Para el periodista argentino Carlos Lauría la promoción de la libertad de prensa y expresión se convirtió en su misión desde hace 20 años. Después de ser corresponsal en Nueva York para algunas revistas de su país natal, se fue involucrando en este mundo que lo ha llevado a diferentes organizaciones como el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) y Open Society Foundations, entre otras.
Por esta experiencia, cuando tuvo la posibilidad de unirse a la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), una organización sin fines de lucro “dedicada a defender y promover la libertad de prensa y expresión en las Américas”, sintió “una motivación especial” para postular al cargo de director ejecutivo. Y en efecto, después de un proceso de búsqueda de casi cinco meses, el pasado 30 de agosto, la SIP anunció que a partir del 12 de noviembre, Lauría reemplazará al también periodista Ricardo Trotti, vinculado a la SIP hace 30 años. Esto significará para Lauría un “gran reto” debido a la “destacadísima” trayectoria de Trotti en la organización.
“Me toca una enorme responsabilidad porque voy a reemplazar a una persona que ha cumplido una tarea sobresaliente y que es un referente para esta organización. Es un gran desafío”, le dijo a LatAm Journalism Review (LJR).
Formalmente vinculado desde el 1 de septiembre a la SIP, Lauría utilizará este tiempo para conocer mejor al equipo y a la organización, así como para buscar junto a las autoridades de la entidad los mejores caminos para no solamente promover la libertad de prensa sino buscar soluciones a los diferentes retos que afrontan los medios: desde inteligencia artificial hasta la crisis del modelo de negocio.
En esta entrevista con LJR, Lauría habla de lo que será su trabajo en la organización, los principales retos y el optimismo que es trabajar en una región con una “prensa vibrante”.
LatAm Journalism Review (LJR): Usted tiene un largo recorrido en organizaciones defensoras de libertad de prensa, ¿cuál fue la motivación principal para asumir este cargo?
Carlos Lauría: En primer lugar, la misión central de la Sociedad Interamericana de Prensa se relaciona de manera intrínseca con la tarea a la que me he dedicado los últimos 20 años. Es decir, el objetivo central de promover y defender la libertad de prensa y la libertad de expresión, combatir la censura, denunciar los abusos que van desde asesinatos, ataques legales, ataques físicos, demandas, leyes que restringen el trabajo de los periodistas.
Pero aparte creo que hoy la SIP se encuentra en la intersección de algunos de los principales problemas que afectan a los medios y la libertad de prensa. En primer lugar, la libertad de prensa se encuentra en un declive muy pronunciado en los últimos años. No olvidemos que el año anterior, 2022, fue el más letal en los últimos años en el hemisferio en términos de asesinatos de periodistas.
El acoso legal está llegando a extremos, con periodistas que no sólo son demandados por los delitos tradicionales como la difamación y la calumnia o injuria, sino que ahora en Guatemala, el presidente de la SIP en Guatemala, José Rubén Zamora, hace más de un año que está preso y condenado, acusado de delitos prefabricados de lavado de dinero, fraude y chantaje. […] Es decir que estamos viendo formas de censura cada vez más sofisticadas, en unos casos muy burdas.
Pero no es sólo el tema del declive de la libertad de expresión, es también la posibilidad de que en muchos países de la región la ciudadanía no pueda recibir información para tomar decisiones que son cruciales para su vida porque hay muchas regiones de América Latina, desde México hacia el sur, que son zonas donde las comunidades están desinformadas o son silenciadas […] zonas donde el trabajo de investigación ya es imposible. El informar sobre temas básicos de crimen, de corrupción, de narcotráfico son líneas rojas. Entonces se genera una situación donde hay comunidades enteras que están desinformadas. Comunidades desinformadas son comunidades menos democráticas, no hay duda.
A esto le sumas la crisis económica de los medios, que limita su capacidad para investigar y para informar. […] La sostenibilidad de los medios es otro de los temas clave donde la SIP tiene un rol muy importante que jugar.
LJR: ¿Cómo es asumir el rol de director en este contexto que describe? ¿En qué se va a enfocar su rol una vez asuma la dirección?
CL: En primer lugar, quiero destacar la trayectoria destacadísima, diría sobresaliente, de Ricardo Totti que lleva en la SIP tres décadas de trabajo, y ha logrado liderar esta etapa tan tumultuosa y tan complicada con muchísima responsabilidad, con una capacidad muy, muy grande y con gran éxito. Es decir, me toca una enorme responsabilidad porque voy a reemplazar a una persona que ha cumplido una tarea sobresaliente y que es un referente para esta organización.
Ahora, obviamente, es un gran desafío. Mi tarea estará en trabajar con los socios locales, con el presidente, con las autoridades de la SIP, en poder juntos trabajar estos temas de denuncia de abusos contra la libertad de prensa, de hablar del tema de la sostenibilidad y cómo la crisis limita la capacidad de los medios y cómo se pueden buscar salidas.
Pero todo esto se da en un contexto donde el discurso público está viciado, está sumamente contaminado, porque la manipulación de información hace que las mentiras y las noticias falsas, circulen más rápido que los hechos. Y esto entonces sólo sirve para polarizar, para crear más dificultades para los medios y obviamente esto ha obligado a reforzar los mecanismos de verificación. Y ese es otro de los desafíos que enfrentan los medios: cómo abordar el tema de la propagación de noticias falsas y la manipulación de información.
Eso me lleva a otro problema, claramente identificado por Carlos Jornet [presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP], que es la inteligencia artificial. Como lo dijo claramente Jornet la inteligencia artificial tiene dos facetas. En primer lugar, la oportunidad para que los medios puedan utilizar estas herramientas para la innovación, para crear nuevos productos, para utilizar cosas de automatización que tal vez permitan a los periodistas dedicarse a periodismo en profundidad, periodismo de investigación.
Pero, al mismo tiempo, está el tema de los peligros que representa porque hay riesgos con la inteligencia artificial de que la desinformación se multiplique más de lo que existe actualmente, que haya mayor manipulación y que pueda haber algún tipo de control sobre periodistas y medios. Este es un tema que también me parece que vale la pena mencionar y sobre el cual la SIP en sus últimas reuniones ya ha dedicado debates y una larga discusión.
LJR: Dentro de este contexto de defensa a la libertad de prensa hay un tema que aparece, tal vez de manera tangencial, como un reto particular para medios y es el de la credibilidad y confianza por parte de la audiencia. ¿Cómo es afrontar ese reto de defender y promover la libertad de prensa desde una organización compuesta en su mayoría por medios tradicionales que son a su vez los que viven esta crisis de una manera más fuerte?
CL: Creo que ese es un buen punto, Silvia. La confianza del público y la credibilidad de los periodistas en general ha disminuido. Pero hay factores que contribuyen a ello y en parte eso se debe a la polarización política. Porque ya hay muchos líderes, muchos de ellos elegidos a través del voto popular, que han optado por elegir a la prensa como su enemigo, como la oposición no directa, como dicen muchos. Y la utilización de medios propagandísticos que salen del Estado, que deberían representar los intereses de todos los ciudadanos, pero son utilizados como un megáfono para llevar adelante los ataques de los líderes y los gobiernos contra los medios de comunicación, han contribuido a esa falta de confianza pública, no hay duda.
Por ejemplo, en el caso de Ecuador fueron diez años del expresidente Rafael Correa utilizando todo tipo de recursos al servicio del Estado para denostar a la prensa, para descalificarla, para insultarla, para emprenderla con medidas, con censura, con una ley claramente regresiva. Y esa constante diatriba y denostación de la prensa, aún hoy sigue impregnada en la sociedad ecuatoriana. Los periodistas y medios todavía sufren de aquella embestida tan brutal. Entonces ahí está ese tema de la polarización política de los gobiernos populistas.
Obviamente hay que reconstruir la confianza y los medios están haciendo un trabajo muy importante. Esfuerzos para hacer una cobertura más transparente y un énfasis en el periodismo de calidad. Pero lo hemos visto también, y hay que ser ecuánimes en esto, es que durante la pandemia la gente se volcó a los medios, como pocas veces había pasado, en búsqueda de información, en búsqueda de poder ver qué es lo que estaba pasando. Y los medios se convirtieron en un vehículo importantísimo para la información entre el público. Evidentemente, producto de las presiones económicas, los medios han ido sufriendo. Y como decía, eso ha disminuido en la cobertura de la noticia local y la creación de desiertos informativos que tiene graves implicaciones en la democracia y la participación cívica también. Algo en lo que la SIP ha estado trabajando muy fuerte es en [buscar] otro modelo viable para apoyar el periodismo local y mantener una cobertura sólida.
LJR: La SIP en su misión por promover la libertad de prensa es reconocida también por invitar a Estados a comprometerse con declaraciones como la de Chapultepec, que podría decirse es una de las más completas en este tema – además de los compromisos adquiridos por cada Estado. Cada año se suman nuevos gobiernos como firmantes o ratifican su compromiso con la declaración. ¿Cómo lograr que este compromiso no se quede en una firma y sea un compromiso serio? Especialmente si se tiene en cuenta el contexto de polarización política muchas veces incitado por los mismos gobiernos, como usted mencionaba.
CL: Me parece que los principios de la Declaración de Chapultepec son fundamentales para una democracia con una prensa libre, con un debate agresivo de ideas, con la posibilidad de que los ciudadanos accedan a información, que no haya zonas silenciadas, que haya comunidades informadas. Me parece que el ánimo que debe primar en aquellos que suscriben la declaración es justamente reconocer estos principios fundamentales. [Cuando estos principios fluyen] el periodismo libre pueda generar debates sobre los principales temas que afectan a las sociedades en particular y que los ciudadanos tengan acceso a información importante que les permita decidir por quién pueden votar, temas importantísimos en cuestiones de salud o temas importantísimos en cuestiones de seguridad, temas fundamentales de obras públicas.
Pero además es una herramienta fundamental para los encargados de formular políticas públicas, porque los encargados de formular políticas públicas se informan muchas veces a través de lo que se publica o se emite en la radio y la televisión. Por eso en países y en regiones donde la prensa está amordazada, no sólo está afectada la posibilidad de que el ciudadano acceda a información fundamental para tomar decisiones en su vida cotidiana, sino para aquellos encargados sobre políticas públicas también es un obstáculo la falta de información y la imposibilidad de que medios y periodistas cumplan con su labor.
De todas maneras, hay gobiernos o administraciones de gobierno que suscriben [las declaraciones], que luego no respetan algunos de los principios o deciden ir en sentido contrario. Por eso un compromiso asumido de esa naturaleza es importante para luego poder comprobar que de manera efectiva se cumplen esos compromisos asumidos.
LJR: Con base en toda la experiencia previa de trabajo en la región, ¿cuál considera que podría ser el mayor reto en términos de país?
CL: Es una región complicada en general. Evidentemente uno de los temas, tal vez el más grave que afecta a la prensa en la región y en el mundo en general, es el de la violencia letal. Dije al comienzo de la entrevista que 2022 fue uno de los años más letales en tres décadas. Si bien este año no se han registrado tantos asesinatos como el año anterior, hay un número elevado de periodistas que han caído en cumplimiento de su labor informativa. Por lo tanto, es un tema que no afecta a un solo país. Pero obviamente que como decía Michael Greenspon [presidente de la SIP] en la reunión de medio año de 2023, Cuba, Nicaragua y Venezuela son los países que más han perseguido y forzado a periodistas al exilio y han encarcelado periodistas.
Es una región compleja y hay distintas problemáticas que afectan a distintos países. Nuevamente, creo que el tema de la violencia en México, en Centroamérica, en Colombia, en Brasil, en Paraguay son problemas muy serios. Por tanto, estamos hablando de una complejidad de temas y problemas que vuelven a esta región una con temas muy serios.
Pero también [es una región] con una prensa muy vibrante, quiero destacarlo, una prensa muy vibrante con periodistas de investigación jóvenes y que están realizando un trabajo notable. Con medios que están también buscándole la vuelta a la crisis económica, que están haciendo esfuerzos para luchar contra la desinformación. No quiero parecer pesimista, a pesar de esa situación, siento que hay espacio para el optimismo.
LJR: Justo quiero terminar con ese aspecto positivo de asumir este rol con la SIP, ¿qué más puede destacarse de la región y de su periodismo?
CL: Los espacios colaborativos cada vez más frecuentes para abordar historias investigativas complejas. La era digital, así como ha traído problemas en términos de la irrupción del modelo de negocio basado en la publicidad, también ha ampliado el acceso a información, permite cobertura en tiempo real y ha acelerado el alcance global. Las plataformas digitales también han empoderado el periodismo ciudadano permitiendo que personas contribuyan a la cobertura de noticias y compartan su perspectiva. Las iniciativas de verificación para tratar de luchar y combatir la desinformación con la precisión de noticias. Las técnicas de análisis de datos: con gran cantidad de datos disponibles, los periodistas están utilizando técnicas de análisis de datos para descubrir tendencias, para difundir información relevante.
Y la realidad es que el periodismo basado en datos mejora la investigación, respalda la narración basada en evidencia y permite a los periodistas presentar información compleja de manera más accesible. Y creo que, por último, con esto termino, los periodistas están cada vez más fomentados en involucrar a su audiencia y en fomentar las experiencias interactivas. Creo que esta tendencia promueve un enfoque más inclusivo y participativo del periodismo, fomentando el diálogo, la retroalimentación y también que haya una comunidad que participe más.