“Ejercer el periodismo en nuestro país [México] puede provocar censura, intimidación, campañas de desprestigio o amenazas, que pueden llegar a escalar a violencia física, atentados, homicidio o feminicidio. En este caso, las mujeres periodistas viven una doble condición de riesgo: la primera vinculado a su género que las coloca en grandes desigualdades frente a los hombres; y la segunda, la discriminación al ejercer su derecho de libertad de expresión.
La combinación de ambos factores interpela que las mujeres periodistas sean blanco de violencia psicológica, física, patrimonial, económica, digital o sexual. El informe Impunidad. Violencia contra mujeres periodistas contabilizó que durante dicho sexenio [2012 a 2018] ocurrieron 422 casos de violencia contra mujeres periodistas en 31 de los 32 estados del país; y, al menos seis de estos seis fueron feminicidios.”