“Gracias a su movimiento y su lucha infatigable [de Jineth Bedoya], Colombia promulgó una ley que lleva el nombre de su movimiento y designa medio millón de dólares anuales para prevenir ataques a las reporteras. Para la periodista, aunque asegura ser ‘un bálsamo para el alma’, no deja de ser irónico. ‘Tengo una ley, pero no justicia’, cuenta aludiendo a la impunidad de sus agresores. Esta es una de las medidas de reparación que ordenó la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte Idh). En este 25N [25 de noviembre] lanza un documental sobre la explotación sexual en Cartagena en todos los medios regionales del país en el que lleva cinco años investigando. Cualquiera podría preguntarse si después de tanto sufrimiento, valía la pena dedicarse al periodismo de género. Para Bedoya la respuesta es una y mil veces sí. ‘Nunca voy a poder dejar de ser periodista’, zanja”.