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Periodistas brasileñas dicen que las redacciones necesitan mejor formación para cubrir feminicidios

Brasil tiene una de las tasas más altas de feminicidios de América Latina. Casi 1.500 mujeres fueron asesinadas en Brasil en 2024 por razones de género, la cifra más alta desde que se tipificó el delito de feminicidio en 2015.

Sin embargo, las periodistas especializadas en violencia contra las mujeres afirman que, aunque la prensa brasileña ha avanzado en la cobertura de estos delitos, sigue enfrentándose a retos estructurales para abordar adecuadamente la violencia de género.

“No creo que los medios de comunicación sean incapaces de presentar la magnitud del problema a través de las cifras. Creo que los medios han fallado más en mostrar la complejidad que rodea a este tipo de delitos, antes y después del asesinato”, dijo la periodista Marisa Sanematsu, directora de contenido del Instituto Patrícia Galvão, a LatAm Journalism Review (LJR).

El Instituto Patrícia Galvão se dedica a la defensa de los derechos de las mujeres a través de acciones en los medios de comunicación. Entre 2015 y 2016, monitoreó la cobertura de los crímenes de feminicidio e identificó una serie de problemas. De acuerdo con Sanematsu, aunque los asesinatos recibieron una gran cobertura en cuanto a cantidad de artículos, casi no se utilizó el término feminicidio, la mayoría de los reportajes tenían un enfoque policial y las únicas fuentes eran los boletines de incidentes y los agentes de seguridad pública.

“Incluso centrándose en el caso individual, la cobertura fue superficial, poco investigativa y, además, estereotipada y prejuiciosa, a menudo justificando al autor y responsabilizando a la víctima”, dijo Sanemats. “Los textos se limitaban al delito y no había indicios de vías de salida para la situación de violencia, como servicios de acogida y canales de denuncia”.

Sanematsu dijo que desde entonces se ha producido un claro avance en la cobertura, especialmente por parte de los grandes medios de comunicación, pero aún existen varios ejemplos de artículos que desinforman y abordan con sensacionalismo el delito de feminicidio.

“Si bien hoy en día hay más periodistas y medios preocupados por tratar el tema con seriedad y llevar información relevante a la población, por otro lado, una gran parte de la prensa sigue cubriendo la violencia contra las mujeres y el feminicidio como cuestiones puntuales e individuales, sin abordar el problema de la violencia de género de una manera más amplia, que requiere la intervención del Estado en todos los niveles”, dijo Sanematsu.

Desafíos de la cobertura

Cristina Fibe, periodista especializada en la cobertura de la violencia contra las mujeres, dijo que el principal reto a la hora de cubrir casos de feminicidio es encontrar el equilibrio entre la necesidad de informar sobre la violencia y el cuidado de no explotar el sufrimiento de la víctima y su familia.

Con casi dos décadas de carrera, Fibe es actualmente columnista de Uol. Cuando trabajaba en O Globo, en 2018, se ocupó del caso del supuesto médium y líder espiritual João Teixeira de Faria, conocido como “João de Deus”, y profundizó en la violencia contra las mujeres en el libro “João de Deus - O abuso da fé” (Juan de Dios - El abuso de la fe). En ese momento, ‘João de Deus’ había sido acusado de abuso sexual por varias mujeres, lo que desencadenó cientos de denuncias en su contra. ‘João de Deus’ fue condenado en 15 casos de agresión sexual mediante fraude y violación contra 66 víctimas. La suma de las condenas es de 458 años, 11 meses y 5 días de reclusión.

De acuerdo con Fibe, es importante que los delitos contra las mujeres salgan de la zona de silencio para que se exija prevención, educación y políticas públicas. Sin embargo, observa que muchos medios de comunicación siguen publicando artículos sobre el tema porque les preocupa más la audiencia que puede generar.

“Explotan hasta la extenuación las imágenes del sufrimiento de las mujeres, utilizan la voz pasiva y no sacan a la luz a los asesinos. Nos vemos ‘justificando’ lo injustificable, buscando motivos para que un hombre le quite la vida a una mujer: separación, traición, lo que sea”, dijo Fibe a LJR. “Y no es nada de eso: un hombre no mata por celos o por amor. Mata porque se cree dueño de ese cuerpo. No ve a las mujeres como seres humanos con los mismos derechos, sino como objetos de su propiedad. Es un crimen de odio, no de amor. Falta alfabetización en el periodismo para cometer menos errores”.

Raíssa França, periodista y fundadora de Eufêmea, la primera agencia de contenido femenino de Alagoas, en el noreste de Brasil, destaca un problema adicional en la cobertura de los feminicidios cuando la víctima es una mujer negra. Dijo que muchos medios de comunicación siguen recurriendo al sensacionalismo o simplemente ignoran el caso cuando muere una mujer negra.

“Creo que la vida de una mujer negra todavía se ve como un número, un dato, y no como una persona. En mi opinión, la vida de la mujer negra parece valer menos, tener menos repercusión e incluso la forma en que se narra sigue siendo un problema grave”, dijo França a LJR. “No vemos esto cuando se trata de una mujer blanca, de clase media, por ejemplo. El principal reto es romper con esta lógica de invisibilidad y espectacularización. Se trata de garantizar que la cobertura sea ética, comprometida y que cubra la justicia. Se trata de no olvidar que esa mujer es una persona y no una estadística”.

Cambios necesarios

Fibe dice que el caso de ‘João de Deus’ le hizo darse cuenta de que cubrir la violencia de género es diferente a todas las demás investigaciones: otra forma de hacer entrevistas, otras prioridades a la hora de escribir el texto y otros cuidados con el titular y la foto.

“Fue la necesidad de hacer una investigación correcta y defender la publicación dentro del periódico O Globo lo que me impulsó a estudiar las mejores prácticas y especializarme en la cobertura de la violencia contra las mujeres”, dijo. “Fui a estudiar, porque en casi 20 años de carrera no había pasado por ninguna formación en ese aspecto”.

La periodista dijo que la mejora en la cobertura pasa por cambios estructurales en las redacciones, con más mujeres en puestos directivos.

Una encuesta publicada en marzo por el Instituto Reuters mostró que todavía hay más mujeres trabajando como periodistas que como editoras senior en nueve de los doce países analizados. Brasil fue el país con la mayor brecha entre el porcentaje de mujeres periodistas y mujeres editoras.

“Es necesario cambiar estructuralmente las redacciones. Es difícil, porque las redacciones reflejan el sistema patriarcal en el que se insertan. El cambio no es rápido, pero sí pasa por el periodismo”, dijo Fibe.

La periodista también defiende que haya más seriedad en el tratamiento de los casos de acoso sexual dentro de las propias empresas de comunicación y tolerancia cero para silenciar las voces de las periodistas. También destacó la importancia de la alfabetización dentro de las redacciones para reducir los errores.

“Es importante tratar a las víctimas con humanidad, considerar si el uso de una determinada foto o la construcción de un texto podría herirlas u ofender a la familia, por ejemplo. El problema es que el machismo está tan arraigado en nosotros que muchas veces no nos damos cuenta de los errores que cometemos”, dijo. “Hay que centrarse en los hombres que cometen estos delitos, investigarlos en lugar de hurgar en el pasado de las víctimas. Recordar siempre: la culpa no es de la víctima. Y dejar de buscar ‘razones’ para su muerte”.

França refuerza la necesidad de la alfabetización en materia de género y raza en las redacciones, y también cree en la importancia de velar por la memoria de las víctimas.

“No se puede hablar de género sin hablar de raza”, dijo. “La cobertura periodística puede ser una herramienta de justicia o de borrado; puede acoger o revictimizar; puede concientizar o alimentar el ciclo de violencia. También es importante recordar que el feminicidio no es un ‘crimen pasional’, no es una ‘tragedia familiar’, no es una ‘pelea de pareja’. Es un crimen motivado por el género, con raíces en el machismo estructural”.

Preguntas que la prensa no hace

Más allá de las cuestiones internas de las redacciones y del machismo estructural de la sociedad, Sanematsu cree que la prensa falla cuando no investiga el contexto que llevó al feminicidio.

Entre las preguntas que deberían hacerse cuando una mujer es asesinada por su expareja, enumera algunas: ¿la víctima había sufrido violencia anteriormente? ¿Presentó una denuncia o alguien la denunció a la policía? ¿Recibió medidas de protección? ¿Se notificó al agresor sobre estas medidas? ¿La víctima recibió apoyo psicosocial? ¿Recibía visitas de la policía para verificar su seguridad?

Alrededor del 41 por ciento de las mujeres brasileñas de 16 años o más declararon haber sido víctimas de violencia física, sexual y/o psicológica por parte de una pareja actual o anterior, de acuerdo con una encuesta de 2025 del Foro Brasileño de Seguridad Pública.

“Teniendo en cuenta que el feminicidio es el resultado de un ciclo de violencia que podría y debería haberse interrumpido, siempre se trata de una muerte evitable. Pero la prensa no se plantea esta pregunta: ¿cómo se podría haber evitado este feminicidio?”, dijo Sanematsu. “Si se trata de muertes evitables, hay que preguntarse dónde ha fallado el Estado”.

 

Traducido por César López Linares
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