Durante décadas, el periódico El Nacional fue uno de los medios más importantes de Venezuela. Después de recibir durante años acoso por parte de las autoridades venezolanas, en 2021 su sede fue embargada. Actualmente, su redacción es manejada de forma remota y muchos de sus periodistas se encuentran fuera del país.
Gracias al programa de empleabilidad de una nueva red de periodistas en el exilio, la publicación contrató en noviembre a dos periodistas que trabajaban desde España.
“Para nosotros es una oportunidad de poder financiar el trabajo de periodistas que, por una u otra razón, han tenido que exiliarse, potenciando nuestras posibilidades de ofrecer más y mejor información”, dijo a LatAm Journalism Review (LJR) José Meza, jefe de redacción de El Nacional. “El programa permite ayudar a periodistas en el exilio y además nos da la oportunidad de contar con recursos probados, conocidos, de experiencia”.
A mediados de noviembre, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) lanzó la Red Latinoamericana de Periodismo en el Exilio (RELPEX). Se sostiene en dos pilares centrados en proporcionar recursos y asistencia laboral.
“Si bien es cierto que hay una cantidad importante de organizaciones que proveen programas y recursos para personas que tienen que salir de sus países por amenazas y otros riesgos vinculados al ejercicio del periodismo, lo cierto es que pasado el momento de la emergencia estas personas se ven obligadas a trabajar de cualquier otra cosa que no es periodismo”, dijo a LJR la periodista salvadoreña Mariana Belloso, coordinadora de la RELPEX y gestora de proyectos de la SIP.
“Entonces los poderes que los obligaron a salir de sus países (narcotráfico, gobiernos totalitarios, etc) están cumpliendo el cometido de callar a los periodistas, porque los periodistas se ven obligados a trabajar de cualquier otra cosa para poder sobrevivir”, agregó.
Como parte de la red, la SIP, en conjunto con la DW Akademie, la UNESCO y el Instituto de Prensa y Libertad de Expresión (IPLEX) de Costa Rica, desarrolló una plataforma única -todavía en construcción- donde periodistas en el exilio puedan encontrar recursos legales, psicosociales, financieros y de emergencia.
El segundo pilar es el apoyo y atención directa a periodistas en el exilio. Aquí se incluye un programa de empleo que beneficiará a 10 periodistas latinoamericanos, incluyendo a los de El Nacional.
La SIP ofrece a los medios de comunicación participantes 500 dólares al mes para completar el salario de los periodistas contratados, según dijo Belloso.
Belloso también explicó que RELPEX cuenta con un capital semilla aportado por la Fundación Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés) de 45 mil dólares estadounidense para el primer año.
“Por eso solo estamos cubriendo una cantidad limitada de periodistas, pero estamos en la búsqueda constante de fondos, recursos y alianzas que nos permitan que esto sea permanente”, dijo ella.
Otras redacciones de Centroamérica, Venezuela y Cuba están también participando en el programa. Pero, RELPEX también apoyará a medios operando fuera de esos países. El 60% de los periodistas que están participando en este primer programa de empleabilidad van a ser contratados por medios que tienen su sede en el exilio.
Belloso es también una periodista en el exilio. Ella dejó El Salvador luego de que en 2021 su teléfono fuese infectado con el programa espía Pegasus. Antes, en 2019, había empezado a recibir ataques digitales por hacer comentarios en X [antiguo Twitter] sobre la gestión de el presidente Nayib Bukele
El exilio ha sido la única solución que decenas de periodistas latinoamericanos han encontrado para escapar de la violencia, las amenazas y la persecución que enfrentan en sus países.
La SIP documenta un aumento creciente de periodistas en el exilio en los últimos años. Sobre todo desde países como Nicaragua, Venezuela, Guatemala, Cuba y Ecuador, o en México y Colombia donde se registran desplazamientos internos.
La organización ha considerado el periodismo en el exilio como prioridad. Tanto es así que concedió al Periodismo en el Exilio el Gran Premio a la Libertad de Prensa 2024, en homenaje a los periodistas y medios de comunicación latinoamericanos que continuan con su labor a pesar de las circunstancias adversas.
“Estamos buscando que sea un trabajo integral en el que se apoya tanto a los periodistas como a los medios de comunicación que han tenido que salir. Sabemos que esta es una situación se va a seguir agravando”, dijo Belloso. “La idea es poder promover que estas personas que han dejado de hacer periodismo (por falta de permisos de trabajo, oferta laboral, etc) puedan seguir ejerciendo la profesión”.