“Cada día, Makenson Rémy se despierta en el silencio de la noche para contar la historia de su destrozada ciudad natal, Puerto Príncipe. Cada día teme morir. ‘Estoy muy preocupado por la ciudad. Estoy preocupado por mi familia. También estoy preocupado por mí mismo, porque en cualquier momento podría salir y no volver jamás’, dijo el periodista haitiano, responsable de las emisiones de radio al amanecer que ayudan a los nerviosos habitantes de la capital a mantenerse con vida.
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Con Puerto Príncipe acorralado por la revuelta y los periodistas extranjeros luchando por llegar, ha sido una valiente hermandad de reporteros haitianos la que ha hecho correr la voz sobre el drama de la ciudad. Al igual que los periodistas palestinos han mantenido informado al mundo sobre la guerra en Gaza, un lugar donde los reporteros extranjeros tienen casi totalmente prohibida la entrada, los corresponsales haitianos están desempeñando un papel vital en la documentación del estado de sitio de su ciudad”.
