El abogado del periodista mexicano Emilio Gutiérrez Soto, quien permanece en un centro de detención en El Paso, Texas, desde diciembre de 2017, dice contar con nueva evidencia para convencer al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) de otorgar asilo al periodista.
La Junta de Apelaciones de Inmigración de Estados Unidos (BIA) ordenó una nueva audiencia sobre la petición de asilo de Gutiérrez Soto, a diez años de que este se entregó a las autoridades de inmigración en la frontera de Estados Unidos y México. En un documento fechado el 15 de mayo, la Junta resolvió que el juez necesita considerar la “evidencia adicional”. Mientras el periodista espera la nueva audiencia, no puede ser deportado.
“Él estuvo muy cerca de ser deportado”, dijo al Centro Knight Eduardo Beckett, abogado de Gutiérrez Soto. “Para nosotros, pasar de perder el caso y de casi ser deportado, a que ahora la Junta de Apelaciones de Inmigración diga que el juez se equivocó y que, basados en esta nueva evidencia que básicamente responde a todas las razones que dio el juez, pudimos decir que el juez se equivocó y por qué, y que ellos (La Junta) hayan estado de acuerdo, es algo muy positivo”.
Gutiérrez Soto y su hijo Óscar, de 24 años, fueron detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas en diciembre de 2017 y llevados a una estación de la Patrulla Fronteriza en la frontera para ser deportados. La deportación no se llevó a cabo gracias a una solicitud de suspensión de deportación de emergencia. Cinco meses atrás, en julio del mismo año, un juez de inmigración les había negado la petición de asilo.
El periodista apeló la decisión del juez en noviembre de 2017, pero la apelación fue negada por haber sido interpuesta “fuera de tiempo”. Luego, el 22 de diciembre del mismo año, la Junta de Apelaciones de Inmigración aceptó revisar nuevamente el caso.
Gutiérrez Soto es originario del estado de Chihuahua, en México, y se entregó a las autoridades en la frontera entre México y Estados Unidos en junio de 2008. Ahí expresó su intención de pedir asilo, tras haber recibido amenazas de muerte a raíz de un reportaje en el que revelaba supuestos abusos de miembros del Ejército mexicano contra civiles.
La nueva evidencia con la que cuenta el periodista incluye una carta del Departamento de Estado de Estados Unidos en la que destaca que México es el país que más peligroso para ejercer el periodismo después de Siria, además de decenas de reportes de los peligros que los periodistas enfrentan en ese país y un documento de la ONU que destaca la impunidad que existe en los asesinatos a reporteros mexicanos, de acuerdo con The National Press Club.
“[El Departamento de Estado] está contradiciendo todo lo que ICE dice, de que deben deportarlo, de que no fue torturado, que por lo tanto puede regresar [a México], que puede tener guardaespaldas”, dijo Beckett.
Sin embargo, el abogado aseguró que varios funcionarios del Gobierno de México le han dicho en privado que si Gutiérrez Soto regresa a su país, lo más probable es que sea asesinado, aun si consigue tener guardaespaldas.
“Ellos me dijeron que los mecanismos en México no son adecuados para protegerlo, y que sí lo matan, y que el gobierno no va a poder protegerlo”, dijo Beckett.
También forman parte de la evidencia más de 155 páginas de artículos que Gutiérrez Soto escribió y que muestran el tipo de trabajo periodístico que realizaba en Chihuahua.
El National Press Club y otras 15 organizaciones de prensa interpusieron en marzo un recurso “amicus curiae” ante la Junta de Apelaciones en apoyo al caso de Gutiérrez Soto. Por su parte, la Clínica Internacional de Derechos Humanos de la Escuela de Derecho de la Universidad Rutgers interpuso un escrito de habeas corpus para su liberación, el cual fue secundado por otras 20 organizaciones de periodismo como recurso “amicus curiae”.
Otro aspecto que Gutiérrez Soto tiene a favor es la beca Knight-Wallace Journalism Fellowship que le ofreció la Universidad de Michigan. Según Beckett, esto no solo demuestra el apoyo del gremio académico y periodístico hacia Gutiérrez Soto, sino también su prestigio como periodista.
El programa Knight-Wallace Journalism Fellowships es por un año e incluye una beca por US $75.000 más US $5.000 para gastos de mudanza, además de seguro médico. Sin embargo, para que el periodista pueda aceptar la beca, necesita ser liberado.
“Él entró legalmente [a Estados Unidos]. Pidió asilo, lo cual le otorga el estatus de ‘asylum pending’”, explicó Beckett. “Con ese estatus, se puede tener un permiso de trabajo, el cual tiene Emilio y su hijo. Puedes tener una licencia de conducir, se puede ir a la universidad. Si el asilo es otorgado, el estatus cambia a ‘asilado’”.
Beckett destacó que en días recientes personalidades como el expresidente de México Vicente Fox y el periodista Bill O’Reilly se sumaron en los llamados a liberar a Gutiérrez Soto y a su hijo.
“Para mí y para Emilio, esto es grandioso”, dijo Beckett. “Ahora existe la posibilidad de que le den el asilo. No es un hecho todavía, pero yo pelearé la decisión de nuevo. Para mí, es obvio que este caso debe ser ganado”.
El apoyo también ha surgido de consejos editoriales y columnistas de numerosos periódicos de Estados Unidos, como el Washington Post, el Pittsburgh Post-Gazette y el Houston Chronicle. Una petición en Change.org para detener su deportación ha reunido casi 100 mil firmas.
Beckett explicó que deben esperar la fecha de la nueva audiencia y el juez que tomará el caso. La resolución de la Junta fue enviada al mismo juez que le negó el asilo en primera instancia, pese a que el procedimiento es que los casos de personas que están bajo detención - como Gutiérrez Soto - sean asignados a un juez diferente para su revisión. Por tanto, el juez tendrá que decidir si toma el caso o lo pasa a alguien más.
En opinión profesional de Beckett, cree que el caso debe ser tomado por un nuevo juez.
Beckett dijo que, desde que fue detenido, Gutiérrez Soto está deprimido y ha mostrado síntomas de estrés post-traumático, además de que ha perdido peso. Pese a estar con su hijo, ambos viven en condiciones similares a las de una prisión. El abogado dijo que anteriormente no era tan común encerrar a solicitantes de asilo, a menos de que hubiera razones suficientes, lo cual no es el caso del periodista, ya que él no tiene record criminal ni ingresó ilegalmente a Estados Unidos.
“Él me dijo una vez ‘por hacer mi trabajo como reportero, mira las consecuencias. Estoy detenido como criminal. Y lo más triste para mí, lo más duro, no es eso, a mí no me importa sino mi hijo, el sufrimiento de mi hijo’”, contó Beckett.