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"Discurso estigmatizante" de Correa fomentaría agresiones contra la prensa en Ecuador, aseguran organizaciones

La tensa relación que mantiene el Gobierno del presidente del Ecuador, Rafael Correa, con la prensa privada de su país y con algunas organizaciones defensoras de la libertad de expresión es de conocimiento público. Demandas, incautaciones de medios e incluso la imposibilidad de entrevistar a funcionarios públicos hacen parte de la cotidianidad de esta relación.

Sin embargo, son las declaraciones semanales que el presidente Correa hace en contra de medios y periodistas a través de su programa “Enlace Ciudadano” las que generan más preocupación entre organizaciones como Fundamedios o la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Estas organizaciones ven en esta retórica un “discurso estigmatizante” que influye de alguna manera en la percepción ciudadana hacia ellos y que puede generar acciones violentas por parte de los más fervientes seguidores del Gobierno.

“No se puede decir que el presidente Correa o el Gobierno sean quienes impulsan las agresiones contra periodistas, pero evidentemente el discurso estigmatizante hace que aquellos partidarios más amantes de éste vean a los periodistas como el blanco”, afirmó César Ricaurte, director ejecutivo de la ONG Fundamedios en entrevista con el Centro Knight para Periodismo en las Américas. “Al ser los enemigos, los antipatrias, los que están poniendo en riesgo la revolución ciudadana se convierten en esos enemigos políticos, en blancos que cualquier persona considera puede atacar o agredir”.

Algunos incidentes recientes que incluyen amenazas a través de diferentes redes sociales o en persona contra periodistas por parte de ciudadanos que se declaran partidarios del Gobierno sugieren una posible relación, especialmente porque éstas se presentan después de que el mandatario se refiere a ellos en sus enlaces.

El caso más reciente ocurrió en contra del director ejecutivo de la Asociación Ecuatoriana de Editores de PeriódicosDiego Cornejo, a quien un hombre le dijo “la ciudadanía le tenemos bien visto a usted”. Al preguntarle si se trataba de una amenaza respondió "Correa es el mejor presidente que hemos tenido" y se marchó. De acuerdo con Cornejo, el sábado 4 de mayo el mandatario se había referido a él como un “car’e tuco” ("cara de tuco" significa sinvergüenza) por unas declaraciones que éste había dado sobre los informes de libertad de expresión en Ecuador. Cornejo señaló que sus declaraciones habían sido editadas y envió un comunicado con un enlace donde estaban sus verdaderas declaraciones.

El caso de Martín Pallares, del diario El Comercio, es el ejemplo más conocido de un periodista que es constantemente amenazado a través de las redes sociales y atacado por el presidente Correa en sus enlaces semanales. De acuerdo al informe de Fundamedios “Caso Pallares o los estigmas de ser periodista”, el reportero ha sido nombrado por el mandatario en al menos 10 ocasiones en estos enlaces y se refiere a él en diferentes términos, los más comunes “enfermo” o “enfermito”. Ante estas constantes referencias, Pallares respondió con su columna “¿Qué sabe Correa de mi salud que ya me dice enfermo cuatro veces?”.

Los casos del caricaturista del diario El Universo Javier Bonilla ‘Bonil’ y de la periodista del canal Teleamazonas Jeannette Hinostroza también llamaron la atención. ‘Bonil’ fue amenazado a través de Facebook después de que Correa le pidiera a El Universo publicar réplica y disculpa por una de sus caricaturas durante la campaña para la reelección presidencial. Hinostroza recibió amenazas que la obligaron a renunciar a su trabajo en Teleamazonas y a no publicar la última parte de una investigación que relacionaba a familiares del Presidente. La reportera ya había declarado en entrevistas que su espacio informativo había sido objeto de interrupciones gubernamentales a través de cadenas presidenciales y ella el blanco de las ‘sabatinas’ del mandatario. Aunque el Presidente condenó las amenazas en contra de la reportera, agregó que esto no cambiaba su opinión sobre la periodista de quien dijo hace un “pésimo periodismo” y que era “política” y “politiquera”.

Esta situación fue observada por la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la CIDH que en su Informe Anual de 2012 en el análisis sobre Ecuador destinó un apartado al que denominó ‘Declaraciones Estigmatizantes’. En éste hace un recuento de las diferentes expresiones y acusaciones que el mandatario ha hecho sobre medios, periodistas y ONGs. Expresiones como “prensa corrupta”, “sicarios de tinta”, “periodistas sin ética”, “payasitos”, hacen parte del lenguaje del mandatario durante estos enlaces.

A través de este informe la Relatoría reiteró la importancia de “crear un clima de respeto y tolerancia hacia todas las ideas y opiniones” contribuyendo a la “construcción de un clima de tolerancia y respeto en el cual todas las personas puedan expresar su pensamiento y opiniones sin miedo a ser agredidas, sancionadas o estigmatizadas por ello”. Asimismo recordó que “los funcionarios públicos tienen el deber de asegurarse que con sus pronunciamientos no están lesionando los derechos de quienes contribuyen a la deliberación pública” entre los que se incluyen medios y periodistas.

La percepción sobre este clima de hostilidad está respaldada por cifras presentadas por Fundamedios en su informe "Víctimas del clima de hostilidad en el Ecuador” el cual señala que en los últimos cinco años (2008 – 2013) se han presentado 657 agresiones contra la libertad de expresión y los ataques contras “periodistas, medios de comunicación, activistas de derechos humanos, blogueros, tuiteros y varios ciudadanos” siguen creciendo cada año.

“Lo más grave de todo es que lo que ha hecho el Gobierno es minimizar las agresiones y amenazas contra los periodistas, o negarlas”, señaló Ricaurte. “El Gobierno las banaliza al ponerlas en un mismo nivel con una posible crítica o un informe que considera no se ajusta a los hechos. Y esa reacción empuja hacia la impunidad”.

 

 

Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.

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