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10 recomendaciones para usar “papers” científicos como fuente

Para todo periodista que busque cubrir temas de ciencia, comunicar los hallazgos de investigadores y académicos con claridad y precisión es fundamental.

Aprender a aprovechar fuentes como los artículos científicos, comúnmente llamados papers –la principal vía por la que científicos comparten sus estudios y avances con la comunidad global– es de gran ayuda.

Cuatro expertas en periodismo científico de la región compartieron con LatAm Journalism Review (LJR) valiosas recomendaciones para cualquier reportero que busque traducir con credibilidad el conocimiento especializado en contenido accesible y relevante para el público en general.

Ana Cristina Alvarado, reportera ecuatoriana de la organización especializada en periodismo medioambiental Mongabay Latam; Nora Bär, expresidenta de la Red Argentina de Periodismo Científico; Macarena Rojas Abalos, presidenta de la Asociación Chilena de Periodistas y Profesionales para la Comunicación de la Ciencia; y Fabiola Torres, periodista peruana, fundadora y directora del medio nativo digital Salud con Lupa, hablan sobre la importancia de identificar conflictos de interés, entender la estructura de un paper, buscar opiniones de pares y evaluar la credibilidad de las revistas, entre otras buenas prácticas.

1. Determinar el tipo de estudio

Los reporteros que hayan elegido un paper científico como fuente deben de inicio saber el tipo de estudio científico del que se trata. Existen varios tipos de estudios científicos según criterios como su propósito o su método de investigación. Algunos estudios son más exhaustivos, con mayor evidencia; mientras que otros son preliminares o con más limitaciones en sus metodologías.

Ecuadoran journalist Ana Cristina Alvarado poses in front of a dark background. (Photo:

Ana Cristina Alvarado cubre temas de ciencia y medioambiente para medios como Mongabay Latam. (Foto: Anka Maldonado / Mullu TV)

“Mientras más robusta es la fuente, es mejor para citarla como fuente periodística”, dijo Torres. “Hay muchos papers, pero no todos sirven o son de buena calidad para ser fuentes o sustentar un artículo periodístico”.

La periodista recomienda tomar en cuenta la pirámide de evidencia, una representación gráfica que clasifica los tipos de estudios científicos según el nivel de evidencia que ofrecen. En la punta de la pirámide se ubican las revisiones sistemáticas y los metaanálisis, mientras que en la parte más baja se ubican los estudios observacionales y los reportes de casos.

“Creo que esa pirámide debería estar ahí en nuestros periódicos murales para que todos los que están usando un estudio se pregunten de qué clase es el paper que llegó a sus manos”, dijo.

2. Identificar “focos rojos”

Los reporteros deben estar pendientes de ciertos detalles que podrían mostrar indicios de la falta de calidad en un estudio científico. El número de participantes en los experimentos, resultados demasiado buenos, metodología vaga y hallazgos sobredimensionados son algunos posibles indicadores de alerta mencionados por las expertas.

“Es imposible para quien no sea especialista en un tema si [un estudio] está bien hecho o no”, dijo Bär. “Incluso siendo un reportero especializado en periodismo científico, hay veces que no se puede advertir que hay algo ‘raro’ en el trabajo. Pero por ejemplo, cuando el número de sujetos que participaron en un experimento es muy pequeño, eso ya nos despierta una alarma”.

La experiencia de los autores en el tema es también un punto en el que los periodistas deben poner atención, dijo Rojas Abalos.

“Hay que fijarse quiénes son los autores, si hay expertise en el tema, o si son personas que vienen recién publicando ciencia”, dijo. “No se trata de tomar lo primero que sale ‘porque la ciencia lo  dice’. Debemos problematizar cuál es esa ciencia, quiénes son esos expertos. No podemos tragarnos lo primero que nos digan”.

3. Poner atención a conflictos de interés

Usualmente, en los papers serios hay un apartado al final en el que los autores declaran si existe algún conflicto de interés en su investigación. Estos conflictos de interés pueden indicar posibles sesgos en los resultados, dijo Alvarado.

“Si lees un paper que se dice científico y al final no incluye esto [la declaración de conflicto de interés], quizás no es una buena fuente”, dijo la periodista.

Otra forma de detectar posibles conflictos de interés es averiguar quiénes financiaron el estudio en cuestión. Si los patrocinadores fueron empresas o industrias, es motivo de sospecha, coincidieron las periodistas.

“Cuando nos escriben relacionistas públicos de la industria farmacéutica o alimentaria, envían estudios que tienen temas muy interesantes, pero que son patrocinados por una fuente interesada”, dijo Torres. “Eso no es noticia, sino más un dato para investigar en el futuro. Ese tipo de estudio no [lo consideramos] porque ya sabemos que hay un interés detrás y hay poca ciencia”.

Las periodistas mencionaron también las industrias tabacalera, minera y energética entre las que más patrocinan estudios científicos con fines mercadológicos.

4. Entrevistar a autores

Una de las primeras cosas que hay que hacer luego de leer un artículo científico para un reportaje es entrevistar a sus autores, coincidieron las cuatro periodistas.

Argentine journalist Nora Bär professional headshot. (Photo: Screenshot from Nora Bär website)

Nora Bär fue editora de Ciencia y Salud en La Nación y presidenta de la Red Argentina de Periodismo Científico. (Foto: Captura de pantalla del sitio de Nora Bär)

Aunque en ocasiones establecer contacto con científicos puede ser complicado, entrevistarlos es necesario para evitar interpretaciones erróneas o inexactas de los hallazgos por parte del periodista, dijo Rojas Abalos.

Consultar a los autores también aumenta la rigurosidad de la reportería y ayuda a una mejor traducción de las evidencias al lenguaje coloquial, dijo Torres.

“Los papers tienen una estructura y su redacción no siempre está detallada, o hay algunos datos que pudieran estar faltando”, dijo. “Hablar con sus autores te da un mejor panorama exactamente del propósito y las limitaciones de lo que están haciendo, si no las han mencionado con claridad en el estudio”.

5. Aclarar dudas con autores, sí; pedir visto bueno, no

En ocasiones puede ser necesario regresar a los autores para verificar información que no está muy clara. No obstante, como con el resto de las fuentes de un periodista, se debe evitar compartirles el texto completo para su aprobación, dijo Alvarado.

“Si el científico me explicó con sus palabras algo puntual, como un concepto, un fenómeno, un resultado, o una metodología, y después yo trato de hacerlo más digerible y cambio las palabras, lo que hago es verificar con ellos que cambiando las palabras no haya un cambiado también el concepto”, dijo la periodista. “Pero siempre se cumple con esa regla de no enviarles el texto para evitar cualquier tipo de censura o filtración”.

Rojas Abalos dijo que en Chile es común que los científicos, después de dar una entrevista, pidan ver la nota. No obstante, la periodista dijo que esto no es recomendable por razones éticas.

“Los investigadores chilenos te piden ‘mándame la nota antes para que yo te dé el visto bueno de que no me estás sacando de contexto’”, dijo. “Uno tiene que decirle eso a los investigadores: ‘ustedes no pueden hacer eso’, y nunca el periodista lo debe hacer”.

6. Entender el ritmo de la ciencia

Los tiempos de la prensa son mucho más acelerados que los de la investigación científica. Y es importante que los periodistas tomen eso en cuenta al momento de reportar sobre una investigación en curso o de buscar  entrevistas con científicos, dijo Rojas Abalos.

“Tú a las 9 entras a trabajar, a las 5 tienes que entregar algo en un medio pequeño. No da el tiempo para que esa investigadora te responda a los tres minutos el correo o el WhatsApp que le mandaste”, dijo. “Tiene que ver un poco con la empatía de entender cómo funciona la vida del otro, cómo funciona el escribir un artículo científico y cómo funciona también el oficio periodístico”.

7. Entender la estructura de un paper

Para una lectura más provechosa de un paper científico, los reporteros deben familiarizarse con la estructura y el lenguaje de este tipo de publicaciones.

Chilean journalist Macarena Rojas Abalos talks to an audience on a stage. (Photo: Macarena Rojas Abalos' X profile)

Macarena Rojas Abalos es académica y comunicadora de ciencia en radio y TV en Chile. (Foto: X de Macarena Rojas Abalos)

“Hay que darse el momento para entender la estructura de un paper, que es finalmente muy distinta a la estructura de una nota periodística”, dijo Rojas Abalos. “Ahí no va primero el ‘notición’”.

Mientras que los artículos de noticias suelen seguir la estructura de pirámide invertida, en la que la información más importante y noticiosa viene al principio, las publicaciones científicas comúnmente usan el formato IMRAD, en el que primero va la introducción, seguida de la metodología, luego los resultados y al final la discusión.

8. Pedir la opinión de pares

Además de entrevistar a los autores de un paper, es una buena práctica pedir la opinión experta de científicos ajenos al estudio en cuestión, coincidieron las periodistas. Idealmente, los reporteros deben buscar a investigadores con credenciales similares para contrastar la metodología, los resultados y las conclusiones de un estudio que se quiere tomar como fuente.

“Lo más aconsejable cuando uno tiene un paper es buscar a algún científico o científica que sepa del mismo tema y que no sea de ese estudio, justamente para poder preguntarle ‘¿qué sabes tú de esto y qué opinas sobre las conclusiones que se están exponiendo?’”, dijo Rojas Abalos.

Bär dijo que esto debe hacerse, no solo por cumplir con el escepticismo propio del periodismo, sino porque en la ciencia suele haber interpretaciones opuestas de un mismo fenómeno.

“Hay temas en los que la mitad de la biblioteca apunta hacia un lado y la otra mitad, hacia el otro. Hay evaluaciones diferentes y a veces controversiales sobre el mismo hallazgo, el mismo estudio”, dijo Bär. “[La revisión de pares] nos permite acercarnos a saber si el trabajo estuvo bien hecho y sí lo que propone como resultado o conclusiones es atendible”.

9. Revisar la calidad de las revistas

Antes de tomar un artículo científico, Rojas Abalos recomendó revisar el índice de impacto de la revista que lo publica. Este índice es una métrica que indica la frecuencia con la que los artículos de una publicación son citados en un periodo determinado, y se utiliza para estimar la relevancia de las revistas dentro de una disciplina.

“En general uno suele irse a los grandes journals, al Science, al Nature, pero a veces podemos encontrar buenas investigaciones que son super robustas, con muy buena data, en journals más específicos, de nichos, que tienen un índice de impacto muy bueno”, dijo Rojas Abalos.

El Comité de Ética en Publicación, una organización global que promueve la integridad en la publicación académica, alerta constantemente sobre la existencia de “revistas depredadoras”, publicaciones académicas que aparentan ser legítimas, pero que carecen de revisión por pares y estándares editoriales, y buscan lucrar cobrando tarifas por publicar.

“Revistas científicas hay millones. Entonces, nos tenemos que fijar en la pertinencia. No es lo mismo leer un diario A a leer el diario Z”, dijo Rojas Abalos. “Pasa lo mismo con las investigaciones”.

10. Buscar más allá de las revistas

Aunque las revistas científicas y académicas son una excelente fuente de papers, muchas de ellas publican en otros idiomas o requieren una suscripción, lo que las hace inaccesibles para muchos periodistas, dijo Torres.

Peruvian journalist Fabiola Torres poses outdoors. (Foto: X de Fabiola Torres)

Fabiola Torres es fundadora y directora de Salud con Lupa, de Perú. (Foto: X de Fabiola Torres)

La periodista dijo que una buena alternativa es dirigirse a las universidades y centros de investigación, que suelen tener grandes repositorios de publicaciones científicas.

“Yo recomendaría a los periodistas que busquen en su país y hagan un mapeo de las universidades que están produciendo y en qué se especializan sus centros de investigación”, dijo Torres. “A menudo los estudios que se hacen no se divulgan o se quedan en un grupo muy cerrado”.

Bär recomendó construir una agenda propia de investigadores que alerten sobre qué trabajos están realizando, además de unirse a redes de periodistas de ciencia para consultarse los unos a los otros.

Mongabay, por ejemplo, cuenta con un equipo en su redacción global encargado de hacer una revisión de las principales publicaciones científicas del mundo en búsqueda de papers sobre temas que sean del interés de las redacciones del medio alrededor del mundo, dijo Alvarado.

https://latamjournalismreview.org/es/lineamientos-para-reproducir-articulos-de-ljr/