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Días antes de la muerte del Papa Francisco, Iglesia disuelve formalmente grupo católico peruano expuesto por periodistas

Las investigaciones de los periodistas peruanos Paola Ugaz y Pedro Salinas condujeron a la que se convertiría en una de las decisiones finales del Papa Francisco: confirmar la supresión de un influyente movimiento de laicos y sacerdotes católicos activo en casi toda América Latina.

La decisión de disolver el Sodalicio de Vida Cristiana (SVC), que se conocía desde enero, fue confirmada por el Vaticano el pasado 15 de abril a través de un comunicado firmado por la Prefecta del Dicasterio para Instituto de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, sor Simona Brambilla.

“Siento que hay mucho de reparación simbólica en lo que ha hecho el Papa Francisco, no sólo para los periodistas sino para los sobrevivientes”, dijo Ugaz a LatAm Journalism Review (LJR) en una entrevista antes de la muerte del Papa. “Hay un gran jalón de orejas al Estado peruano que durante los más de 50 años que duró la organización, no hizo absolutamente nada para apoyar a los sobrevivientes, para ver cómo defendía a los periodistas, ni hacer nada de nada. Esta organización hizo y deshizo, y no pasó nada”.

Las denuncias contra el Sodalicio, fundado en 1971 por el laico Luis Fernando Figari, se hicieron públicas por primera vez en el 2000 cuando el comunicador José Enrique Escardó denunció a la organización por presuntos casos de abuso y violencia del que él fue víctima directa, según sus narraciones. En 2007, la policía encontró a Daniel Murguía Ward, miembro del SVC cercano a Figari, con un niño de 11 años en un motel.

“[El Sodalicio] lo trató de manera quirúrgica, como una crisis”, dijo Ugaz. Murguía Ward fue expulsado de la organización, enviado a prisión por un año y medio.

Ugaz y Salinas realizaron una investigación de cinco años producto de la cual publicaron el libro “Mitad monjes, mitad soldados” en 2015, que da cuenta de abusos físicos, psicológicos y sexuales contra propios miembros del Sodalicio y no miembros.

“Fue una crisis grave porque fue sistémica”, dijo Ugaz. “No es un sacerdote, sino es toda una práctica la que se movía”.

 

La persecución contra el periodismo

A partir de allí vino una persecución judicial y física a los periodistas. Ugaz ha tenido que enfrentar denuncias por difamación y por lavado de activos. Ha sido señalada incluso de traficar con uranio, y “mil cosas absurdas”, dijo.

“En el 2019 me convierto en la periodista más demandada en el Perú”, dijo Ugaz. En 2023, se convirtió en la primera periodista peruana a la que le levantan el secreto de sus comunicaciones por orden de un juez.

Es tal la persecución que el mismo Nuncio Apostólico de Lima le aconseja que le cuente al Papa Francisco lo que estaba sucediendo con ella y con los periodistas que investigan al Sodalicio. Eventualmente, Ugaz y Salinas se reúnen con el Papa dos veces: en noviembre de 2022 y diciembre de 2024.

El primer encuentro planeado de manera muy meticulosa y casi en secreto (a Ugaz le informaron que la estaban siguiendo) se vio interrumpido por la pandemia de COVID-19.

En noviembre de 2022, Ugaz y Salinas le contaron al Papa lo encontrado en sus investigaciones así como la persecución que estaban viviendo. Como resultado, el pontífice envió una comisión de investigación compuesta por el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, y el monseñor español Jordi Bertomeu.

La comisión llegó a Perú en julio de 2023 y “el resto es historia”, dijo Ugaz. “[Ellos] se dieron cuenta que nosotros, tanto Pedro Salinas como yo, habíamos pecado por defecto y no por exceso”.

De acuerdo con Ugaz, los enviados del Papa encontraron muchas más cosas de las que habían podido reportar los periodistas. Los primeros resultados se vieron en abril de 2024 cuando obligaron a renunciar al arzobispo de la región de Piura José Antonio Eguren. En agosto fue expulsado su fundador Figari, y posteriormente otros 15 miembros más son expulsados, entre ellos el sacerdote Jaime Baertl, quien manejaba las finanzas de la organización razón por la que Ugaz también lo investiga en la actualidad.

“Al inicio, [el Sodalicio] hace algo que es muy propio de su ADN: empieza a perseguir y hacer campañas de enlodamiento a los religiosos que trabajan con el Papa Francisco”, dijo Ugaz.

En diciembre de 2024, y tras recibir información detallada de la comisión, el Papa volvió a reunirse con los periodistas Ugaz, Salinas y la periodista en el Vaticano Elise Ann Allen, a quienes les adelantó la noticia de la supresión del Sodalicio.

“Nos dijo ‘denme mis tiempos. Quiero hacerlo bien’”, dijo Ugaz.

En enero el Sodalicio fue informado de la decisión de supresión, pero la firma del decreto no se hizo sino hasta el 14 de abril de 2025. En un comunicado del SVC, aceptó la decisión del Papa, y agregó un informe en el que reconoce a las víctimas de la organización y el proceso de reparación que han realizado.

“Al concluir la investigación ordenada por el Santo Padre Francisco el 5 de julio de 2023, con el fin de esclarecer las acusaciones sobre responsabilidades de diversa índole atribuidas al señor Luis Fernando Figari y a otros numerosos miembros del Sodalitium Christianae Vitae, se decidió suprimir” tanto la rama masculina como la femenina del Sodalicio, una comunidad de monjas y el movimiento eclesial que también habían sido fundados por Figari, dice el comunicado firmado por sor Simona Brambilla del 15 de abril de 2025.

Ugaz dice que está segura de que la muerte del pontífice no cambiaría la decisión porque “la intimación de la supresión se realizó el 14 de abril”. “Intimar” en el derecho canónico es la ceremonia mediante la cual una organización como el Sodalicio acepta el documento de supresión que tiene ciertas condiciones y lo firma.

Monseñor Bertomeu será el encargado de todas las acciones que vienen con la supresión del Sodalicio.

 

Un apoyo para el periodismo investigativo

La decisión de supresión del Sodalicio además es para Ugaz una reivindicación del trabajo hecho porque de cierta manera el trabajo de la comisión papal verificó su investigación periodística.

“Yo me siento satisfecha por el trabajo realizado”, dijo Ugaz. “Y me siento muy contenta por el agradecimiento de muchísimos sobrevivientes, mensajes que los recibes y te pones a llorar de la emoción porque siento que sus voces fueron escuchadas y eso es mucho más que cualquier cosa”.

Para Zualiana Lainez, presidenta de la Asociación Nacional de Periodistas de Perú (ANP), es bastante significativo que investigaciones periodísticas puedan llevar a una decisión tan importante. Para ella “es un triunfo” de la profesión.

“Que desde el buen periodismo hayas podido demostrar las prácticas delictivas que habían, y que eso haya terminado en la supresión es la mejor demostración en terreno de que el periodismo puede cumplir con sus fines y objetivos si la práctica se hace con rigor”, le dijo Lainez a LJR.

Sin embargo, destaca como algo negativo la persecución e intentos de silenciamiento que han tenido que soportar los periodistas que se atreven a denunciar. Pero que por decisiones como estas, “devuelve[n] la fe” en el periodismo.

Para Ugaz fue precisamente el periodismo el que la salvó en medio de “la tormenta” que es el Sodalicio.

“Siento que en momentos tan oscuros, en tiempos donde hay mucho escepticismo, donde todo se ve negro, el periodismo te salva”, dijo Ugaz. “Siento que yo estaba en un barquito con Pedro Salinas, Daniel Yovera [otro periodista denunciado], y el mástil era el periodismo”.

Sobre los efectos que la decisión del Vaticano podría tener en las investigaciones abiertas en contra de los periodistas, Lainez no sabe hasta dónde puede impactar. “Los tentáculos” del Sodalicio, según explicó, han llegado incluso a operadores de justicia del país.

“Pero la supresión [del Sodalicio] demuestra que lo que contaron [los periodistas] fue verdad y que ese sacrificio valió la pena”, dijo Lainez. “Valió la pena para que estos abusos no se vuelvan a repetir”.

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Periodista peruana Paola Ugaz en una de sus encuentros con el Papa Francisco. (Foto: Servicio de Prensa del Vaticano/ Cortesía Paola Ugaz)

Ugaz también cree que tendrá un impacto a nivel judicial sobre todo “para frenar el fuego” de las denuncias. Sin embargo, la misma semana que se firmaba el decreto de supresión, Ugaz recibía la tercera carta notarial de parte del expulsado sacerdote Jaime Baertl, jefe de finanzas del Sodalicio, en la que le anunciaba una próxima demanda en su contra.

Por lo pronto, se considera afortunada de haber conocido al Papa y del apoyo recibido no solamente a ella y Salinas, sino al trabajo periodístico en general.

“Me siento apenada por la partida del Papa Francisco, pero a su vez me congratula haber conocido a alguien empático con el trabajo de los periodistas y que en el momento más difícil para mí debido a la persecución, haya escuchado el pedido de enviar a la misión Scicluna-Bertomeu”, dijo la periodista.

Organizaciones como PEN International, Forbidden Stories, Reporteros Sin Fronteras y la Fundación Clooney se pronunciaron contra la persecución a Ugaz.

“Si el Papa Francisco o personas como [el escritor] Mario Vargas Llosa no hubieran ayudado con su solidaridad, con las voces, y contando y alertando lo que nos pasaba, hubiéramos acabado en la cárcel”, dijo Ugaz.

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