Este artículo es parte de una serie sobre Periodismo Innovador en América Latina y el Caribe.(*)
Cuando se está atorado en el tráfico en horas pico, hay pocas opciones para liberar el estrés. La más común ha sido encender la radio y distraerse escuchando música, un noticiario o un talk-show. Actualmente, sin embargo, la radio tradicional enfrenta una nueva competencia: son cada vez más las personas que encienden su smartphone y escuchan su podcast favorito en las bocinas de su auto.
El podcast es una herramienta que ofrece posibilidades sonoras y narrativas que otros formatos no tienen. Los medios informativos son conscientes de ello y saben que un podcast bien producido puede crear una conexión muy cercana con el oyente.
En América Latina, cada vez son más los medios nativos digitales que experimentan con podcasts para agregar audio a sus coberturas periodísticas o para tener una comunicación más directa con su audiencia. No obstante, esta herramienta está aún dando sus primeros pasos en la región. Prueba de ello es que las listas de los podcasts más populares las siguen encabezando programas de radio tradicional que cargan su contenido en podcast.
“Hay mucha gente haciendo podcasts desde hace años en Latinoamérica. Lo que no hemos visto mucho todavía es el uso del medio en periodismo utilizando todas las herramientas que este ofrece. Todavía falta explotar mucho más las posibilidades sonoras y narrativas”, dijo al Centro Knight Carolina Guerrero, directora de Radio Ambulante, un proyecto que produce podcasts en español para hispanohablantes de América Latina y Estados Unidos. La organización recorre el continente en busca de historias que después difunde a manera de documentales sonoros.
Radio Ambulante, creado en 2011, se convirtió el año pasado en la primera productora de podcasts en español en hacer una alianza con la Radio Nacional Pública de Estados Unidos (National Public Radio). Sus producciones alcanzaron 1.5 millones de reproducciones en 2016.
Entre las propuestas más notables del uso periodístico del podcast está el del portal de periodismo político colombiano La Silla Vacía, que en 2015 lanzó un podcast para complementar con debates en audio su sección de opinión titulada “La Silla Llena”, en la que expertos discuten sobre temas diversos.
“Necesitábamos un espacio que fuera no necesariamente escrito para una sociedad que tiene la radio muy afianzada. La idea de ‘La Silla Llena los Domingos’ es hacer debates, pero no los clásicos donde invitamos a alguien de la izquierda y a alguien de derecha, sino conversaciones entre sectores que normalmente no se encuentran”, dijo al Centro Knight el presentador de “La Silla Llena los Domingos”, Eduardo Briceño, quien se capacitó con Radio Ambulante en la creación de podcasts.
La Silla Vacía se alió con una productora especializada en podcast, Akörde FD, que se encarga de la parte técnica de la producción, mientras que el portal asume la parte editorial.
La sección de opinión de La Silla Vacía es financiada por distintas organizaciones que tienen interés en los temas que se debaten. Por ejemplo, las discusiones sobre temas rurales son auspiciados por fundaciones relacionadas con el sector agrario. Eso le ha permitido al sitio publicar 63 podcasts con más de 120 invitados. Cada programa alcanza un promedio de 700 descargas, aunque su programa más exitoso –un debate sobre la popularidad del Alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa – obtuvo 2.890 descargas.
Cada domingo, el programa se publica en Soundcloud, y de ahí se carga a iTunes, a Stitcher y al sitio web de La Silla Vacía. Su estrategia en redes sociales consiste en publicar los podcasts en Facebook y Twitter en horas pico del tráfico de Bogotá, que es la ciudad en donde más descargas obtienen.
“La gente oye la radio en el carro. A la hora de la salida de la oficina tuiteamos el podcast para que lo escuchen camino a casa, en auto o en el [transporte público] Transmilenio. Tratamos de hacer programas de menos de media hora para que se puedan oír en un trayecto”, dijo Briceño.
Aunque La Silla Vacía sabe que el podcast es aún un medio incipiente en América Latina, también es consciente de las ventajas que ofrece frente a la radio tradicional.
“No se trata sólo de compartir los archivos de lo que se hace en radio y pasarlos a Soundcloud, sino de hacer un producto 100 por ciento digital. Si bien es muy parecido a lo que se hace en radio, en podcast tienes más recursos de tiempo, no tienes publicidad, y puedes hacer muchas otras cosas”, agregó Briceño.
Al depender de la coyuntura noticiosa, la radio informativa tradicional recurre cada vez menos otros géneros de mayor profundidad. Y esa es un área de oportunidad que los creadores de podcast están aprovechando. En febrero, el sitio peruano de periodismo de investigación Convoca lanzó su sección de podcast, como respuesta a la necesidad de abordar esos géneros y temas que no se tratan mucho en los cuadrantes AM o FM.
“Trabajamos reportajes, informes, crónicas, perfiles, que son subgéneros que se han abandonado por la inmediatez que requiere la radio tradicional de informar en el momento. Nosotros queremos abordar temas como la lucha anticorrupción, derechos humanos, medio ambiente, crimen organizado”, dijo Karla Veleznoro, directora de Convoca Radio, al Centro Knight.
La periodista, quien tiene seis años de experiencia en radio, fue quien capacitó en lenguaje radiofónico al personal de Convoca Radio, integrado en su mayoría por estudiantes universitarios de periodismo.
Su primer podcast, publicado el 22 de febrero, divulgó una entrevista con el jefe de seguridad de Sergio Moro, el juez brasileño que encarceló a poderosos implicados en el caso de corrupción Lava Jato. La producción logró más de 1.000 reproducciones en dos semanas.
Convoca Radio pretende publicar uno o dos podcast semanales hasta dominar la herramienta. Actualmente, los podcasts son financiados por el portal y no generan un ingreso extra, por lo que Convoca planea eventualmente convertirse en un centro de producción y entrenamiento sobre nuevas formas de narrar historias a partir del lenguaje radiofónico, con el fin de hacer sostenibles sus producciones.
“Se debe de aprovechar las herramientas que te da la tecnología hoy para poder hacer emprendimientos. Hay temas que los periodistas quisiéramos tocar y a veces no podemos porque la coyuntura nos gana. Y los podcasts son una oportunidad de hacerlo”. agregó Veleznoro. “La tecnología te da la oportunidad de tocar esos temas que la gente debe conocer”.
El podcast permite una conexión muy directa con el público. Según Radio Ambulante, los medios que saben aprovechar esa conexión pueden crear una fuerte fidelidad de su audiencia, la cual se convierte en un importante factor para conseguir financiamiento.
“Quien escucha un podcast con regularidad no lo hace porque se le atraviesa, sino porque lo escoge así. Esa intencionalidad se refleja en lealtad a largo plazo y permite que los medios puedan saber quiénes los están escuchando e interactuar con ellos. Esos nichos de audiencias se convierten en un gran activo en el momento de buscar patrocinadores”, dijo Carolina Guerrero.
Un buen ejemplo de ello es Súbela Radio, pionera en Chile en el mundo de la radio en línea. Nació en 2011 como un intento de ofrecer contenido que los medios tradicionales de ese país no estaban dando, aprovechando las herramientas de internet. Sus programas están disponibles en forma de podcasts en iTunes y iVoox.
“Queríamos ofrecer un lenguaje más directo, más interacción con la audiencia. Juntamos un grupo de gente relacionada con el mundo de la cultura para cubrir ciertos nichos de audiencia que no encontraban mucha información en otros lugares”, dijo al Centro Knight Juan Manuel Margotta, fundador de Súbela Radio.
Gracias a un buen trabajo de relaciones públicas, Súbela se posicionó rápidamente y actualmente cuentan con 160 mil usuarios únicos al mes. Los podcasts de sus programas – que abarcan desde temas de coyuntura noticiosa hasta música, cine y horóscopos – alcanzan en promedio 80 mil descargas mensuales en iTunes e iVoox. El podcast de su programa “Café con Nata” es el tercero más escuchado en las listas de podcasts de su país.
Aunque la publicidad tradicional también tiene un lugar en la producción de audio por internet, las agencias de publicidad cada vez se inclinan más por el branded content como modelo de negocio.
“Las marcas están pidiendo generación de contenido. Eso nos ha llevado a tener que ofrecer productos que tienen que ver con lo que a las marcas les interesa”, dijo Margotta. “Hoy en día la inversión publicitaria en radio digital es mucho menor a la de radio tradicional. Una radio digital debe mantener una infraestructura liviana, sin costos operativos de una radio tradicional. Sería muy peligroso ser una máquina muy pesada”.
La creación de podcasts no está limitada a periodistas o empresas de medios. La plataforma es tan accesible que cualquier persona con un micrófono y acceso a internet puede crear el suyo. Con el contenido y lenguaje adecuado, un podcast unipersonal puede competir exitosamente con los grandes medios.
Tal es el caso de “Azul Chiclamino”, el podcast semanal del ingeniero y escritor mexicano Rodrigo Llop, que a un año de su lanzamiento – febrero de 2016 – ya es el segundo podcast de Noticias y Política más descargado en su país, por encima de los programas de periodistas estelares de radio y televisión, como Joaquín López-Dóriga o Denise Maerker.
Inspirado en los programas “Freakonomics” de Steven Dubner y “El Larguero” de la cadena española SER, Llop vio en el podcast la oportunidad de verter sus ideas sobre noticias, política, cultura y entretenimiento de una forma sarcástica y humorística, y compartirlas con el mundo.
“Mi idea fue trasladar lo que yo había estado escribiendo por muchos años a un concepto que se adaptara al podcast. El podcast no recibe fácilmente cualquier contenido que tú tengas. Es un formato muy particular y tú tienes que atinarle bien a ese formato”, dijo Llop al Centro Knight.
El escritor, quien tiene además un trabajo formal en una firma de telecomunicaciones, dedica ocho horas a la semana a la creación de su podcast, desde la selección e investigación de temas hasta la escritura del guión y la grabación.
Si bien Llop invirtió en equipo técnico básico y software de edición para la realización de “Azul Chiclamino”, considera que la verdadera clave para que un podcast funcione está en un buen guion.
“Si no tienes un guion, estás completamente navegando en ideas absurdas. El podcast tiene que ser muy dinámico, el mensaje tiene que ser muy claro, muy contundente, porque siempre hay alguien que tiene un nuevo contenido”, explicó Llop, quien se apoya en Twitter y en Instagram para promocionar sus episodios.
Aunque en su primer año logró un promedio de 1.500 descargas por episodio – principalmente en México, América Latina y Estados Unidos –, Llop no obtiene ingreso alguno por su podcast. Aunque se ha acercado a algunas marcas, no ha encontrado la estrategia para capitalizar su producto.
“No hay literatura que te diga cómo hacer un podcast, hay tan poca información sobre podcasting, y sin embargo es una plataforma tan rica y con tanto potencial que a mí me impresiona”, dijo Llop.
Con todas las ventajas del podcast y el éxito de algunos medios digitales en ese terreno, la herramienta tiene aún grandes limitantes en América Latina, principalmente las que tienen que ver con el restringido acceso a internet. En opinión de Carolina Guerrero, de Radio Ambulante, los planes de datos de celulares siguen siendo poco accesibles en algunos países latinos, por lo que construir audiencias con podcasts como sucede en otras naciones seguirá siendo un reto.
Aunque hay mucho interés de los medios latinos para crear podcasts, es necesario que exista mayor entrenamiento sobre las posibilidades narrativas e informativas de esa herramienta.
“Todavía falta invertir en la parte de desarrollo y experimentación. Pero yo no diría que estamos tarde en América Latina, sino más bien justo a tiempo. Es un gran momento para lanzar podcasts en diferentes formatos y construir nuevas audiencias”, concluyó Guerrero.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.