Por Alessandra Monnerat y Marina Estarque
El Grupo Globo, el mayor conglomerado de medios de comunicación de Brasil y América Latina, anunció el 19 de enero la unificación de las redacciones de los diarios O Globo y Extra. Como parte del proceso, los medios despidieron a más de 30 periodistas. De acuerdo con el editor general del periódico O Globo, Ascânio Seleme, la medida tiene por objetivo racionalizar los costos e implementar cambios “radicales”, para que los medios se enfoquen en la producción digital.
La idea es que un solo equipo optimice la producción de periodismo, trabajando en secciones de noticias más grandes para ambos periódicos. Una Mesa Central de Producción de Contenidos liderará el trabajo, según un comunicado interno enviado a sus empleados.
A pesar de la unificación, la estrategia diseñada por la consultora Innovation determina que los dos medios mantengan sus características particulares, con diferentes directores de redacción y directores ejecutivos. “Vamos a preservar la identidad y el ADN de cada periódico”, afirmó Seleme al Centro Knight.
Por lo tanto, Extra sigue siendo un periódico más popular, con un lenguaje sencillo, de precio asequible y centrado en proporcionar “servicios esenciales”, según una descripción de la propia empresa. Mientras que O Globo, uno de los periódicos más tradicionales y de mayor circulación del país, seguirá dirigido a las comunidades con mayores recursos económicos.
Además de la diferencia en la elección de los temas, los medios tienen identidades visuales y enfoques diferentes, incluso en relación con los barrios. O Globo, por ejemplo, está más cercano a la cobertura de la zona sur de Río de Janeiro, la región más rica de la ciudad, mientras que Extra suele dar más importancia a la periferia.
Seleme afirma que las diferencias no serán un problema para la unificación porque los periodistas son capaces de escribir textos en cualquier estilo.
“Si el periodista está en la Baixada [región periférica de Río], cubriendo una guerra de bandas, va a escribir con el estilo de Extra. Si hace una entrevista en la bolsa de valores de São Paulo, lo va a escribir más con el estilo de O Globo. Por supuesto, si O Globo también quiere publicar la guerra de bandas, vamos a tener que cambiar el texto. El reportero tratará de seguir el estilo del periódico para el que está escribiendo”, dijo.
Según explicó, algunas fuentes, como País, que cubre política y asuntos nacionales, se verán menos afectadas por este cambio, porque producirá principalmente para un solo periódico.
“Los reporteros de País trabajarán más para O Globo que para Extra porque el enfoque y el alcance de su cobertura está más orientado al perfil de los lectores de O Globo”, dijo.
En los casos en que el tema es el mismo para ambos medios, Seleme explicó que los periódicos mantendrán un enfoque diferenciado. Citó como ejemplo el cambio en el sistema de pensiones. “O Globo va a dar la noticia como un cambio estructural. Extra lo va a humanizar, encontrar un personaje que se adapte en esta historia, y dará el punto de vista del ciudadano. El periodismo de Extra es mucho más ciudadano, el de O Globo es más informativo”.
Seleme afirmó, sin embargo, que no hay diferentes líneas editoriales para los periódicos. Ambos siguen, según él, los Principios Editoriales del Grupo Globo, que se aplican a todos los medios del conglomerado, como CBN, Revista Época, TV Globo, entre otros. Por lo tanto, los valores son los mismos, lo que cambia es el perfil de lectores, dijo Seleme.
“Respetamos a nuestros clientes, el lector de O Globo no estará feliz si leer un titular como ‘Perdí mi ángel’, con una familia llorando alrededor de un ataúd de una niña, como salió recientemente en Extra. Por supuesto, la noticia de la muerte de la niña es importante y está en nuestra primera página: ‘Bala perdida mata a niña en cafetería’. No es la línea editorial, es el enfoque de la cobertura”, dijo.
Cambios “radicales”
De acuerdo con Seleme, la reestructuración pretende enfatizar en lo digital. “El periódico continuará importante como siempre, pero el 80 por ciento de la redacción va a estar dedicada a la producción de contenido digital”, dijo.
Para seguir el nuevo perfil, la consultora recomendó que la redacción funcionara por ciclos, no con el ritmo del impreso, sino más de acuerdo a las noticias “prime time” de internet. Así, la redacción adoptaría una orientación digital desde la concepción de la historia hasta su publicación.
El director explicó que el periódico ya había realizado un ajuste hacia lo digital. “Habíamos transferido todos los editores para la mañana, y quien cerraba el impreso era el consejo editorial. Ahora vamos a ser aún más radicales. Los editores llegarán a las 7 a.m. Tendremos una cobertura cíclica digital de 24 horas”, dijo. La unificación será también física: las redacciones de ambos periódicos se mudarán a un edificio recientemente construido en el centro de Río de Janeiro.
Según los reporteros oídos por el Centro Knight, los cambios causaron una confusión inicial en la sala de redacción. Los despidos sacudieron al equipo en un día caliente de noticias que incluía la muerte de uno de los ministros del Supremo Tribunal Federal.
Despidos y crisis
La reestructuración, según Seleme, permitió “racionalizar los costos”. “Teníamos dos equipos de fotografía, dos de video, dos de diagramadores, dos de arte y así sucesivamente. Así que con esta unificación [de equipos], podemos concentrar nuestros esfuerzos en el periodismo de calidad, evitando redundancias”, dijo.
Según el editor general, el equipo final tendrá 32 personas menos. Esto incluye las contrataciones que están previstas, porque según dijo, fue necesario llamar a profesionales que entendían la nueva filosofía digital. Algunos de los profesionales despedidos estaban en la empresa hacía más de una década y habían entrado a la redacción como practicantes, según el sitio Comunique-se.
Seleme afirmó que la reestructuración era necesaria para “mantener viva una gran estructura de periodismo de calidad”. El director explicó que la empresa necesita hacer que sus productos digitales sean rentables para poder sobrevivir a la crisis.
Así como O Globo, los periódicos brasileños han sufrido no solo con la recesión del país sino con los problemas estructurales del negocio, que ha tocado a los medios de todo el mundo. Las empresas son testigos de la caída en la venta de publicidad en los impresos y el aumento en los ingresos por cuenta de la suscripción digital no son suficientes para compensar las pérdidas. Esto se debe, entre otras razones, a que los anuncios son mucho más baratos en internet que en los impresos, lo que representa una disminución de los ingresos para los periódicos.
De 2005 a 2016, el promedio de ejemplares impresos vendidos cayó un 18 por ciento, mientras que las suscripciones digitales crecieron un 10 por ciento, de acuerdo con el Instituto Verificador de Comunicación (IVC). Con el presupuesto en números rojos, muchas empresas de medios de comunicación han tratado de reducir gastos, así como sus redacciones. En el año 2016, según la encuesta del sitio Comunique-se, más de 500 profesionales de la prensa brasileña fueron despedidos.
En el caso de O Globo, el periódico vendió un promedio de 193.079 ejemplares impresos en 2015, el número se redujo a 169.673 en 2016 – una disminución de aproximadamente 12 por ciento. Las inscripciones digitales aumentaron de 118.143 a 132.552, un crecimiento de poco más del 12 por ciento.
“La entrada de fondos a través de la suscripción digital no ha ocurrido con la fuerza y la velocidad que necesitamos. Hemos perdido más con el impreso de lo que ganamos con lo digital”, dijo Seleme. Comentó, sin embargo, que la audiencia ha sido muy alta. Según el director, recientemente un artículo escrito por el columnista Patricia Kogut tuvo 4 millones de visitas en un solo día.
“Es una audiencia astronómica, pero no tenemos la rentabilidad [equivalente]. Necesitamos más suscriptores”, afirmó. Por eso, el director defiende la producción de contenidos digitales con calidad superior, velocidad y profundidad. “Tenemos que hacer que el lector se sienta obligado a comprar”.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.