – es decir, con el trabajo de periodistas indígenas y no indígenas. Además, realizan “círculos de la palabra” en los líderes de pueblos indígenas se reúne con periodistas para discutir los temas de un territorio.
Para Prada, además de la participación en medios, lo relevante de la llegada de periodistas indígenas a medios fuera de sus pueblos es la posibilidad de narrarse con su propio estilo y trayendo su cosmovisión.
“Es un poco lo que de alguna manera tratamos de hacer en Agenda Propia”, dijo Prada. “No sé si lo hemos logrado, pero [queremos] que haya un respeto del estilo propio de los narradores o si no, no estamos haciendo nada”.