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Periodistas exiliados en Costa Rica encuentran nuevos desafíos en su seguridad y estabilidad económica

Costa Rica, el país que se consideraba el espacio seguro de Centroamérica para el ejercicio periodístico, ha tenido una disminución paulatina de sus índices de libertad de prensa y de seguridad

Cientos de periodistas de Nicaragua y algunos otros de Guatemala eligieron exiliarse en Costa Rica escapando de sus gobiernos autoritarios. Inclusive El Faro, el periódico más aclamado de El Salvador, trasladó sus oficinas administrativas y jurídicas a Costa Rica en abril de 2023, tras el acoso judicial del gobierno de Nayib Bukele. 

Pero la situación en Costa Rica ha dado un giro inesperado en el último año. Rodrigo Chaves, presidente de ese país desde mayo de 2022, ha confrontado de forma abierta a los medios y periodistas críticos de su gestión.

También, según el Informe del estado de la libertad de expresión y la seguridad del ejercicio periodístico en Centroamérica del Programa de Libertad de Expresión y Derecho a la Información (PROLEDI), hay registro de acoso digital a periodistas por parte de autoridades gubernamentales, así como un uso político de la pauta estatal.

Periodistas exiliados de Nicaragua y Guatemala dijeron a LatAm Journalism Review (LJR) que ya no se sienten tan seguros como cuando llegaron a Costa Rica, hace un par de años, y tampoco han logrado la estabilidad económica que esperaban.

“Los nicaragüenses que han tenido que exiliarse y vivir acá en Costa Rica no están pasando por sus mejores momentos. Costa Rica es un país caro y eso hace que los periodistas necesiten generar ingresos extras haciendo otras actividades que no necesariamente están relacionadas con el periodismo”, dijo a LJR Néstor Arce, director del medio nicaragüense Divergentes.

Costa Rica es uno de los países más costosos de la región. Una persona sola necesita en promedio 751.800 colones costarricenses (cerca de US $1.400) mensuales para cubrir los costos de vida de San José de Costa Rica. Casi el doble de lo que se necesita en Nicaragua.

Además, los periodistas entrevistados concluyen que la burbuja de seguridad en Costa Rica se rompió en el momento en que el líder opositor nicaragüense Joao Maldonado recibiera ocho tiros en la ciudad de San Pedro de Montes de Oca. Algunos sospechan que los órganos represivos del régimen de Ortega llegan hasta el otro lado de la frontera.

“El atentado a Maldonado disparó muchas alarmas no solamente en los activistas políticos o de derechos humanos, sino también dentro del gremio periodístico. Hacemos vida aquí, andamos en la calle, nos movilizamos en transporte público, salimos a hacer compras y ahora no sabemos si nos están viendo o siguiendo. Entonces, un entorno en donde supuestamente te sentías seguro y donde tenés una figura de refugiado, ya no te sentís seguro, ya tenés más miedo”, dijo Arce. 

Por esta razón, Arce, quien tiene un poco más de dos años en el exilio, contó que ha preferido tomar medidas de seguridad como exponerse menos en la calle. Aunque, asegura no haber recibido ningún tipo de amenazas. 

Considerando los desafíos que están afrontando los periodistas en Costa Rica, algunos exiliados han decidido buscar rumbo en otras naciones. España, México y Estados Unidos son los destinos más comunes, según los entrevistados. 

 

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Los periodistas nicaragüenses Geovanni Schiffman y Lidia López salieron de Costa Rica al no sentirse seguros en ese país por su cercanía con Nicaragua. (Foto: Cortesía)

Rumbo al norte

En julio de 2022, el periodista nicaragüense Geovanni Schiffman tuvo que salir corriendo de su país rumbo a Costa Rica. Estaba junto a su esposa, la también periodista, Lidia López. 

“El régimen desató una cacería en contra de todos los periodistas del diario La Prensa, donde mi esposa y yo trabajábamos. La Prensa fue el único medio que brindó cobertura a la expulsión de Nicaragua de un grupo de religiosas.Eso desató la furia de la dictadura, porque según el régimen nadie sabía el día y la hora que sacarían a las religiosas como si fuesen unas delincuentes”, contó Schiffman a LJR. 

“Ese 6 de julio de 2022 por la noche estaban deteniendo a dos conductores del periódico, entre ellos al que transportó a mi esposa y al fotógrafo a cubrir la historia. Seguidamente iban por ella, pero ya nos habían alertado así que salimos de casa media hora antes de que llegaran”, agregó. 

Schiffman y León vivieron en Costa Rica durante nueve meses hasta que, gracias a familiares, consiguieron la oportunidad de poder viajar legalmente hacia Estados Unidos a través del parole humanitario.

Según cuenta Schiffman, la razón principal para salir de Costa Rica fue el no sentirse seguros en ese país por su cercanía con Nicaragua.  

“Mi esposa tiene una acusación abierta en Nicaragua y, al estar tan cerca, nos generaba mucha desconfianza porque en Costa Rica no solo transitan personas opositoras, sino también personas que son enviadas por el régimen en Nicaragua para controlar  y vigilar a los opositores”, dijo.

Además, la situación migratoria de Schiffman y  López  en tierra costarricense tampoco era estable. Según contó el periodista, su cita para solicitar la condición de refugio, y obtener el reconocimiento de persona refugiada, estaba programada para el año 2032. Es decir, casi 10 años de espera. 

El aspecto económico también influyó en su decisión de dejar Costa Rica. Schiffman explicó que era complicado para ellos mantenerse haciendo periodismo y, a su vez, cubrir sus gastos básicos, considerando también los altos precios de Costa Rica en comparación con los de Nicaragua.

Ahora desde Estados Unidos, el volver a ejercer el periodismo se hace más cuesta arriba. 

“Lo primero que tendría que cambiar para que yo vuelva a hacer periodismo es que caiga la dictadura de Nicaragua. Si bien todavía hay medios nicaragüenses independientes en el exilio, estos están haciendo hasta lo imposible por sobrevivir. Tengo entendido que hay recortes de financiamiento y toda esa situación ha generado que haya cierta inestabilidad económica en el gremio. No soy el único caso de periodistas que han desertado”,  dijo Schiffman. 

 

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Néstor Arce y Wilfredo Miranda del medio nicaragüense Divergentes, ambos exiliados en Costa Rica, consideran que el periodismo está enfrentando una crisis de relevo. (Foto: Cortesía)

Crisis en la generación de relevo

No solo hay periodistas nicaragüenses refugiados en Costa Rica. También el país ha recibido a periodistas guatemaltecos que enfrentan acoso judicial en su país.

Ese es el caso de Sonny Figueroa, cofundador del medio Vox Populi, quien dejó Guatemala así como otros 25 periodistas de ese país debido a la censura, agresiones y persecuciones que se han agravado en los últimos 10 años.

“Al final estar en los programas que te sacan de tu país, ya sea a Costa Rica, a México o cualquier otro país, es un alivio porque sales de ese riesgo en el que estabas. Pero, también empieza esa incertidumbre de qué va a pasar después de que se acabe el programa. ¿Busco otro programa? ¿Podré regresar? ¿De qué voy a vivir? Etc.”, dijo Figueroa a LJR.

Según contó el periodista guatemalteco, el estar fuera del país le ha complicado mucho el proceso de seguir haciendo periodismo de investigación. Esto debido a que se ve limitado a realizar entrevistas en el terreno o conseguir documentos.

“Tenemos gente que nos ayuda a encontrar la información en el país para así seguir trabajando. Pero hay muchas personas que no quieren o no pueden apoyarnos. No quieren que las vinculen directamente con nosotros porque al final eso implica un riesgo también”, contó Figueroa.

Para el periodista Wilfredo Miranda, cofundador del medio Divergentes y también uno de los periodistas nicaragüenses exiliados en Costa Rica, el periodismo está enfrentando una crisis de relevo. 

“Cada día menos gente quiere hacer este oficio de locos que acarrea mucha visibilidad y persecución. Cada vez hay menos periodistas en el mercado y tampoco se están formando nuevos. Por ejemplo, si a mí me renuncian dos o tres periodistas en Divergentes, es muy difícil conseguirles reemplazo”, dijo Miranda a LJR.

A pesar de todos los obstáculos que enfrenta el periodismo y las dificultades que han surgido en Costa Rica, para Miranda este “ha sido un país que históricamente ha sido la válvula de escape de los nicaragüenses sobre todo de los refugiados, de los de los asilados políticos. Creo que sería mentiroso quejarme de este país que nos ha acogido bastante bien, nos ha dado refugio y nos ha dado protección”, dijo. 

“Si bien es cierto que con la llegada del gobierno Rodrigo Chaves se ha endurecido un poco el tema contra los periodistas, sobre todo contra los periodistas locales costarricenses, creo que todavía sigue siendo el país más seguro de Centroamérica en el que, nosotros los periodistas nicaragüenses, al menos podemos estar refugiados”, agrego Miranda.

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