El pasado 24 de febrero de 2021, la Corte Constitucional de Colombia aprobó el fallo a favor de la despenalización del aborto durante las primeras 24 semanas de un embarazo. Esta decisión puso de nuevo sobre la mesa la importancia de realizar una cobertura correcta en los medios de comunicación cuando se tratan temas de género, y específicamente, de derechos sexuales y reproductivos en Latinoamérica.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los derechos sexuales y reproductivos se basan en el reconocimiento de todas las parejas e individuos a decidir libre y responsablemente el número de hijos, el espaciamiento de los nacimientos y a disponer de la información y de los medios para ello, así como el derecho a alcanzar el nivel más elevado de salud sexual y reproductiva. También incluye el derecho a adoptar decisiones relativas a la reproducción sin sufrir discriminación, coacciones o violencia.
Desde LatAm Journalism Review (LJR) se conversó con periodistas de Colombia, Ecuador y Argentina para conocer los retos a los que se han enfrentado al momento de cubrir estas temáticas en sus países.
“Seguimos teniendo los problemas de siempre con las coberturas de derechos sexuales o reproductivos, en especial, cuando se habla de aborto. Se siguen buscando ángulos amarillistas: imágenes de mujeres con embarazos avanzados, historias dramáticas y de sufrimiento, debates de feministas versus iglesia católica, etc. Son errores que aún se cometen. Pero, en esa misma medida, han empezado a nacer medios feministas y algunos medios independientes que se preocupan por una perspectiva de género” dijo a LJR Catalina Ruiz-Navarro, directora del medio feminista colombiano Volcánicas.
En los últimos años, el aborto legal ha sido una medida reclamada por colectivos feministas a lo largo de América Latina. Actualmente solo es legal en Colombia, Guyana, Guyana Francesa, Puerto Rico, Cuba, Argentina, México y Uruguay.
En el resto de los países, está prohibido o solo permiten abortar en caso de riesgo para la salud de la madre. Uno de estos casos es el de Ecuador donde, en febrero 2022, se aprobó una ley que establece un plazo de 12 semanas de gestación para poder practicar un aborto legal a aquellas mujeres que hayan sido víctimas de una violación. Plazo prolongable hasta 18 semanas si se trata de niñas, adolescentes y mujeres indígenas y del área rural.
“Nosotras en Ecuador, uno de los temas que hemos trabajado con fuerza ha sido la cobertura del aborto. Lo hemos hecho de una forma que busca descentralizar las narrativas dicotómicas. ¿A qué me refiero con esto? Hay una narrativa dominante sobre el aborto en los medios de comunicación que te pone a favor o en contra. Esa no es la narrativa que propone el periodismo feminista porque no estamos narrando una guerra, estamos narrando la situación de miles de mujeres y niñas”, contó a LJR Ana Acosta, editora del medio feminista Wambra.
Las periodistas entrevistadas para este artículo coinciden en que la cobertura del aborto en Latinoamérica es díficil por ser un tema castigado y penalizado tanto legal como socialmente.
“Creo que en Colombia la cobertura sobre aborto es muchísimo más progresista que en otros países, porque hemos estado hablando de las causales durante mucho tiempo. En México (donde actualmente vivo) sigue siendo una cobertura muy sensacionalista, marcada por unos valores súper conservadores que están metidos profundamente en la cultura pop y en la forma de hacer periodismo”, dijo Ruiz-Navarro.
En el caso de Argentina, el aborto de forma legal, segura y gratuita en el sistema de salud se aprobó, en diciembre de 2020, después de una larga batalla para los grupos feministas que vieron el proyecto de ley rechazado con anterioridad en 2018.
“La situación de la cobertura en general de los temas de género y en particular de los vinculados al aborto cambia notoriamente en Argentina a partir del movimiento Ni Una Menos en 2015”, explicó a LJR Sandra Chaher, consultora en comunicación y género y directora de Comunicación por la Igualdad. “Esta consciencia en torno al feminismo y a la agenda de género en el país influyó sustancialmente también en los medios y creo que es lo que habilita todo el debate político, parlamentario, mediático, que da origen a la legalización del aborto”, agregó Chaher.
Las periodistas que cubren temas de género están acostumbradas a que desde la sociedad y sus propios entornos laborales se les pida elegir entre el activismo y el periodismo. El defender causas sociales se sale de la objetividad exigida por muchos dentro del periodismo.
“En 2019 cuando hicimos el primer Festival Zarelia muchas periodistas que nosotras considerábamos que tenían una cobertura con perspectiva de género no se autodenominaban como feministas. Muchas veces por el estigma y el hostigamiento dentro de sus propios espacios laborales”, explicó Acosta. “Eso ha cambiado. Muchas de las periodistas que antes no querían decirse feministas por miedo a las criticas, hoy dicen ‘sí, soy periodista feminista ¿y qué?’”, agregó la editora ecuatoriana.
Una periodista que no tiene problemas en asumirse y posicionarse como feminista es Mariana Fernández Camacho, quien trabaja para Infobae y es también parte de la asociación Comunicación por la Igualdad. “Siempre he sido una periodista feminista. Además, me planto desde este espacio, desde este lugar político, así me presento. No concuerdo con el tener que presentar siempre las dos posiciones. Por ejemplo, si cubres un tema sobre abuso sexual en las infancias, el periodismo tradicional te diría que hay que escuchar la historia de la mamá protectora, pero también hay que sacar la visión de ese papá que es denunciado. No, esas cosas no las hago”, dijo Fernández Camacho.
Para Chaher, la estigmatización alrededor de asumir el posicionamiento político del feminismo es lo más complicado al momento de abordar historias sobre género. Pero, esa postura no excluye la preparación que deben tener las periodistas al momento de cubrir temáticas sobre derechos sexuales y reproductivos. “La formación en género es una formación periodística, como lo es el periodismo cultural, político, económico, deportivo, etc. Es decir, los temas de género no los puede cubrir cualquiera o los puede cubrir cualquiera, pero no necesariamente lo va a hacer bien. Se necesita una formación específica que no todo el mundo tiene”, agregó la consultora.
En los últimos años se ha producido una primavera de medios en Latinoamérica que buscan poner en la conversación pública los temas de mujeres, mujeres trans y de la comunidad LGBTQ+. La plataforma digital de información y análisis sobre el acontecer en América Latina, Distintas Latitudes, identificó 30 medios feministas en la región.
Sin embargo, aunque se han creado nuevos medios especializados en estos temas, aún se echa de menos la perspectiva de género en algunos medios de comunicación. “Hay pocas mujeres feministas trabajando en los medios de comunicación. Hay todavía muchísimas menos mujeres feministas en espacios de poder y de decisión importantes. Sin embargo, no puedo dejar de marcar que hemos avanzado también un montón en los medios de comunicación en relación a los abordajes”, dijo Fernández Camacho.
Lo cierto es que cada vez más periodistas se especializan en la cobertura de género y le abren el camino a las siguientes generaciones. Además, se han creado redes de apoyo en diferentes países de América Latina como la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género que apoya y prioriza el periodismo feminista.
“Decir que no hemos ganado espacio en el mundo del periodismo con respecto a los derechos de las mujeres y con respecto al enfoque de género, pues sería negar una realidad que estamos viviendo. Se ha logrado abrir puertas con mucha dificultad y aún queda mucho por hacer. Pero, hemos avanzado”, concluyó Fabiola Calvo Ocampo, directora de la Red de Periodistas con Visión de Género en Colombia.