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Una periodista analiza el auge de las milicias en Río de Janeiro — y por qué la gente se une a ellas

La periodista investigativa brasileña Cecília Olliveira siempre se ha preguntado cómo alguien se une a las milicias y qué hace que un agente de seguridad pública cambie de bando.

En Brasil, las milicias son grupos armados, generalmente conformados por agentes o exagentes del Estado, como policías, bomberos y guardias penitenciarios. Llenan vacíos de poder dejados por el Estado y operan como organizaciones criminales en Río de Janeiro.

Olliveira, cofundadora de Intercept Brasil y fundadora del Instituto Fogo Cruzado (la mayor base de datos abierta sobre violencia armada en América Latina), se sumergió en el tema, que terminó convirtiéndose en su primer libro, “Como nascer um miliciano” (Cómo nace un miliciano). Programado para publicarse el 16 de junio, el libro analiza el crecimiento de las milicias a través de la historia de un expolicía, identificado como líder miliciano, que murió en un enfrentamiento con la policía.

Book cover of “Como Nasce um Miliciano” by Cecília Olliveira, featuring an orange background with illustrations of a rifle, money, a faceless man, and a map of Brazil connected by blue dots and lines. The subtitle reads: “A criminal network that grew within the State and dominates Brazil.”

Portada del libro «Como Nasce um Miliciano» de Cecília Olliveira (Foto: cortesía)

Carlos Eduardo Benevides Gomes, alias Cabo Bené, fue uno de los 12 hombres asesinados durante una operación policial en 2020 en el municipio de Itaguaí, en el estado de Río de Janeiro. Olliveira cubrió el incidente para Intercept Brasil y, en un video de 8 minutos, explicó “cómo nace un miliciano”. Después, una editorial le propuso expandir el tema en forma de libro.

El trabajo investigativo explica cómo las milicias se están expandiendo por todo Brasil y moviendo millones de reales a través de urbanizaciones ilegales, el control de servicios y la extorsión sistemática. Olliveira informa que incluso están entrando en la política, eligiendo representantes políticos.

“Lo más sorprendente fue ver cómo las milicias dejaron de ser grupos armados locales para convertirse en conglomerados criminales multifacéticos, operando en un sistema de franquicias”, dijo Olliveira a LatAm Journalism Review (LJR).

 

Un fenómeno en rápida expansión

Las áreas controladas por milicias en Río de Janeiro crecieron un 387% en 16 años, según el libro. Además, indica que el 10% de toda la región metropolitana de Río de Janeiro está bajo control de estos grupos paramilitares, que dominan no solo favelas, sino también partes de otras zonas de la ciudad e infiltran servicios públicos y concesiones privadas.

Olliveira identifica cuatro factores principales que permitieron esta expansión: omisión —o colaboración, en sus palabras— del Estado, connivencia y corrupción de agentes públicos, la ausencia de una política de seguridad enfocada en estos grupos y una cierta legitimidad social.

“Las milicias se venden como ‘protectores de la comunidad’, y durante mucho tiempo fueron tratadas como el ‘mal menor’ en relación con el narcotráfico”, dijo Olliveira. “Mientras tanto, los políticos se aliaron con estos grupos —muchos de los cuales surgieron de las filas de la policía— y les garantizaron protección institucional. Además, el auge inmobiliario ilegal y el dominio de servicios como internet, gas y transporte sirvieron como fuentes constantes de lucro, reinvertido en esta empresa criminal. Es un negocio estructurado, con gestión y clientelismo. La falta de políticas públicas efectivas y de voluntad política real solo abrió más espacio para su crecimiento”.

 

Los desafíos y riesgos de la investigación

Cubrir la violencia urbana en Río de Janeiro es una actividad de alto riesgo, pero investigar milicias conlleva otro nivel de peligro para los periodistas. Un caso emblemático es el del equipo de reporteros del diario “O Dia”, que en 2008 fue torturado durante horas tras ser descubierto por milicianos mientras realizaban un reportaje encubierto en una favela de Río. Olliveira no vivió algo similar mientras investigaba el libro, pero dijo que la exposición es el mayor riesgo al investigar a grupos paramilitares.

“Escribir sobre milicias es entrar en un territorio donde la violencia es silenciosa, muy discreta, pero extremadamente presente”, dijo Olliveira. “En los lugares a los que fui, no vi armas, obviamente. Pero sabías que estaban ahí. El lugar tiene un silencio diferente, a veces muy vacío, avisos en las paredes”.

Dijo que el modus operandi de los milicianos es peor que el enfoque de los narcotraficantes, por ejemplo, precisamente por ese componente aparentemente más discreto.

“No recibes mensajes directos como en el narcotráfico, que tiende a ser más directo —es peor, porque muchas veces ni siquiera sabes que te están vigilando”, añadió. “Tienen acceso a bases de datos gubernamentales, e incluso pueden monitorear tus transacciones bancarias, dependiendo del acceso que tengan. El mayor riesgo era interferir en áreas que implican los intereses de políticos, agentes de seguridad y empresarios. Es un crimen organizado con cierta legitimidad social y protección política y económica, y eso hace que todo sea más peligroso”.

Otro desafío al que se enfrentó Olliveira fue el acceso a documentos oficiales que, según dijo, fueron puestos bajo secreto cuando investigaba el libro. Recurrió a tres estrategias, dijo: construyó una red de fuentes internas; cruzó bases de datos abiertas, como las de Fogo Cruzado y el Tribunal Superior Electoral; y trabajó con investigadores experimentados.

“Después de que solicité algunos documentos específicos [a la Policía Civil de Río], fueron puestos bajo secreto durante cinco años, lo que claramente demuestra el objetivo de ocultar información y limitar el trabajo de la prensa”, dijo. “Requirió persistencia, creatividad y, sobre todo, cuidado con la seguridad de las fuentes, porque exponer a alguien en este contexto puede ser fatal”.

 

La importancia del periodismo en el debate sobre las milicias

La periodista Flávia Oliveira, comentarista de GloboNews y columnista del diario O Globo, dijo que el libro de Olliveira representa una contribución periodística importante a la discusión sobre la seguridad pública y el dominio de las milicias en Río de Janeiro y Brasil. Afirmó que el tema es ampliamente debatido en el ámbito académico, con aportes muy relevantes, pero que el periodismo garantiza que la información llegue a la sociedad de manera más amplia.

“El libro de Cecília se suma a otro frente, que es la producción periodística o literario-periodística sobre la crisis de seguridad pública”, dijo Flávia Oliveira a LJR. “Toda investigación bien hecha, bien documentada y profunda es muy bienvenida. Y, en ese sentido, el libro de Cecília es una contribución inequívoca más. El periodismo investigativo desempeña, sí, un papel absolutamente fundamental, y es muy interesante porque el dominio del lenguaje que tienen los periodistas hace que las historias sean más digeribles, más fáciles de entender para el lector y la población en general”.

Flávia Oliveira también destacó la importancia del trabajo de mujeres periodistas en la cobertura de la seguridad pública, un campo fuertemente concentrado en manos de hombres, y el enfoque distinto que las periodistas aportan a las investigaciones sobre crimen organizado. En el caso del libro de Olliveira, dijo que la reportera aportó elementos únicos de un enfoque femenino.

“Ella habla de la historia familiar, de los hijos, de las mujeres, algunos puntos que creo que son típicos de una mirada femenina sobre este tema”, dijo Flávia Oliveira. “Y creo que tal vez el hecho de que una escritora empiece a destacarse también puede atraer a más mujeres a esta discusión, que es una de las más importantes para cualquier ciudadano hoy. Abre espacio para un universo de lectoras que quizás estén menos familiarizadas con este nicho debido al predominio masculino”.

Luiz Eduardo Soares, quien escribió el texto de contraportada del libro y es un antropólogo especializado en seguridad pública, dijo que el crimen, la violencia y las milicias son generalmente vistos como temas secundarios —problemas para especialistas y dramas humanos menores. Dijo que estos temas solo alcanzan la agenda nacional cuando ocurren eventos excepcionalmente trágicos.

“En esos casos, la noticia aparece en los principales espacios de los medios por un corto tiempo y luego vuelve a los espacios secundarios, dedicados a temas de nicho”, dijo Soares a LJR. “El libro de Cecília ayuda a demostrar que los temas de los que estamos hablando deben ocupar el centro de la agenda pública, porque tienen que ver con la democracia y el Estado de derecho democrático. Las milicias son un tema político urgente y decisivo. Ese es el principal mensaje de la autora para la sociedad brasileña”.

 

Consejo final

Con casi 20 años de experiencia, el principal consejo de Olliveira para colegas que quieran cubrir el crimen organizado es prepararse técnica, emocional y legalmente. Según la periodista, es esencial estudiar el tema a fondo desde un punto de vista legal, sociológico, antropológico e histórico; conocer la geografía de los lugares; y establecer una red de confianza con colegas y fuentes. También enfatiza que nunca se debe subestimar el riesgo, y afirma que los reporteros nunca deben trabajar solos.

“Díganle a personas de confianza adónde van y qué están haciendo, con quién”, dijo la reportera. “También es importante entender que el crimen organizado en Brasil no está solo en las periferias: está en los concejos municipales, en las notarías, en las empresas fantasmas. Investigar esto requiere paciencia, rigor y valentía. Pero vale la pena. Porque arrojar luz sobre lo que quieren ocultar es, al fin y al cabo, la esencia de nuestro trabajo”.

Traducido por Katherine Pennacchio
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