Lo que pensó que sería un proyecto provisional, se convirtió en algo mucho más permanente para la periodista cubana Nora Gámez Torres. Durante un poco más de una década ha cubierto para el Miami Herald – y su diario hermano en español El Nuevo Herald – las “históricas” relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Este trabajo le valió recientemente la Medalla de Oro del Premio María Moors Cabot de la Universidad de Columbia.
“Es una tremenda sorpresa y un gran honor”, dijo Gámez Torres a LatAm Journalism Review (LJR). “El estar en esa lista de periodistas que han reportado sobre América Latina y seguir una tradición de periodistas cubanos y después cubanoamericanos que han recibido el premio a mí me causó una gran sorpresa”.
Esta lista, dijo Gámez, incluye editores y fundadores de diarios cubanos de la era republicana (antes de la revolución cubana) por quienes la periodista había tenido admiración, como José Ignacio Rivera, el director del Diario de la Marina quien recibió el premio en 1941.
Cuba no suele tener tanto interés en los medios más allá del impacto en la política exterior de Estados Unidos, dijo Gámez. Por eso, este premio tiene un especial significado porque da una importancia especial no sólo a su trabajo, sino al que le apuesta el Herald por cubrir una región que impacta la vida de miles de residentes del sur de la Florida, Estados Unidos.
Así también lo consideró el jurado del Premio Cabot que definió su periodismo como uno “justo, preciso e innovador” y que se ha convertido en “la voz más confiable sobre la isla en los medios estadounidenses”.
“Con los medios cubanos bajo un férreo control gubernamental, también muchos cubanos se enteran de los acontecimientos en su propio país a través de los reportajes de Gámez Torres”, agregó el jurado.
Luego de estudiar periodismo en la Universidad de La Habana, Gámez como suele pasar a muchos jóvenes profesionales en la isla, dijo, se desilusionó de las pocas oportunidades que tenía para “hacer periodismo real” en un lugar donde el Estado controla los medios.
“Básicamente era trabajar para los medios oficiales, bajo muchas restricciones y prácticamente obligados a producir propaganda”, dijo Gámez.
Por eso pensó en la academia sería el lugar para ayudar a formar nuevas generaciones. Luego de años como profesora, obtuvo becas para seguir con su formación. Primero para hacer una maestría en Media and Communications en la London School of Economics, y posteriormente un doctorado en sociología en la City University de Londres.
Tras terminar su doctorado se fue a Estados Unidos buscando una oportunidad en la academia de ese país. La sorpresa llegó porque, aunque no estaba pensando en hacer periodismo, la oportunidad laboral llegó de El Nuevo Herald. Esta era casi su primera experiencia profesional en el periodismo y por eso la vio como algo temporal.
“Hacer periodismo hoy es realmente algo muy desafiante”, dijo Gámez quien resalta por ejemplo las presiones económicas que enfrentan los medios locales (como el Herald) y que inevitablemente afectan a los periodistas. Como periodista bilingüe usualmente produce en inglés y español.
A pesar de la alta exigencia de la academia, el ritmo del periodismo fue uno de los principales retos y desafíos que la sorprendieron bastante.
“Por otra parte, realmente han sido unos años increíbles porque tienes la posibilidad de ser testigo de la historia que se está haciendo ahora mismo y de ser tú quien pueda tratar de entender y de narrar eso que está pasando, esas cosas históricas que están pasando y tuve la suerte de presenciar”, dijo.
A los pocos meses de llegar al Herald, Estados Unidos y Cuba anuncian el restablecimiento de relaciones.
“Y empieza un ritmo vertiginoso de acontecimientos que nadie hubiera previsto”, dijo.
Entre ellos, la visita de un presidente estadounidense a Cuba después de muchas décadas. Gámez pudo hacer parte del equipo de periodistas que acompañó al expresidente Barack Obama a Cuba y esa fue la última vez que ella pudo visitar la isla.
No han sido los únicos acontecimientos. Cubrió la muerte de Fidel Castro, la llegada de un primer presidente a Cuba que no es parte de la familia Castro, y por supuesto las “protestas históricas” del 11 de julio de 2021.
“Y yo he estado ahí para contar todas esas historias”, dijo.
La experiencia de la academia ha sido “vital” para cubrir todos estos hechos históricos, dijo Gámez. Durante sus años en universidades, se dedicó a investigar Cuba, conociendo a fondo su realidad al tiempo que creaba una red de académicos, expertos e incluso artistas que han sido muy importantes para su cobertura de la isla desde Miami. Asimismo, también le dio herramientas como el uso de estadística y manejo de datos, aseguró.
“Sobre todo me dio una serie de habilidades y una capacidad de análisis un poco más profunda que es lo que yo he tratado de llevar a mi cobertura sobre Cuba para tratar de comprender cómo ha cambiado el país en estos años”, dijo. “Y claro, una familiaridad con teorías sociales y políticas que te permiten analizar mucho mejor Cuba y también analizar mucho mejor la política exterior de Estados Unidos, que es uno de los temas principales que yo cubro”.
Sus investigaciones y primicias le han generado señalamientos del gobierno cubano. Ejemplo de estas han sido sus exclusivas sobre el Síndrome de La Habana y el arresto de un exembajador estadounidense en Miami que se declararía culpable de ser agente extranjero en Cuba. Una de las más recientes se hizo con base en filtraciones de documentos financieros secretos de las Fuerzas Armadas Cubanas que darían cuenta de activos millonarios mientras el gobierno del país señalaba que no había dinero para medicina o mejorar la infraestructura eléctrica.
“Me han acusado de todo, de trabajar para el departamento de Estado, de trabajar para la CIA”, dijo.
Gámez ha hecho parte equipos de investigación galardonados como los de Papeles de Panamá, así como las series de Odebrecht y Bribery Division. La Sociedad de Editores de Noticias de la Florida, la Sociedad de Periodistas Profesionales y otras organizaciones han reconocido su trabajo.
Aunque Cuba es su especialidad, también se ha dedicado a temas como Venezuela, Haití y el Caribe en general; países que tienen poblaciones grandes en Miami. Gámez Torres se siente orgullosa de continuar con la tradición del Herald de cubrir países más allá de sus fronteras. De hecho, ella es una de los 17 periodistas del Herald que han ganado la medalla de oro.
“Para nosotros eso tiene una importancia tremenda, poder hacerlo con la mayor seriedad y rigor posible. Somos uno de los pocos medios en Estados Unidos que tiene una cobertura diaria de estos países”, dijo Gámez quien lamenta que debido a la crisis de los medios locales no pueden hacerlo con muchos más países.
“El periodismo está enfrentando unos desafíos tremendos. Sobre todo, la prensa local está muy disminuida. A la vez hay una proliferación enorme de desinformación en redes sociales, hay un cambio en las audiencias, estamos compitiendo con una nueva figura que es el influencer que no tiene el compromiso del periodista para reportar los hechos”, dijo. “En ese contexto, el trabajo nuestro cobra aún más importancia en el sentido de que alguien tiene que hacer trabajo tradicional y aburrido (risas) de buscar toda la información y confrontar las fuentes y tratar de reportar lo mejor posible información para que después los que están dictando las políticas puedan tomar también decisiones”.
Gámez Torres recibirá el Premio Maria Moors Cabot en una ceremonia que tendrá lugar el 8 de octubre en la Universidad de Columbia en Nueva York. Omaya Sosa Pascual, cofundadora del Centro de Periodismo Investigativo (CPI) de Puerto Rico; Natalia Viana, cofundadora de Agência Pública de Brasil; y la periodista mexicana Isabella Cota, del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) completan la lista de ganadores de la Medalla de Oro de 2025. Esta es la segunda vez en la historia del premio que las cuatro galardonadas son mujeres.