Un periodista y un reportero gráfico que trabajan para el diario The New York Times desde Colombia abandonaron el país luego de ser blanco de señalamientos estigmatizantes por parte de congresistas del partido de gobierno y de ser acosados en línea como respuesta a un artículo que publicó el periódico relacionado con las Fuerzas Armadas de Colombia.
Los señalamientos comenzaron cuando el Times publicó el 18 de mayo un reportaje realizado por Nicholas Casey en el que detalla la existencia de un documento que presiona a los oficiales del Ejército para que aumenten sus resultados, especialmente muertes y capturas, en la lucha contra las guerrillas aún activas y grupos criminales del país.
La preocupación entre dos oficiales del Ejército, con los que habló Casey según el texto, tendría que ver con el peligro que estas directrices representan para la población civil. La presión por resultados y los incentivos para los militares que las cumplan, podrían revivir los llamados “falsos positivos”, es decir, homicidios de civiles a quienes se les hacía pasar por criminales por parte de militares, según el artículo.
Tras la publicación, la congresista María Fernanda Cabal – del partido oficialista Centro Democrático – publicó un tuit con dos fotografías supuestamente de Casey con miembros de la guerrilla de las Farc, durante presuntos reportajes previos del periodista.
“Este es el ‘periodista’ Nicholas Casey, que en 2016 estuvo de gira con las farc en la selva. ¿Cuánto le habrán pagado por este reportaje? ¿Y por el de ahora, contra el ejército de Colombia? #CaseyEsFakeNews”, escribió la congresista.
Asimismo, el congresista Juan David Vélez, del mismo partido, publicó un trino con una de las mismas fotos presuntamente de Casey, pero que realmente es de Federico Ríos, un reportero gráfico colombiano independiente quien también trabaja para diferentes medios incluidos el Times. En la imagen se ve a Ríos con su cámara en posición de tomar una fotografía montado en una motocicleta que es conducida por un miembro de las Farc.
Según explicó Ríos al Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), la foto fue tomada en un campamento de la guerrilla durante un trabajo anterior. En los últimos años, Ríos ha cubierto las negociaciones de paz entre el Gobierno colombiano y el grupo guerrillero.
En este tuit, el congresista Vélez compara "el periodista del @nytimes" con un delincuente que “apunta con la cámara y fusila con columnas llenas de calumnias”. “Existen los sicarios de opinión”, escribió el congresista.
Ríos ni siquiera trabajó en el artículo realizado por Casey sino en otros publicados días antes, según le dijo el reportero gráfico al CPJ.
No obstante, las publicaciones de los congresistas fueron suficientes para que los dos periodistas comenzaran a recibir acusaciones y acoso en línea por parte de usuarios de Twitter, informó la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP).
Ese mismo día, a través de la cuenta NYTimes Communications en Twitter, el diario se pronunció sobre el caso y aseguró que este “no toma partido en ningún conflicto político en ninguna parte del mundo”.
“En Colombia hemos escrito historias muy duras sobre las Farc, los grupos rebeldes y otras organizaciones criminales. En este caso, simplemente reportamos lo que dicen los documentos escritos por el ejército, así como información proveniente de los mismos oficiales colombianos”, señaló el diario en respuesta al tuit de la congresista Cabal.
El domingo 19 de mayo, según informó la FLIP ambos reporteros anunciaron que abandonaban el país a raíz de estas acusaciones.
Según le dijo el reportero gráfico a El Colombiano, ambos salieron en la madrugada de ese domingo. “Ese trino desata una ola de trinos y señalamientos por redes sociales. El periódico hace una evaluación de seguridad y deciden que es mejor salir”, le dijo Ríos al diario.
“La FLIP hace un llamado a los funcionarios y líderes políticos para que cuiden del ambiente en el que se ejerce la libertad de expresión en Colombia, les invitamos a que tramiten sus controversias con los medios siendo conscientes del poder de su voz y los efectos que pueden provocar en sus seguidores. Para ello es fundamental que se abstengan de hacer declaraciones estigmatizantes en contra de la prensa”, escribió la organización en un comunicado. “Sobre este caso la FLIP solicita una observación especial por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Procuraduría General de la Nación y la Defensoría del Pueblo”.
Luego de que la FLIP expresara su preocupación por la situación de los periodistas, el expresidente de Colombia y actual congresista también del mismo partido Centro Democrático, Álvaro Uribe Vélez, acusó en Twitter a la FLIP de perder “su meritorio objetivo” al defender “el sesgo de ‘periodistas’ que terminan en la protección del narcoterrorismo y en la difamación contra las FFAA de Colombia”.
El CPJ expresó su preocupación no solo por el trabajo periodístico en Colombia sino por el trabajo de organizaciones como la FLIP que intentan proteger la libertad de prensa.
“Los congresistas tienen el derecho de cuestionar cualquier reportaje, pero comentarios peligrosos e irresponsables como los dirigidos contra Nicholas Casey tienen el potencial de poner en peligro su seguridad y desalentar el trabajo periodístico sobre temas sensibles en Colombia”, dijo Carlos Martínez de la Serna, director de programa del CPJ, en un comunicado. “En un ambiente de peligro como el que enfrenta la prensa en Colombia, es de suma importancia que los periodistas y las organizaciones defensoras de la libertad de prensa como la FLIP no sean objeto de ataques de congresistas sencillamente por cumplir su trabajo”.
El gobierno de Iván Duque, a través de su vicepresidenta y Consejero presidencial para los derechos humanos, sostuvo que respeta la libertad de prensa en el país, que rechaza las amenazas en contra de este derecho y que ningún periodista debería abandonar el país, informó la FLIP.
En Estados Unidos también los señalamientos en contra del periodista tuvieron repercusión. El senador demócrata de Estados Unidos Patrick Leahy escribió en su cuenta de Twitter que el gobierno de Duque debe exigir las pruebas a la congresista Cabal de sus acusaciones contra Casey. Y agregó que de no haber pruebas, Duque debería hacer una denuncia pública.
El 19 de mayo, el congresista Vélez emitió un comunicado diciendo que él ha “ejercido una defensa continua por las Instituciones y por las Fuerzas Armadas de Colombia” y que “la defensa a la libre expresión como principio fundamental de todos los ciudadanos debe hacerse sin importar su profesión”.
El congresista, no obstante, no explica la comparación que hizo entre el periodismo y la delincuencia armada de Colombia. “Hace unas horas, he sacado un tweet realizando una analogía respecto a las actividades realizadas por el autor de un artículo publicado en The New York Times. La libertad de expresión no puede ser censurada, y menos por aquellos a los que se les cuestiona y se creen dueños de una verdad absoluta”. Agregó que hay “obligaciones” al “ejercer la actividad informativa”.
Este 22 de mayo se conoció que el Ejército modificará el documento denunciado por el Times “para evitar malas interpretaciones”, publicó El Tiempo. No obstante, Casey escribió en su cuenta de Twitter, que se mantienen dos órdenes que preocupan.
“Una es la orden de ‘doblar los resultados’ de operaciones; la otra es ‘no exigir perfección’ y lanzar operaciones con el ‘60-70%’ de credibilidad. Las dudas se quedan”, escribió el periodista.