Se trata de un problema de larga data. Sin embargo, hablar de salud mental y bienestar en periodistas parece ser un tema tabú: rodeado de lo que se espera sea un buen periodista (siempre resiliente y capaz de sobreponerse a cualquier problema) y del estigma. Sin embargo, las voces expertas que se dieron cita durante el Simposio Internacional de Periodismo Online (ISOJ, por sus siglas en inglés) dejaron claro que no solamente ya es el momento de tomar la salud mental en serio, sino que se está en deuda con los periodistas.
Durante el panel “La salud mental y el bienestar de los periodistas en una era de acoso en línea, polarización extrema, negacionismo y pandemia”, moderado por Avery Holton, director del Departamento de Comunicación de la Universidad de Utah, se tocaron temas desde la responsabilidad de las redacciones, el rol que juegan los periodistas con ellos mismos y con sus colegas, e incluso la importancia de la salud mental para la libertad de prensa y la democracia.
Holton comenzó la discusión recordando cómo en los últimos años periodistas prominentes han hecho pública su renuncia a la profesión. Las razones pueden ir desde acoso, hostigamiento crónico, ansiedad hasta la falta de apoyo de las organizaciones periodísticas. Holton abrió la conversación preguntando cómo se ve la salud mental y el bienestar para los periodistas, y cómo están respondiendo a ella las organizaciones periodísticas.
Valerie Belair-Gagnon, directora del Centro de Periodismo de la Universidad de Minnesota y quien realizó junto a Holton un estudio enfocado en redacciones de Estados Unidos sobre este tema, señaló que uno de los aspectos que vieron es que “falta un enfoque sistemático en el periodismo” al abordar este tema.
Según dijo, usualmente la situación se aborda desde un aspecto individual. Así por ejemplo los editores aconsejan “hacer yoga”, “tomarse una copa de vino” o buscar terapia. Incluso sugieren buscar a otras personas con una situación similar “lo que lleva a otro tipo de peso para las personas que están experimentando problemas de salud mental o bienestar”, dijo Belairha-Gagnon. Finalmente, muchos periodistas optan por “adaptar su contenido y su enfoque” lo que realmente termina en autocensura.
Luisa Ortiz, directora ejecutiva y cofundadora de Vita-Active.org, destacó la importancia de reconocer que “los periodistas son humanos y asegurar sus derechos es un tema de derechos humanos”. En ese sentido, se debe tener en cuenta que los periodistas llevan a su trabajo todas las particularidades de su ser y cualquier factor estresante va a repercutir en la manera como se hace periodismo.
De allí que las organizaciones periodísticas deban apropiarse del tema y tratarlo desde una perspectiva colectiva.
Un punto que Belair-Gagnon destacó al tiempo que se preguntaba cuánta atención se le presta realmente al tema desde una perspectiva administrativa.
“¿Cuánto dinero gastan [las organizaciones periodísticas] en retención, cuánto dinero gastan en contratación? ¿Cuántas personas se han ido por problemas de salud mental? ¿Cuánto gastan en el programa de bienestar y qué tan difícil es contratar nuevos talentos? Estas son todas preguntas que creo que, al final del día, también afectan el resultado final, y deberían ser sobre poner al ser humano y los derechos humanos en primer lugar”, dijo Belair-Gagnon.
Algo que apoyó Hannah Storm, directora de Headlines Network de Reino Unido y quien estuvo presente vía online. “Somos seres humanos y el periodismo no podría existir sin periodistas. Así que tenemos que proteger el recurso más valioso del periodismo que son los periodistas”, aseguró Storm quien coincidió con Belair-Gagnon sobre la necesidad de que a nivel administrativo se dé la discusión sobre qué tanto se invierte en el bienestar de sus periodistas.
Para Storm es necesario que las organizaciones periodísticas permitan un ambiente seguro para que cualquier persona pueda expresar sus emociones, alejado del estigma o el ambiente “machista” de los medios. Algo que al final del día terminará “beneficiando” al periodismo: “el periodismo mejora cuando estamos mejor”, explicó Storm.
Elana Newman, profesora de psicología y directora del Dart Center for Journalism and Trauma, no solo estuvo de acuerdo sino que subrayó cómo el bienestar de un periodista repercute en la libertad de prensa. “La salud mental es un tema de libertad de prensa. Si no tenemos gente saludable, no tenemos medios saludables”, aseguró Newman.
Newman ofreció algunas pautas que desde las organizaciones pueden llevar a cabo para mejorar el bienestar de los periodistas. Así por ejemplo, pueden tener un ambiente de validación, un ambiente que valide el dolor, especialmente en la actualidad cuando el ejercicio periodístico es cada vez más atacado.
“Siempre ha habido problemas de libertad de prensa, pero creo que en todo el mundo ahora hay un ataque a la prensa y se siente en cada fibra desde el acoso en línea en adelante. Es más tóxico”, aseguró Newman. “Y por eso hoy más que nunca es tan importante que respondamos como organizaciones”.
Para Newman una de las cosas más básicas pero importantes que pueden hacer las organizaciones es decir “buen trabajo”. Asimismo ofrecer capacitaciones en salud mental, establecer límites que permitan la desconexión y realizar ejercicio. Resaltó la importancia de que los periodistas recuerden el sentido de su trabajo.
“Ustedes tienen uno de los trabajos más importantes, y creo que estamos viendo ahora mismo lo que sucede cuando no existen. Justo estábamos hablando de eso. La necesidad de información precisa es lo que mueve al mundo. Es lo que ayuda a ciudadanos como yo”, dijo Newman. “Su trabajo es muy importante y creo que deben continuar recordándose cuál es su misión y sus organizaciones deben hacerlo”.
Newman, Ortiz y Storm destacaron cómo las redacciones son a veces los lugares de hostigamiento, acoso sexual y microagresiones. De allí, que como lo planteó Ortiz también se hable de “welfare”, donde se hable de derechos laborales, donde se pueda negociar los salarios o por lo menos establecer tiempos de ocio.
Las expertas no quisieron terminar la conversación sin dejar de mencionar a los periodistas freelance, quienes en ocasiones quedan más expuestos a estos problemas, sin entidades a las cuales recurrir.
ISOJ tuvo lugar el 1 y 2 de abril de manera presencial en la Universidad de Texas en Austin y fue transmitido en línea también.