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Medios de noticias mexicanos aprenden a diseñar protocolos de seguridad a la medida

El periodista Juan Manuel Jiménez, del canal mexicano de noticias ADN 40, recibió un golpe en la cara en 2019, durante la cobertura de una protesta feminista en Ciudad de México. Luego de que varias manifestantes se acercaron a él para gritarle, rociarle polvo de colores y lanzar consignas al micrófono mientras Jiménez transmitía en vivo, un sujeto se aproximó para propinarle un puñetazo en el rostro que lo derribó.

El ataque le provocó al reportero fractura del tabique nasal que tuvo que ser tratada quirúrgicamente.

El incidente hizo que la redacción de ADN 40 se diera cuenta que, si bien los niveles de violencia contra periodistas en la capital del país no son tan altos como en los estados mexicanos acechados por el crimen organizado, los reporteros urbanos y de medios grandes también pueden llegar a ser blanco de ataques.

“Antes se respetaba la cámara, y a los reporteros más o menos los respetaban”, dijo a LatAm Journalism Review (LJR) Leticia Martínez, coordinadora de información de ADN 40. “A lo mejor no necesariamente nuestra preocupación principal es toparnos con narcos, con balaceras, o con situaciones de violencia, pero sí con estas agresiones que vienen directo hacia nosotros”.

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El golpe que recibió durante una transmisión en vivo le provocó al periodista Juan Manuel Jiménez fractura del tabique nasal. (Foto: Captura de pantalla del canal de YouTube ADN 40)

Martínez coordinó al equipo de ADN 40 que participó en Redacciones más Seguras (R+S), una iniciativa de capacitación sobre temas de seguridad para periodistas organizada por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y Google News Initiative (GNI).

El programa, que se desarrolló a lo largo de ocho meses este año, capacitó a nueve medios mexicanos para crear sus propios protocolos de seguridad basados en sus necesidades y circunstancias específicas. El objetivo es prevenir agresiones o estar preparados para distintos tipos de amenazas, en medio de un ambiente cada vez más peligroso para la prensa en México.

“Cuando nos aproximamos a este curso decíamos ‘nosotros no tenemos este tipo de situaciones aquí’”, dijo Martínez, en referencia a las condiciones de riesgo que describieron periodistas de fuera de la Ciudad de México durante el programa. “Nos sentíamos ajenos a esas circunstancias, pero poco a poco nos dimos cuenta que no. Lo que pasa es que quizá [los ataques a los que estamos expuestos] no son  tan violentos como en Celaya o en Torreón”.

Durante las sesiones, Martínez aprendió que su equipo necesitaba aprender a reaccionar en caso de que ese ambiente hostil hacia la prensa se llegara a replicar en la Ciudad de México. Martínez dijo que, antes del ataque a Jiménez, su equipo había experimentado únicamente agresiones menores, como el robo de una cámara o la vigilancia de personas sospechosas durante coberturas en barrios peligrosos.

Además de ADN 40, fueron seleccionados para participar en el programa los periódicos El Sol de Tampico, del estado de Tamaulipas; El Imparcial, de Sonora; Diario del Sur, de Chiapas; El Sol, de Durango; Diario AM, de León; El Sol, de Chihuahua; Diario de Yucatán, de Yucatán; y Semanario Zeta, de Baja California, los cuales se ubican en regiones consideradas como de riesgo, de acuerdo con Carlos Lauría, director ejecutivo de la SIP.

Solo durante la administración del expresidente Andrés Manuel López Obrador, que concluyó el 1 de octubre, al menos 47 periodistas fueron asesinados en el país, mientras que muchos más ejercieron su profesión en medio de un ambiente de amenazas y estigmatizaciones.

“Ante este declive democrático y polarización aguda se hace imprescindible este tipo de esfuerzo”, dijo Lauría a LJR. “Este tipo de programas que ayudan a los medios a avanzar en estos protocolos internos, en estos planes de seguridad que involucran todas las áreas de la redacción, han sido beneficiosas. En mi experiencia, este tipo de programas pueden ayudar a prevenir males mayores”.

Planes de contingencia personalizados

El objetivo de R+S no fue enseñar a periodistas lo que deben hacer para prevenir ataques. Fue más bien enseñarles a identificar los riesgos específicos a los que su redacción está expuesta y diseñar un plan de acción para prevenirlos y reaccionar en caso necesario.

“Cada dinámica de violencia es distinta, dependiendo de la región. Tenemos muy claro que cada región implica distintos retos”, dijo a LJR Javier Garza, periodista especializado en temas de seguridad y coordinador del programa. “La idea era hacer una especie de ejercicio con distintos medios mexicanos, no tanto para decirles qué tipo de medidas de protección tomar, sino mostrarles una metodología para que ellos puedan hacer su propio protocolo de seguridad”.

El que los propios miembros de la redacción sean quienes diseñen su plan de seguridad hace que éstos tengan cierto sentido de pertenencia hacia el documento y aumenta las posibilidades de que se apeguen a él y, por tanto, su eficacia, dijo Garza.

“No es que vinieron unos especialistas de Google y les dijeron ‘estas son las cosas que tienen que hacer’, porque en muchas ocasiones eso se ve como una imposición”, dijo Garza. “Pero si esto es un documento que tu propio equipo trabaja dentro de la redacción, lo sientes como un instrumento propio, entonces sientes que es algo que tienes que cuidar y cultivar”.

R+S arrancó con una reunión con representantes de los medios participantes durante la 79 Asamblea General de la SIP, en diciembre de 2023 en Ciudad de México. Ahí se les explicó el funcionamiento y los objetivos del programa, dijo Garza, para luego continuar a lo largo de ocho meses con sesiones de capacitación y mentoría en línea.

En las primeras sesiones, los participantes aprendieron a hacer su propia evaluación de riesgos, bajo la coordinación de Jorge Luis Sierra, periodista experto en ciberseguridad y director del Border Hub, una organización dedicada a impulsar el periodismo de investigación de calidad en zonas de la frontera entre México y Estados Unidos afectadas por la corrupción y la violencia.

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El periodista especializado en temas de seguridad Javier Garza fue el coordinador de la iniciativa Redacciones más Seguras. (Foto: Archivo)

Los participantes aprendieron a utilizar Salama, la plataforma web desarrollada por Sierra que ayuda a periodistas y defensores de derechos humanos a evaluar sus riesgos de seguridad a nivel personal y organizacional.

Salama funciona a partir de un cuestionario que los periodistas responden sobre su entorno de trabajo y el tipo de amenazas y medidas de seguridad existentes. De acuerdo con sus respuestas, los usuarios reciben recomendaciones concretas sobre cómo mejorar su seguridad física, digital y de bienestar personal.

“Se hace una especie de análisis de fortalezas, debilidades y vulnerabilidades, y de quiénes son sus potenciales agresores y de qué manera les pueden hacer daño. También sobre la forma que pueden tomar las agresiones y qué tipo de coberturas desatan esas agresiones”, dijo Garza. “A lo mejor en Chiapas la principal amenaza puede venir de parte de grupos criminales, pero por ejemplo en Chihuahua puede venir de actores políticos. Cada medio va a tener distintas formas de ataques”.

Una parte importante de la metodología de R+S fue el involucramiento de personal de áreas distintas a las editoriales en el diseño de los protocolos de seguridad. Para participar en el programa, los medios tuvieron que formar equipos multidisciplinarios con miembros de áreas como administración, sistemas y recursos humanos, además de periodistas y editores.

Esto, bajo el entendimiento de que para que un plan de protección a los periodistas en el terreno funcione debe contar con la coordinación de todas las áreas del medio.

“Esos planes de seguridad interna requieren la atención, no solo de los periodistas que cubren temas sensibles, sino de los editores, los directores y también de la gente de administración de los medios, que en muchos casos son los encargados de suministrar o agilizar los recursos para que los periodistas y el medio puedan responder ante una contingencia”, dijo Lauría.

R+S también incluyó sesiones de capacitación sobre seguridad digital, a cargo de personal de Google; seguridad física de periodistas e instalaciones, impartida por Garza; y perspectiva de género en seguridad, a cargo de la periodista María Idalia Gómez.

Poner al equipo en la misma página

Garza dijo que algo que le llamó la atención durante las sesiones de R+S es que varios de los equipos se dieron cuenta de que no habían puesto suficiente atención a los posibles ataques a las instalaciones de sus medios. Muchos no contaban con control de visitantes, sistemas de videovigilancia o guardias capacitados en sus edificios.

“Se dieron cuenta que era un área de seguridad que no creían que fuera importante y que resultó ser importante, porque en varias ocasiones hemos visto que son atacadas las instalaciones [de los medios]”, dijo Garza. “O cuando un reportero es acosado o incluso secuestrado, lo vienen siguiendo desde las instalaciones”.

Garza dijo que los equipos coincidieron en que todos habían enfrentado algún tipo de amenaza a su seguridad de la cual habían logrado protegerse de una u otra forma. Sin embargo, agregó, otro objetivo de R+S fue que los participantes aprendieran a sistematizar esas prácticas que les habían funcionado y las incluyeran en sus protocolos de seguridad.

“La metodología no se trata nada más de poner ahí medidas de seguridad en respuesta a una situación. Es también para poner medidas de seguridad que quizá llevan años utilizando, pero que no lo hacían de manera sistemática, o que quizá uno o dos reporteros seguían, pero que no se extendían al resto de la redacción”, dijo Garza. “Ahora lo vamos a poner en un documento para que sea sistemático y para que cada persona que entre a la redacción, cada reportero o editor nuevo lo lea, y que también se vaya actualizando constantemente”.

El equipo de ADN 40 ya está poniendo esa sistematización en práctica. Para la cobertura de las elecciones presidenciales en México, en junio de este año, Martínez desarrolló un documento breve con medidas básicas de seguridad para sus reporteros, el cual le sirvió como ejercicio para terminar de delinear el documento general con los protocolos de seguridad para su medio.

Martínez dijo que buscará integrar ese documento general en el manual de estilo de su redacción para que los nuevos miembros del staff aprendan los protocolos de seguridad como parte de su inducción al método de trabajo del canal.

Entre las conclusiones a las que llegó el equipo de ADN 40 tras ejecutar su análisis de riesgos en el curso está que la inseguridad de Ciudad de México es un factor a considerar de forma más seria, ya que podría afectar principalmente a los reporteros que cubren la fuente policiaca, dijo Martínez.

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Ocho medios impresos locales y un canal de televisión nacional de México participaron en la primera edición de Redacciones más Seguras. (Foto: Capturas de pantalla)

Para los periodistas que se dedican a la investigación, la transparencia con las fuentes es una de las medidas principales a tomar en cuenta, para evitar el riesgo de malentendidos o represalias, agregó la periodista.

El boceto del documento final de ADN 40 incluye medidas como delinear lo que se debe hacer antes, durante y después de una cobertura, investigar previamente la ubicación de los lugares a los que se va a trasladar el equipo, definir la forma más conveniente de trasladarse y vestir de acuerdo con las condiciones de la cobertura, entre otras.

“Ese tipo de cosas antes las hacíamos un poco de forma intuitiva: si voy a ir al penal, pues obviamente no me puedo vestir de azul o de caqui. Si voy a ir a una colonia popular a buscar delincuentes, no puedo andar con los logos [del canal] visibles”, dijo Martínez. “Y esos son el tipo de elementos que tuvimos que plantear para nuestra metodología”.

Otras medidas de seguridad que Martínez planea incluir en el protocolo de seguridad de ADN 40 son que los periodistas hagan un barrido rápido de cada lugar al que llegan para tratar de identificar salidas de emergencia o vías de escape en caso de peligro. También determinar a quiénes llamar en caso de necesitar ayuda y qué hacer si se topan con un personaje hostil.

“Hay tantas situaciones que se pueden presentar y para las que no estaríamos en posibilidad de reaccionar. Y esa es la preocupación principal que tengo: que todos sepamos actuar en diferentes circunstancias”, dijo Martínez. “Mi prioridad al hacer este trabajo es abarcar muchos escenarios que me permitan tener una gama amplia de reacciones cubiertas para cuando salen a trabajar”.

Nuevas ediciones en puerta

Esta primera edición de R+S sirvió como programa piloto para determinar si era posible hacer nuevas ediciones para capacitar a más medios, e incluso replicarlo en otras partes de América Latina, dijo Lauría.

“Estamos en conversaciones con Google para continuar este programa, porque ha tenido resultados importantes”, dijo. “Hubo una reacción muy positiva de los medios involucrados y la idea es poder expandir esto hacia países y zonas donde los periodistas y medios de comunicación no están realmente preparados”.

Lauría dijo que entre los territorios donde están contemplando llevar el programa está Ecuador, donde la prensa está enfrentando creciente amenaza a causa del crimen organizado, y a regiones de Argentina como la ciudad de Rosario, donde cada vez más medios que cubren el narcotráfico están sufriendo amenazas.

Garza agregó que en el futuro también existe la posibilidad de realizar programas de capacitación similares para periodistas independientes o fundadores de sus propios medios en redes sociales, que son de los más vulnerables a la violencia en México.

“Sin duda de aquí puede salir una metodología que después pueda extenderse a otros medios o a otros periodistas”, dijo Garza. “Son oportunidades que iremos tomando”.

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