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La libertad de prensa se erosiona en América Latina a medida que aumenta la incertidumbre sobre la viabilidad financiera de los medios independientes

La sostenibilidad financiera se ha convertido en una de las principales amenazas para la libertad de prensa en América Latina, según el Índice Mundial de Libertad de Prensa 2025 de Reporteros Sin Fronteras (RSF), publicado hoy, 2 de mayo. El informe señala que 22 de los 28 países de la región registraron caídas en sus indicadores económicos, profundizando aún más las tensiones democráticas en todo el continente.

“Es mucho más explícito como censura cuando alguien desmembra a un periodista dentro de una embajada o asesina a un periodista en la calle que cuando se habla de los desafíos estructurales de la estabilidad financiera del ecosistema informativo de un país”, dijo Artur Romeu, director de la oficina de RSF en América Latina, en una entrevista con LatAm Journalism Review (LJR). “La viabilidad financiera tiene que ver con temas que involucran el mercado, las políticas públicas, la regulación de las grandes empresas tecnológicas, una serie de factores. Es importante que pongamos esto sobre la mesa”.

El Índice Mundial de Libertad de Prensa es un ranking que mide las condiciones para el ejercicio libre del periodismo en 180 países, basándose en cinco indicadores: político, social, económico, legal y de seguridad.

“El indicador económico global consolidado es el más bajo en la historia del índice. Eso significa que hay una percepción generalizada en el mundo de que hay un desafío altamente complejo para la estabilidad financiera de los medios de comunicación”, dijo Romeu. “Esta fragilidad económica de las organizaciones de noticias pone en peligro al periodismo y tiene varios impactos sobre la independencia editorial”.

Según RSF, las consecuencias de este escenario son graves, ya que la presión financiera ha llevado a algunos medios a atender intereses políticos o comerciales o simplemente a reproducir comunicados de prensa. El informe también subraya que, en ambientes hostiles, la autocensura se convierte en una estrategia de supervivencia para muchos periodistas.

El informe señala que el periodismo en América Latina enfrenta desafíos estructurales persistentes, como la concentración de la propiedad de los medios, servicios públicos de información débiles y malas condiciones laborales. En los últimos años, según el análisis de RSF, el colapso de los modelos de negocio tradicionales ha empeorado esta crisis, ya que los ingresos por publicidad se han desplazado hacia las plataformas tecnológicas globales.

 

 

Nicaragua y las tendencias autoritarias levantan preocupación

Nicaragua (ubicada en el puesto 172) se convirtió en el país peor clasificado de América Latina en 2025, superando a Cuba (en el puesto 165) y cayendo nueve lugares en comparación con el año pasado.

“Por primera vez tenemos un país en la región que ocupa un puesto inferior al de Cuba, lo que es algo sin precedentes. La Constitución cubana prohíbe la propiedad privada de los medios, por lo que esencialmente cualquier tipo de periodismo no estatal es clandestino. Eso obviamente crea una situación muy única”, dijo Romeu. “En Nicaragua, hay un proceso de erradicación planificada del periodismo que ha estado en marcha desde 2018. Ha llegado a un punto en el que hoy el único tipo de periodismo sobre Nicaragua se produce en el exilio”.

Map of the Americas showing the state of press freedom in 2025, according to Reporters Without Borders (RSF). The map uses a color scale to indicate the situation in each country: green (good), yellow (fairly good), orange (problematic), red (difficult), and dark red (very serious). Most Latin American countries fall into the “problematic,” “difficult,” or “very serious” categories, with Venezuela, Cuba, Honduras, and Nicaragua standing out negatively.

Mapa de la libertad de prensa en las Américas en 2025. Fuente: Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa.

En cuanto a Argentina (puesto 87), el índice resalta las acciones del presidente Javier Milei para estigmatizar a los periodistas, desmantelar los medios públicos y utilizar la publicidad estatal como herramienta de presión política. El país ha caído 47 posiciones en solo dos años. “Esto está estrechamente asociado con Milei, quien tiene un enfoque completamente beligerante, confrontativo y virulento hacia la prensa. También ha adoptado políticas que restringen el acceso a la información y la transparencia”, señaló Romeu.

Perú (puesto 130) también sigue su declive por tercer año consecutivo, cayendo 53 posiciones desde 2022 debido al acoso judicial, las campañas de desinformación y la creciente presión sobre los medios independientes.

“Es una caída muy abrupta, en un corto periodo de tiempo, que está relacionada con el cierre general del espacio cívico”, explicó Romeu. “Tiene que ver con la captura del poder por un grupo central, una élite política corrupta que está cerrando los espacios para la participación social. Es un gobierno que se está volviendo cada vez más cerrado”.

El Salvador (puesto 135) continúa su trayectoria descendente, perdiendo 61 posiciones en el índice desde 2020. El informe de RSF señala que bajo el gobierno de Nayib Bukele, la libertad de prensa se ha visto debilitada por la propaganda y los ataques sistemáticos a los medios críticos con el gobierno.

Venezuela (puesto 160) sigue siendo uno de los peores desempeños de la región, con una situación marcada por la censura generalizada y la persecución judicial de los profesionales de la prensa. El país cayó cuatro posiciones en comparación con el informe del año pasado. En Haití (puesto 111), el colapso del estado y la violencia de las bandas han convertido al periodismo en una profesión de alto riesgo, lo que ha hecho que el país pierda 18 posiciones en el índice. El informe también subraya que la falta de estabilidad política ha sumido la economía de los medios del país en el caos.

 

Brasil rompe la tendencia

Contrario a la tendencia regional, Brasil (puesto 63) continuó subiendo en el ranking tras el fin del gobierno de Bolsonaro, con un salto de 47 posiciones desde 2022. El país también se destacó como uno de los pocos que mejoró su indicador económico en 2025.

A pesar de los aspectos positivos, Romeu explicó que el indicador social de Brasil es muy bajo. Existe la percepción de que los periodistas trabajan en un entorno hostil, con baja confianza en los medios y un cierto grado de autocensura, pero eso no necesariamente se refleja en el ranking general del país.

“Por eso hay una especie de tendencia contradictoria, en el sentido de que el indicador de seguridad mejora, porque hay menos casos de periodistas asesinados, desaparecidos, encarcelados o secuestrados. Pero aún así, hay una alta percepción de miedo y una baja confianza social en el trabajo de la prensa”, dijo Romeu. “Aunque Brasil subió significativamente en el ranking, esta es una área donde el país tiene un desempeño peor”.

México (puesto 124), el país más peligroso de la región para los periodistas, bajó tres posiciones, en parte debido a la creciente fragilidad económica de su ecosistema mediático. El indicador económico de México registró la cuarta mayor caída de la región.

“Hay una percepción de un debilitamiento general del sector mediático en el país. Eso fue lo que empujó a México ligeramente hacia abajo”, explicó Romeu. “El indicador de seguridad se mantuvo estable este año en comparación con los años anteriores. Es uno de los países donde más periodistas son asesinados, pero el indicador no empeoró significativamente en comparación con años anteriores. Si el índice se basara solo en la seguridad, México estaría en el puesto 155”.

Ecuador (puesto 94) y Bolivia (puesto 93) subieron en el ranking, con aumentos de 16 y 31 posiciones, respectivamente, en comparación con el informe 2024.

“Nuestra percepción es que Ecuador aún enfrenta una situación muy problemática, un entorno muy delicado y difícil para el periodismo, a pesar de esta mejora de 16 lugares”, dijo Romeu. “Lo mismo ocurre con Bolivia, que tiene un escenario político complejo. Si hubiera un ranking basado únicamente en el indicador de seguridad, Bolivia estaría en el puesto 116, lo cual es terrible, muy bajo. Entonces, a pesar de un aumento significativo, sigue estando en una posición muy mala”.

Colombia (puesto 115) mantiene una puntuación general estable. El informe de RSF dice que la política del gobierno hacia la prensa sigue siendo ambigua, oscilando entre el apoyo a un entorno mediático pluralista y la retórica confrontativa del presidente Gustavo Petro contra los principales medios de comunicación, en un contexto de amenazas constantes a la seguridad de los periodistas.

Guatemala se mantuvo en el puesto 138. Aunque Guatemala perdió dos puntos en su puntuación, el director explicó que una caída en la puntuación no siempre resulta en un peor ranking. Al mismo tiempo, una mejora en un indicador no necesariamente se traduce en una percepción general positiva de las condiciones de la prensa en el país.

“Lo que me parece interesante de Guatemala es que se puede ver que una postura política más favorable por parte del poder ejecutivo no necesariamente o automáticamente se traduce en condiciones estructuralmente mejores para ejercer el periodismo”, dijo Romeu. “El Ministerio Público utiliza el poder judicial para perseguir a los medios y periodistas, como en el caso de [José Rubén] Zamora. Todavía se percibe como un país peligroso para ejercer el periodismo.

 

El impacto de Estados Unidos en el periodismo global

En Estados Unidos (puesto 57, bajando dos posiciones desde 2024), el segundo mandato de Donald Trump ha llevado a un preocupante deterioro de la libertad de prensa, según RSF. El gobierno suspendió la financiación de varias redacciones a través de la Agencia de los Estados Unidos para los Medios Globales (USAGM), incluyendo Voice of America y Radio Free Europe/Radio Liberty.

De manera similar, la congelación de los fondos de ayuda internacional a través de USAID sumió a cientos de medios de comunicación en una inestabilidad económica crítica, obligando al cierre de varios en diferentes países.

“Estas políticas de Trump, de alguna manera, contribuyen a la decisión de RSF de poner el indicador económico en primer plano”, dijo Romeu. “Socavar el modelo de cooperación internacional es extremadamente grave. USAID es muy simbólica de esta estrategia de desmantelar las cosas desde la raíz”.

 

Panorama global

El informe global de RSF indica que, por primera vez, la situación de la libertad de prensa se ha vuelto “difícil” a nivel mundial, con la puntuación promedio de todos los países evaluados cayendo por debajo de los 55 puntos.

 Los datos muestran que en 42 países, que representan más de la mitad de la población mundial (56.7%), la situación es considerada “muy grave”, con la libertad de prensa prácticamente ausente y el ejercicio del periodismo extremadamente peligroso.
“Estamos hablando de un deterioro generalizado”, dijo Romeu. “En los últimos años, ha habido un empeoramiento continuo de las condiciones para ejercer el periodismo en todo el mundo, independientemente de dónde estemos”.