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Estos medios digitales en pequeñas ciudades brasileñas están convirtiendo los desiertos de noticias en oasis

  • Por Mariama Correia
  • 6 octubre, 2025

Hasta hace poco, la ciudad de Pedreiras, en el estado de Maranhão, al noreste de Brasil, no contaba con periódico, emisora ​​de radio ni portal de noticias local.

Más conocida como la cuna del fallecido cantante de samba João do Vale, Pedreiras también era un “desierto de noticias”, un lugar carente de periodismo local.

Eso cambió en 2020, cuando cuatro periodistas locales crearon el portal de noticias O Pedreirense, que publica reportajes de investigación, columnas de opinión y entrevistas en video. Es uno de los medios digitales de Brasil que está transformando sus regiones de desiertos informativos en oasis informativos.

“Intentamos dar mayor prominencia a las poblaciones locales en nuestros reportajes”, dijo Joaquim Cantanhêde, editor ejecutivo de O Pedreirense, a LatAm Journalism Review (LJR).

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La periodista Mayrla Frazão entrevista a Diocina Lopes dos Reis para O Pedreirense. (Foto: Cortesía O Pedreirense)

El nordeste es la región de Brasil con el mayor número de desiertos informativos, según el censo periodístico Atlas da Notícia, publicado en julio. Nueve de cada 20 municipios son desiertos de noticias, lo que significa que casi 21 millones de personas en Brasil carecen de acceso a información periodísticamente verificada sobre su región.

La mayoría de los medios que se enfrentan a esta realidad son pequeños y se dedican exclusivamente a la comunicación digital. O Pedreirense opera con tan solo tres profesionales que se mantienen mediante subvenciones y contratos de servicios, según Cantanhêde.

“Cuando empezamos, queríamos producir noticias más basadas en hechos, lo que requiere un gran volumen de trabajo”, afirmó. “Hoy, decidimos qué cubriremos de forma más estratégica”.

Los desafíos del periodismo en ciudades pequeñas

La ciudad de Angicos, en el estado nororiental de Rio Grande do Norte, se hizo conocida en todo Brasil en 1963, cuando el educador Paulo Freire realizó un experimento en el que enseñó a leer a 300 personas en tan solo 40 horas. Sin embargo, Angicos, con sus 12.000 habitantes, era consideraba un desierto de noticias hasta este año.

Leonardo Ribeiro, coordinador del portal Angicos Notícias, explica que logró ampliar la distribución de contenido gracias a la colaboración con radios locales. “Empezamos con algo pequeño y nos hemos consolidado como la mayor iniciativa informativa de la región central del estado, que abarca 11 municipios”, dijo. Actualmente, el equipo cuenta con ocho empleados, incluyendo cinco columnistas.

Además de encontrar maneras de llegar a audiencias potenciales, el periodismo local necesita buen contenido para ser relevante. Y las buenas historias, cree Ribeiro, se pueden encontrar en cualquier lugar.

“Depende del periodista tener un instinto agudo para identificar oportunidades informativas”, dijo. “Hay que tener ganas de descubrir. En todas las ciudades hay primicias, ya sea por obras públicas importantes, malas acciones gubernamentales o la inacción que perjudica a la población”.

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Una antigua estación de ferrocarril en Angicos, un pueblo del estado de Río Grande de Norte que hasta hace poco era considerado un desierto de noticias. (Foto: GLandovsky, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons)

Aunque los mayores conglomerados mediáticos brasileños se ubican en las capitales del sureste, esta región presenta la mayor proporción de desiertos informativos en relación con el número de municipios (49,76%), según Atlas da Notícia. En el estado de São Paulo, el periodista Eduardo Fálico dirige Portal da Cidade en la ciudad de Bady Bassit, que también salió de la lista de desiertos informativos este año.

Cuando llegó a la ciudad hace casi dos años, los aproximadamente 27.000 habitantes llevaban casi una década sin contar con un medio de comunicación local. Hoy, el equipo del sitio web —tres personas, entre ellas Fálico, un becario y un vendedor— trabaja arduamente para ofrecer cobertura diaria de política, salud y servicios públicos.

“El mayor desafío es existir como medio de comunicación en un lugar donde la gente y las autoridades no están acostumbradas a la presencia del periodismo”, dijo Fálico.

“Conocer a tu audiencia es fundamental”

Producir periodismo no basta para mantener vivo a un medio de comunicación. Es necesario encontrar fuentes de financiación que le permitan mantener sus operaciones y crecer.

Una encuesta del proyecto Mais pelo Jornalismo (Más por el periodismo) reveló en marzo de 2025 que más de 2.000 medios de comunicación han cerrado en Brasil desde 2014. El censo de Atlas da Notícia también mostró que, si bien los medios digitales están creciendo, no son inmunes a la crisis que afecta al periodismo a nivel mundial. Al menos 651 medios en línea registrados en el estudio ya han cerrado, incluyendo 334 entre 2023 y 2025.

“Realizamos un trabajo útil para la comunidad. El principal desafío es la monetización", dijo Fálico, de Portal da Cidade. “Tuvimos que educar mucho a los anunciantes locales sobre la importancia del periodismo para obtener apoyo. Claro que el sueño de todo periodista es no depender de la financiación pública, pero termina siendo un camino hacia la estabilidad”.

Cantanhêde dijo que fue necesario ofrecer servicios de consultoría, como relaciones con la prensa, para garantizar la sostenibilidad financiera de su medio. “Siempre lo hacemos con sumo cuidado para que no interfiera con la independencia editorial de nuestro periodismo”, dijo.

En cuanto a la distribución de contenido, las redes sociales ayudan a conectar con la audiencia, pero Cantanhêde, de O Pedreirense, cree que es importante ir más allá de los algoritmos. “Para hacer periodismo local, es necesario conocer muy bien a la audiencia”, explicó. “Es una audiencia entusiasta y dinámica. Es necesario mantener un compromiso genuino con la comunidad y participar en los eventos y programas de la ciudad”.


Mariama Correia es periodista y coordinadora de investigación para el Atlas da Notícia en el noreste de Brasil.

Traducido por Silvia Higuera Flórez
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