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Notícia Preta prioriza la cobertura centrada en los residentes de la operación más mortífera de Río

La periodista Thaís Bernardes se percató en la madrugada del 29 de octubre de que el operativo policial que había comenzado el día anterior en los complejos Penha y Alemão, en la Zona Norte de la ciudad brasileña de Río de Janeiro, no se parecía a otras acciones rutinarias en las comunidades de la ciudad.

“El primer día, pensé que era un operativo policial más”, dijo la fundadora de Notícia PretaLatAm Journalism Review (LJR), señalando la normalización de este tipo de acciones, incluso por parte de los propios periodistas.

Cuando le avisaron que los residentes estaban encontrando cadáveres en el bosque entre los dos complejos, que en conjunto albergan 26 comunidades, salió de su casa en Ilha do Governador para dirigirse al lugar con su esposo, el fotoperiodista André Melo.

“Cuando llegamos, empezamos a comprender la magnitud. Para mí, lo peor fue el olor a muerte”, dijo.

Lo que Bernardes presenció en el Complejo Penha hacía parte de la operación más sangrienta en la historia de Río de Janeiro, que dejó 121 muertos, entre ellos cuatro policías, y movilizó a cerca de 2.500 agentes de la Policía Civil y Militar. El número total de fallecidos sólo se conoció cuando los vecinos entraron en la zona boscosa y trasladaron decenas de cuerpos a una plaza del barrio, revelando la magnitud de la operación.

La operación también generó un debate sobre el papel de la prensa en la cobertura de operativos policiales de alta letalidad. En los días siguientes, periodistas e investigadores analizaron las limitaciones recurrentes de este tipo de cobertura, como la dependencia inicial de las versiones oficiales, las dificultades lingüísticas para describir fallecidos y sospechosos, la ausencia de voces de residentes y la responsabilidad de la prensa de contextualizar los episodios de violencia en zonas periféricas.

Notícia Preta produce una cobertura centrada en la política y la seguridad pública con una perspectiva antirracista. Bernardes dijo que el objetivo principal del medio durante el desarrollo del operativo policial fue mostrar la organización y movilización de la comunidad, brindando un servicio y apoyo a los residentes de la región. El medio mostró, por ejemplo, las acciones de una iglesia que atendía a las personas presentes en el lugar, así como el traslado de los fallecidos y cómo obtener información sobre sus familiares.

“Nuestro objetivo era informar lo que sucedía en la zona. Lo que intentaba mostrar era cómo se organizaba la comunidad”, dijo Bernardes. “Todo el trabajo de comunicación de Notícia Preta estaba dirigido a servir a la sociedad local del Complejo Penha”.

Fundado en 2018, Notícia Preta celebra su séptimo aniversario el 20 de noviembre y cuenta con un equipo de 11 personas en la redacción que investigan y gestionan las redes sociales. El medio se sostiene gracias a la Escuela de Comunicación Antirracista, una iniciativa creada por Bernardes para promover la formación profesional, y al Instituto Orìrè, una organización que recauda fondos para proyectos sociales.

Notícia Preta prioriza las agendas y perspectivas de las comunidades afro y periféricas de Brasil. Con un enfoque que combina la denuncia de las desigualdades raciales y la valoración de las narrativas comunitarias, este medio ejemplifica un modelo de periodismo independiente que establece relaciones de confianza con los residentes y logra acceder a historias a las que los medios tradicionales no pueden llegar.

“El periodismo comunitario en Brasil hoy es el periodismo que se encuentra donde el periodismo tradicional no puede llegar”, dijo Bernardes. “El enfoque que adoptamos, la atención que le damos, la manera en que lo abordamos y, sobre todo, la perspectiva que tenemos, no es la misma”.

Como parte de la serie “5 Preguntas”, LJR conversó con Bernardes sobre la operación en Río de Janeiro y el cuidado puesto en brindar una cobertura humanizada y antirracista, así como sobre la importancia del periodismo comunitario en la cobertura de violencia.

La entrevista fue editada para mayor brevedad y claridad.

 

1. ¿Cómo fue el trabajo de investigación en este caso?

Como periodista en esta situación, observo más y espero a que la gente se acerque a mí con sus historias, porque así se establece una relación de confianza. Tengo otra cosa: soy igual que esas personas. Vengo de donde vienen. Creo que eso marca la diferencia en el periodismo que hacemos.

Vimos en los medios tradicionales imágenes de un reportero persiguiendo a una madre desesperada con un micrófono en la mano. No necesitamos eso, porque sabemos cómo llegar a ella, sabemos qué decirle.

Por ser iguales a ellos, sabemos cómo abordarlos de la mejor manera. Hay otra cosa, que puede parecer extraña: estás cumpliendo con tu deber y creciste viendo eso. No es una gran sorpresa. Esto incluso es un problema porque trivializa la violencia.

2. ¿Cuáles fueron los principales desafíos al investigar y publicar en tiempo real?

El desafío en el terreno fue poder obtener los datos oficiales. La gente de la redacción me pasaba las cifras oficiales, pero los datos oficiales no coincidían con los que teníamos allí. Nosotros teníamos un recuento y el gobierno otro. Fue un gran desafío. Ellos decían que había 70 [casos], y nosotros contábamos con 100. Tuvimos que informar “según nuestro recuento” porque eso era lo que estábamos viendo.

Otro desafío fue la narración. ¿Cómo narrar algo que parece ser siempre lo mismo? Llega un cuerpo, llega un cuerpo, llega un cuerpo. Así que fue muy difícil no caer en el lugar común de la narrativa.

Fui capturando pequeños momentos. Por ejemplo, la revuelta popular: los residentes hacían una pancarta, gritaban consignas. En un momento dado, escucharon a varios abogados y defensores de derechos humanos. Ellos formaron un círculo para explicarle a la gente qué tenían que hacer, cuáles eran sus derechos. Narrábamos esos momentos.

3. ¿Tenía alguna preocupación específica sobre cómo retratar a las víctimas y muertos?

Sí. Todas las imágenes son muy crudas. Es muy difícil evitar el sensacionalismo. Optamos mucho por primeros planos, mostrando una mano, un cubo de basura o a una persona llorando mientras abrazaba a alguien, con la cabeza gacha, o planos generales donde no se podían identificar los rostros. Y [eliminamos] a los menores de edad. Obviamente, es algo que parece obvio, pero no se respeta. Hay varias fotos de medios tradicionales donde se ven niños.

4. ¿Cómo manejan el lenguaje al hablar de las víctimas?

En Notícia Preta tenemos algunas normas. Por ejemplo, decimos: “121 personas muertas”. No decimos sospechoso, porque no hay manera de saber si se trata de un sospechoso. No hay ninguna conexión entre las personas [en ese momento]. Hay 117 personas y cuatro policías. Eso es lo que sabemos.

Decir que son personas es muy importante. Humanizar. Históricamente, el cuerpo negro siempre se ha visto como mercancía. Tengo que decir que hay 117 personas, porque son 117 personas.

Nuestra preocupación constante es cómo informar las noticias sin dar la impresión de que defendemos delincuentes, porque no es lo que hacemos. Es un gran desafío.

Nos resulta muy difícil hacer entender a la gente que lo que realmente defendemos es el derecho a la vida de todo el mundo. Cuando hablamos de un Estado genocida, hablamos de un Estado genocida que asesinó a un policía, que expuso a un agente a esa situación. Porque si el policía murió, fue asesinado por el Estado tanto como el delincuente.

¿Cómo lidiamos con esto nosotros, como medio de comunicación independiente, que ya tenemos el estereotipo de defender a delincuentes? Es complicado, porque la gente supone que estamos en contra de la policía. Y, de hecho, no estamos en contra de la policía. Sobre todo porque la mayoría de los policías son negros.

Todavía no he encontrado una respuesta a este desafío. Lo que hacemos es mencionar a la policía en todos nuestros artículos. También publicamos artículos exclusivamente sobre la policía.

Obviamente, no podemos igualar todo. El nombre del medio es Notícia Preta (Noticias Negras). Así que ya existe un sesgo. Me identifico como un instrumento antirracista desde la perspectiva progresista. Pero la gente ya tiene ideas preconcebidas, porque parece que o eres una cosa o eres otra.

5. ¿Qué lecciones nos deja esta operación sobre el papel y la importancia del periodismo comunitario en el Brasil actual?

El periodismo comunitario en el Brasil actual es un periodismo que se mueve donde el periodismo tradicional no puede llegar. Aunque estemos físicamente en el mismo espacio, aunque estamos codo a codo con el reportero de televisión, no estamos en la misma esfera. El enfoque que adoptamos, la atención que le damos, la manera en que abordamos los hechos y, sobre todo, la perspectiva que tenemos, no es la misma.

Nos enfrentamos a grandes desafíos que quizás los medios tradicionales no afrontan: el desafío de la permanencia de estos medios independientes. Un desafío económico, un desafío de alcance.

Notícia Preta ganó casi 20.000 seguidores con esta tragedia. Qué triste es que ocurra una tragedia y que nosotros la cubramos para que la gente sepa que hay personas de favelas, periferias y personas negras que hacen periodismo serio. La gente vio la verdad en lo que hago. Vieron que es una investigación real, vieron que estamos en el terreno, confían en lo que hacemos. Las cifras lo demuestran. Qué triste que se enteren de nuestro trabajo a través de una tragedia así.

Estaba en un evento y una chica me dijo: “¡Guau, eres la chica del video!”. Había compartido un video mío hablando sobre el papel de las iglesias en el Complejo Penha. Pensé: qué bueno que hice ese video. Y qué bueno que hablé de ello, porque era algo que los medios de comunicación tradicionales no iban a hacer.

Traducido por Silvia Higuera Flórez
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