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Lisseth Boon convierte una década de cobertura en un libro sobre el coste humano y medioambiental de la minería en la Amazonía venezolana

“Malandro”, en el español venezolano, es un término que se utiliza para describir a toda persona, situación o acción relacionada con lo criminal. 

Tiene sentido, entonces, que haya sido la palabra que la periodista venezolana Lisseth Boon haya utilizado para describir la explotación minera, y los delitos conexos que se están cometiendo, al sur de Venezuela. 

En su primer libro ‘Oro Malandro’, publicado por la editorial Dahbar, Boon va hasta las profundidades de crímenes que depredan la Amazonía Venezolana y las consecuencias ambientales, económicas y comunitarias del Arco Minero del Orinoco, un proyecto estatal que habilitó casi 112.000 kilómetros cuadrados del territorio venezolano —un área más grande que Guatemala— para la realización de proyectos mineros.

“Este libro es un compendio de todos los crímenes que se están cometiendo en la Amazonía venezolana por la minería ilegal que implica el arco minero del Orinoco”, dijo Boon a LatAm Journalism Review (LJR). “Es un proyecto de megamineria del Estado que entre comillas es legal y se hizo para aprovechar todos los recursos del país pero que a todas luces está revestido por una ilegalidad, porque aquí se están cometiendo crímenes: ecocidio, corrupción, malversación de fondos, falta de rendición de cuentas, masacres, trata de personas, desapariciones forzadas y hasta esclavitud moderna”.

Boon es una periodista de investigación venezolana con amplia experiencia en medios impresos y digitales en Venezuela y en proyectos de colaboración transnacional. Por sus investigaciones, Boon ha sido merecedora de premios nacionales e internacionales como el Premio Gabriel García Márquez, el de la Sociedad Interamericana de Prensa y el Premio Rey de España de periodismo.

Desde abril de 2023, Boon forma parte del equipo de Armando.Info, el único medio de comunicación dedicado en exclusiva al periodismo de investigación en el país.

En esta edición de 5 preguntas, Boon cuenta el proceso que conlleva escribir un libro basado en una investigación periodística y la importancia de seguir documentando las irregularidades en un país como Venezuela. 

La entrevista fue editada por razones de claridad y concisión.

 

1. Este es tu primer libro ¿Por qué este tema en particular se convierte en un libro?

Lisseth Boon: Llevo pensando en hacer este libro desde hace tiempo. Desde 2016, cuando hice mi primera cobertura sobre el tema del oro y del Arco Minero que fue con la masacre de Tumeremo, una alianza de cobertura entre Runrunes, El Pitazo y el Correo del Caroní.

Luego vendrían otros reportajes sobre el tráfico del oro, las rutas de contrabando, la ruta del Caribe neerlandés. También hicimos un trabajo sobre minería ilegal en zonas protegidas en el Parque Nacional Canaima y durante la pandemia se habló sobre el avance de la destrucción en el Arco Minero y la situación de los indígenas.

Casi una década haciendo estas investigaciones y llegó un momento que son tantos los testimonios, las anécdotas, las entrevistas que muchas veces quedan por fuera de los reportajes. Así que dije: hay que hacer un libro sobre esto. 

Además, hay mucho desconocimiento de lo que está pasando en la Amazonía venezolana, no solamente fuera de Venezuela, como sería lo natural, sino dentro del país. 

 

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Lisseth Boon es una periodista de investigación venezolana con amplia experiencia en medios impresos y digitales en Venezuela, así como en proyectos de colaboración transfronterizos. (Foto: Cortesía)

2. ¿Cuánto tiempo te llevó escribir el libro   y cómo fue el proceso?

LB: El proceso de escritura y edición se llevó como un año y medio. Cuando uno dice que va a escribir un libro, te imaginas que vas a  tener todo el tiempo del mundo y que vas poder ir a una clínica literaria para estar tres meses retirada en una habitación escribiendo con vista al mar o un bosque. Nada más alejado de la realidad.

Sobre todo para una periodista en Venezuela, que además es mamá. No todos comprenden todas las dificultades y la complejidad de vivir en un país como Venezuela. Tuve que organizar muy bien mi tiempo para poder dedicarle a este libro. Eso me costó muchísimo. Fue sangre, sudor y lágrimas y aunque suene lugar común fue así, es muy duro. 

Cuando escribes un libro, otro de los dilemas que te planteas es querer que el libro reúna y sea el reflejo de todo lo que lo que viste y procesaste durante todo ese tiempo de cobertura.

En mi caso, tenía el temor de que el resultado no iba a hacer este gran compendio o que no iba a abarcar todos los los elementos que yo necesitaba para echar esta historia: la destrucción del Arco Minero, quiénes son los responsables y quiénes son las víctimas. 

Al final, me reconcilié con la idea de que no lo vas a abarcar todo en el libro. Porque si no nunca terminas y tienes que terminarlo igual que con un reportaje periodístico. Hay un deadline y no puedes estar escribiendo eternamente, yo no me podía dar ese lujo. Hay muchísimos casos de periodistas que dicen "ay, estoy escribiendo un libro" y nunca lo terminan.

 

3. ¿Qué fue lo más difícil de ese proceso y cómo lo sobrellevaste? 

LB: Sergio Dahbar, periodista y editor de la Editorial Dahbar que está publicando muchos títulos de periodismo de investigación, ensayos y temas políticos, un día me llamó y me planteó lo del libro y no lo pensé dos veces. 

Ha sido un proceso de aprendizaje para mí muy enriquecedor y muy importante porque no fue un camino fácil. Escribir un libro es diferente. 

Yo sentía que tenía mucho material, muchos datos, he viajado muchas veces al terreno, tengo el conocimiento, la experiencia y aproximación al tema. Pero, no es un reportaje periodístico ni de investigación. Entonces, esto para mí fue un ejercicio también de deslastrarse un poco de ese corset, de patrones, del estilo a la hora de contar la historia.

Por ejemplo, el manejo de la primera persona, me costó muchísimo y todavía a última hora seguía puliendo eso porque me costaba hablar de mí misma y sentirme protagonista. Soy de la vieja escuela en la que nunca puedes ser la protagonista de la historia.

También me ayudó mucho un taller que hice de libros periodísticos de la Fundación Gabo con Martín Caparrós, en el año 2023 en Madrid, este fue un buen paso que di para todo el proceso de escritura. El taller funcionó como un consejo de redacción, porque allí el maestro Caparrós no se impone ni impone su opinión o método, él está allí articulando el trabajo de todos. Me ayudó también hacer un índice y un esquema. Son muchas entrevistas, documentos, informes y hay que darle un orden a todo eso. 

 

4. Los periodistas de investigación se enfocan en mostrar esa degradación humana, económica, ambiental y social de la que hablas en el libro. Pero tú tienes la particularidad de que cubres Venezuela. ¿Qué diferencia ves con respecto a otros países de la región?


LB: En otros países de la región, por ejemplo los casos de Colombia y de Argentina, hay más tradición en la publicación de libros periodísticos.

book cover

“Este libro es un compendio de todos los crímenes que se están cometiendo en la Amazonía venezolana por la minería ilegal que implica el arco minero del Orinoco”, dijo Lisseth Boon a LJR.

De hecho, en Colombia está el Premio Nacional Simón Bolívar que tiene una categoría para premio periodístico del año. En Argentina, también es una tradición publicar libros y hasta se convierten en best sellers. 

En Venezuela no tenemos esa tradición y son muchas las razones. Entre ellas que no hay editoriales, la industria editorial está en su mínima expresión, han cerrado librerías, ha habido crisis con el papel, etc. 

Además, en Venezuela el periodismo de investigación lamentablemente no tiene mucho impacto. O sea, ¿qué es lo que busca el periodismo en general? Cambiar algo de la sociedad, que haya impacto, que se tomen decisiones a partir de esos reportajes, de esas revelaciones. Pero, eso en Venezuela lamentablemente no ocurre.

 

 

5. Comienzas tu libro diciendo que esta investigación surge de una gran indignación pero también de la esperanza. ¿Qué te indignó y que te hace sentir esperanzada?

LB: Este libro es un compendio de todos los crímenes que se están cometiendo en la Amazonía venezolana por la minería ilegal que implica el arco minero del Orinoco, un proyecto de megaminería del Estado que entre comillas es legal y se hizo para aprovechar todos los recursos del país pero que a todas luces está revestido por una ilegalidad, porque aquí se están cometiendo crímenes: ecocidio, corrupción, malversación de fondos, falta de rendición de cuentas, masacres, trata de personas, desapariciones forzadas y hasta esclavitud moderna.

Además todo el tema indígena, es decir, los crímenes contra las comunidades indígenas que son los habitantes ancestrales de esos territorios y hay leyes para pueblos indígenas que supuestamente deberían protegerlos y eso se está completamente saltando.

A mí me indignó dos viajes que hice al sur de Venezuela justo antes y justo después de la pandemia, solo habían pasado dos años y ver ese avance de la destrucción de la Amazonía, eso me movió mucho. 

Me indignó ver a todos esos paisajes que antes eran verdes tomados ahora por la minería, a los mineros artesanales con el agua a la cintura en el barrial y las minas a cielo abierto sabiendo que hay mercurio. Me indignó también ver a los indígenas desplazados de su territorio y de su cultura, que es aún peor. 

Allí pensé: ¿cómo se puede esto detener?

Yo siempre digo que no hay que caer en la frustración, sino pensar que lo importante aquí en que estamos documentando, apelando a la memoria y registrando los tiempos que estamos viviendo.

Entonces, yo creo que eso es una de las cosas que a mí me llenan de satisfacción de que, por lo menos, estamos haciendo esa documentación. El escribir libros, el hecho que dejemos libros, es una manera de trascender. De trascender no nosotros como periodistas, sino de que los temas puedan trascender. Y allí entra la esperanza de que, gracias a esta documentación, en algún momento se aplique justicia.