Después de las críticas por parte de asociaciones y entidades de periodistas, el juez Sergio Moro, responsable de los casos del escándalo de corrupción Lava Jato, revocó la decisión de romper la reserva de los registros de las comunicaciones del bloguero brasileño Eduardo Guimarães. En una orden publicada el 23 de marzo, Moro anuló el material obtenido tras la confiscación de los teléfonos y computadores de Guimarães, que hubiera permitido la identificación de sus fuentes.
Sin embargo, el bloguero sigue siendo investigado por supuestamente haber pasado, a un asesor, información sobre una investigación contra el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva. En marzo del año pasado, Guimarães anticipó en su blog, datos sobre una condução coercitiva, una práctica en Brasil cuando alguien es tomado a la fuerza para interrogarlo ante la policía, en contra de Lula. Llamado Blog da Cidadania (Blog de la ciudadanía) el sitio está considerado como alineado con los partidos políticos de izquierda como el Partido Trabajador, y crítico de la Operación Lava Jato.
De acuerdo con un comunicado del Ministerio Público Federal, el bloguero “informó directamente a los investigados sobre la existencia de procedimientos judiciales confidenciales y pendientes de cumplimiento”. La Justicia Federal de Paraná afirmó que con eso se podría haber “puesto las investigaciones en riesgo”.
El 21 de marzo, Moro determinó una condução coercitiva en contra de Guimarães y romper la reserva de las comunicaciones del bloguero. La Policía Federal llevó a Guimarães a la superintendencia de la entidad en São Paulo, donde testificó. El juez también ordenó la confiscación de computadores, teléfonos celulares y documentos del bloguero.
La decisión de Moro fue duramente criticada por organizaciones nacionales e internacionales como Reporteros Sin Fronteras (RSF), Artículo 19, el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), la Asociación Brasileña de Periodismo Investigativo (Abraji), el Sindicato de Periodistas Profesionales del Estado de São Paulo (SJSP) y la Federación Nacional de Periodistas (Fenaj).
Artículo 19 dijo, a través de un comunicado, que la acción fue un “grave ataque al derecho a la libertad de prensa”, que envía “una señal de intimidación a los demás comunicadores que cubren la Operación Lava Jato”.
“Esta, sin embargo, no es la primera vez que la justicia brasileña pretende violar el derecho a la confidencialidad de la fuente”, dijo la organización al recordar casos como el del periodista Murilo Ramos, de la revista Época. “El derecho a la confidencialidad de la fuente es una condición fundamental para la práctica del periodismo de investigación y debe ser protegido por todas las instituciones públicas del país, especialmente por el poder judicial”, reiteró Artículo 19.
El coordinador sénior del programa de las Américas del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), Carlos Lauría, dijo que la acción policial fue “una violación alarmante”. En Brasil, la Constitución Federal establece el derecho del periodista para preservar la identidad de sus fuentes.
Además de las organizaciones internacionales, SJSP y Fenaj también protestaron contra la medida. En un comunicado, las entidades dijeron que la condução coercitiva era una “arbitrariedad”, “inspirada en la época de la dictadura militar en el país”.
Las organizaciones también destacaron que el filtramiento de información sobre la operación Lava Jato han sido comunes. “La Policía Federal ataca, también, la libertad de prensa y de expresión del bloguero – la misma Policía Federal que ha filtrado información selectiva de acuerdo con sus propios intereses”, dijeron SJSP y Fenaj.
“No es un periodista”
Después de las críticas, Moro se pronunció oficialmente sobre el caso y afirmó que el bloguero no era periodista y que el sitio servía como “medio de propaganda política”. Moro también dijo que en el portal hay un banner con la imagen de bloguero como candidato a concejal por el Partido Comunista de Brasil (PCdoB). Guimarães se postuló para el cargo el año pasado en São Paulo, pero no fue elegido.
“Junto a los registros disponibles, tales como los del Tribunal Superior Electoral, el propio investigado se identifica como comerciante y no como periodista. Las diligencias fueron autorizadas con base en una solicitud de la autoridad policial y del MPF [Ministerio Público Federal] que Carlos Eduardo Cairo Guimarães no es periodista […]. No ese necesario un diploma para ser periodista, pero tampoco es suficiente tener un blog para serlo”, afirmó el juez en el comunicado.
La justificación del Moro, negando el carácter periodístico del trabajo de Guimarães, generó aún más críticas. Abraji, a través de un comunicado, expresó su preocupación por el caso.
“No corresponde a la Justicia Federal trazar líneas para definir quién y quién no es un periodista con el fin de protegerse de las prerrogativas constitucionales. No hay duda de que una de las actividades de Eduardo Guimarães es el mantenimiento de su blog, a través del cual realiza análisis políticos desde 2010, una actividad periodística”, dijo la asociación.
Artículo 19 y RSF siguieron la misma línea. “La investigación se realizó de manera lamentable. Hubo un rompimiento de la reserva del teléfono del bloguero, incautación de material de trabajo, condução coercitiva sin que se le hubiera llamado a declarar anteriormente y una declaración extremadamente preocupante de la Justicia Federal de Paraná emitiendo un juicio de valor sobre la actividad periodística de Guimarães”, dijo el coordinador de comunicaciones de RSF en Brasil, Artur Romeu, al Centro Knight.
De acuerdo con una nota de defensa de Guimarães, publicado en su blog, la acción fue una especie de censura.
“Condicionar la calificación de ‘información periodística’ al contenido de las manifestaciones no tienen otro nombre: es censura”, dijo. La defensa dice que Guimarães también trabaja como comerciante, pero que la investigación aborda un acto practicado en el ejercicio de la actividad periodística.
Juez se retracta
El 23 de marzo, Moro revocó la decisión de romper la confidencialidad de la fuente de Guimarães, pero mantiene la investigación contra el bloguero por “supuestamente obstruir” una investigación que involucra al expresidente Lula.
En la orden, Moro citó el comunicado de Abraji y las “manifestaciones públicas de algunos respetados periodistas y de asociaciones” como motivos para revertir, parcialmente, su decisión.
“En este contexto y teniendo en cuenta el valor de una prensa libre en una democracia y sin tener la intención de este juez u otras autoridades que participan en la investigación de poner en peligro esa libertad y de la confidencialidad de las fuentes, es conveniente revisar la posición anterior y delimitar mejor el objeto de este proceso”, afirmó en el documento.
Para RSF, la revocación fue una victoria, pero la investigación contra el bloguero sigue causando preocupación. “Evaluamos que no sólo es normal, sino también es parte de la ética periodística comprobar la veracidad de la información antes de publicarla. De hecho, el propio Eduardo Guimarães ya había afirmado, en el texto que escribió en el momento, que había contactado al Instituto Lula para confirmar la veracidad de la información que había recibido”, dijo Romeu.
En su blog, Guimarães resaltó que buscó al Instituto Lula para comprobar los datos. “Necesitaba saber si no era un montaje [...] Contacté a la oficina de prensa del Instituto Lula para ver si el expresidente conocía esos nombres. No le dije nada sobre la condução coercitiva”, escribió. Afirmó también que los investigadores no sabrían esto si él no hubiera escrito en su artículo que había buscado al Instituto Lula.
¿Reveló la fuente?
En la orden, Moro dijo que el objetivo de la investigación no era descubrir la fuente del bloguero, que ya había sido identificada, sino determinar si Guimarães le había avisado al expresidente sobre la acción policial.
“[Guimarães] también confirmó que no sólo divulgó información en su blog, sino que también se la comunicó al asesor de prensa del investigado. […] En una conducta también distante del profesional de periodismo reveló, cuando fue indagado por la autoridad policial y sin ninguna especie de coacción, quién era su fuente […]. Un verdadero periodista nunca revelaría su fuente”, escribió el juez.
Guimarães niega que reveló el nombre del informante a la policía y dice que sí fue presionado. En su blog, dijo que su esposa, su hija y él fueron despertados por la policía, que registró su casa y se lo llevó a declarar sin la presencia de un abogado. Según Guimarães, la experiencia fue “un trauma”.
“Todo lo que puedo decir es que no había ninguna fuente que preservar porque las autoridades me dijeron más sobre esta de lo que sabía. Antes de empezar a prestar declaración, se me informó que mis interrogadores sabían quién era la fuente. Él [Moro] dice que yo no fui presionado, yo digo lo contrario”, escribió.
Guimarães había sido citado a declarar en otra investigación sobre presuntas amenazas que le habría hecho a Moro a través de redes sociales, según un artículo de Folha de S. Paulo. “Los delirios de un psicópata investido de poder discrecional como Sergio Moro van a costarle su empleo, su vida”, escribió Guimarães en un mensaje en Twitter en 2015.
El bloguero dice que no puede ser juzgado por Moro, debido a que está siendo demandando por el juez en otro caso. “El juez Sergio Moro se convirtió en mi enemigo. No es más juez, es parte de un litigio. No puedo ser juzgado por un enemigo. Eso es una aberración”, escribió Guimarães.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.