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Cuando Dom Phillips fue asesinado junto al experto brasileño en derechos indígenas Bruno Pereira en el Valle de Javari, en la Amazonía, el 5 de junio de 2022, el periodista británico dejó un libro sin terminar. Durante años había estado trabajando en “Como Salvar a Amazônia: Perguntem a Quem Sabe” (Cómo salvar la Amazonía: Pregunte a quienes saben).
Tres años después del crimen, un grupo de colegas y amigos periodistas completó el libro como un acto de solidaridad que transformó la tragedia en un proyecto colectivo para inmortalizar la labor de Phillips y Pereira en la protección de la Amazonía.
La expedición Funai liderada por Bruno Periera (arriba a la derecha) que Dom (en rojo) acompañó por el Valle del Javari rastreando el avistamiento reportado de varios indígenas aislados, 2018. Crédito: Gary Calton
“Creo que el libro tiene un impacto mayor hoy en día por las repercusiones del caso, que llamaron la atención sobre los enormes desafíos que la selva y sus defensores siguen enfrentando”, dijo a LatAm Journalism Review (LJR) la activista Alessandra Sampaio, viuda de Phillips.
“El título del libro, Cómo salvar la Amazonía, es perturbador porque ni Dom ni Bruno fueron salvados”, continuó. “Y el propio Dom escribió que la pregunta no se limita al cómo, sino al por qué salvarla. Me consuela saber que, a pesar de todo, no lograron silenciarlo; de hecho, ampliaron el alcance de su mensaje de esperanza sobre cómo mantener con vida la selva tropical más grande del mundo”.
El libro, publicado en Brasil e Inglaterra la semana pasada, llegará a las librerías de Estados Unidos el 10 de junio. El equipo está buscando una editorial para lanzar el libro en español.
Cruces conmemorativas de Bruno y Dom en el lugar de sus asesinatos, Valle de Javari. Crédito: Jon Watts
Según la Policía Federal de Brasil, Phillips y Pereira fueron asesinados a tiros tras caer en una emboscada mientras navegaban en bote por la región del Valle de Javari, la segunda tierra indígena más grande de Brasil y hogar de la mayor concentración de pueblos aislados del mundo.
La policía identificó a nueve personas como participantes del crimen. Su investigación concluyó que los asesinatos fueron consecuencia de las actividades de vigilancia que Pereira realizaba en la región, en defensa de la preservación ambiental y los derechos indígenas.
Antes de ser asesinado, Phillips ni siquiera había llegado a la mitad del libro. Había redactado una propuesta detallada para la publicación y la introducción, escrito los primeros tres capítulos y medio, y dejado notas, transcripciones y planes —algunos más detallados que otros— para los seis capítulos siguientes.
La obra publicada incluye este material dejado por Phillips, los seis capítulos coescritos con periodistas colaboradores, y un prefacio y epílogo que cierran el trabajo a la luz de la muerte del autor.
El epílogo está escrito por el líder indígena Beto Marubo en colaboración con la periodista Helena Palmquist. El prefacio detalla el crimen contra Phillips y Pereira, describe los acontecimientos políticos y ambientales que sucedieron después —además del asesinato, la victoria de Lula en las elecciones meses después, y el cambio en la política ambiental del gobierno— y explica cómo el británico pasó de ser un reportero freelance que cubría temas de petróleo a un profesional tan enfocado en la Amazonía que tomó una licencia sabática para terminar el libro sobre el tema.
“Después de conocer la indignación que sintieron muchos periodistas por el caso, vivir con algunos de ellos la movilización para terminar el libro de Dom fue conmovedor”, dijo Sampaio. “El sentimiento de solidaridad, el respeto por todo el material que Dom dejó, el altruismo, la generosidad, fue un movimiento muy hermoso de unidad”.
Jonathan Watts, editor global de medioambiente de The Guardian y cofundador del sitio de periodismo amazónico Sumaúma, dijo a LJR que el libro es una forma de honrar a su amigo y fortalecer su legado.
“Creo que hay un deseo periodístico muy fuerte de mostrar solidaridad con un camarada caído, con un colega caído, y de demostrar que, incluso si matas a un periodista, no puedes silenciar la historia”, dijo. “Y, de hecho, la historia continuará y se amplificará porque eso podría habernos pasado a cualquiera de nosotros. Le pasa a demasiados periodistas que son asesinados porque presenciaron algo que otros no querían que vieran”.
Dom interrogando al presidente de extrema derecha de Brasil, Jair Bolsonaro, en el palacio presidencial en Brasilia. 2019. Crédito: Marcos Corrêa/PR
Watts dirigió el grupo elegido por Sampaio para coordinar el proyecto, que también incluyó a la agente literaria de Phillips, Rebecca Carter; al periodista David Davies, amigo de su época en el periodismo musical en los años 90; a Tom Hennigan, corresponsal de The Irish Times en São Paulo; y a Andrew Fishman, cofundador de Intercept Brasil.
Ellos establecieron los criterios para elegir a los periodistas que terminarían los capítulos, además de redactar el prólogo del libro. Watts enfatiza que ninguno de estos colaboradores figura como autor ni recibirá regalías: todos los derechos pertenecen al patrimonio literario de Phillips, administrado por Sampaio. Unas 20 personas, entre periodistas y expertos en la Amazonía, así como amigos y colegas de Phillips, también participaron en la edición de los capítulos.
“La gran pregunta era cómo decidir quién haría los capítulos”, dijo. “¿Debían ser las personas que mejor conocían a Dom o las que mejor conocían la Amazonía? Y al final, optamos por lo segundo, lo cual es difícil porque Dom tiene otros amigos que son periodistas y escritores realmente increíbles. Así que lo difícil no fue encontrar voluntarios, sino elegir cuáles”.
El criterio principal para seleccionar colaboradores, según Watts, fue quién estaba más cerca del tema, conocía mejor la historia y tenía la mayor experiencia posible escribiendo textos largos o incluso libros.
Por ejemplo, dijo que el periodista Stuart Grudgings escribió el capítulo sobre Costa Rica porque vive en ese país y ya conocía las intenciones de Phillips para esa parte del libro. Cuando el periodista británico fue al país para ver ejemplos positivos de protección de la selva, se conocieron y Grudgings entendía claramente lo que Phillips quería abordar. Otro ejemplo es el capítulo sobre Altamira, en Pará, escrito por la periodista Eliane Brum y que hace la transición entre el material dejado por Phillips y los textos terminados por los colaboradores. Ella vive en la ciudad y tiene amplia experiencia escribiendo libros periodísticos.
Watts dijo que algunos capítulos, como los de finanzas, relaciones internacionales y biofarmacéutica, así como el que él escribió para concluir el libro, fueron mucho más difíciles. El material dejado era mucho más vago y superficial, y según la agente literaria de Phillips, ni siquiera él tenía claro cómo iba a terminar el libro.
En Raposa Serra Do Sol, entrevistando a Mariana Tobias del pueblo Macuxi. Crédito: Nicoló Lanfranchi
“Supongo que el principal desafío fue cómo podíamos mantenernos fieles a las intenciones de Dom cuando no siempre sabíamos cuáles eran esas intenciones”, dijo. “Reunimos todo el material que él había estado usando, todas sus notas, sus fotografías, sus grabaciones de audio, sus planes de capítulos, sus capítulos terminados”.
“Pedí específicamente cuando escribí a todos los colaboradores: ‘Aquí están las notas, aquí están los planes originales que tenía Dom. Úsenlos. Intenten seguir sus pasos’”, continuó. “Es una especie de acertijo, un misterio de alguna manera. Necesitas seguir sus pasos, hablar con las personas con las que él habló, mirar las soluciones que le interesaban. Evaluarlas. Y luego, no tanto pensar como Dom, sino intentar entablar un diálogo con lo que sabías de Dom, tus recuerdos de Dom. Y entablar ese diálogo en tu mente y con sus notas. Tener esa conversación interna sobre él. Y de esa manera, intentar mantener a Dom presente en el libro”.
Tom Phillips, corresponsal de The Guardian en América Latina y casi tocayo del periodista asesinado, fue elegido para escribir el capítulo sobre los defensores indígenas. Su selección no fue una coincidencia: además de su conocimiento de la región, trabajó estrechamente con Dom Phillips entre 2018 y 2022, durante los años del presidente Jair Bolsonaro, y también ha escrito extensamente sobre el territorio indígena Yanomami, que pasó a ser parte del enfoque del capítulo.
“Creo que para mí, algo que me ayudó mucho fue el hecho de que trabajé muy estrechamente con Dom”, dijo a LJR. “Así que hablamos durante muchas, muchas horas sobre Brasil, escribimos muchas historias juntos, edité muchos de sus textos. Así que tenía una buena idea de cómo Dom veía las cosas, cómo escribía, cómo reportaba, y también ambos habíamos hecho, independientemente y en distintos momentos, bastante cobertura sobre el territorio indígena Yanomami”.
Dom en la carretera en territorio indígena yanomami con su siempre presente cuaderno de notas, 2019. Crédito: João Laet
El proceso de escritura de Tom Phillips implicó combinar el reportaje que Dom Phillips hizo en la región Yanomami en 2019 —cuando fue uno de los únicos periodistas extranjeros en cubrir el inicio de la invasión de miles de mineros en el área— con su propia investigación que Dom no pudo continuar. El gran desafío, dijo, fue precisamente la dificultad mencionada por Watts: mantenerse fiel a las intenciones de Dom Phillips sin conocer exactamente todos sus planes.
“Creo que el principal desafío editorial fue intentar acertar con el tono y la voz”, dijo. “Es bastante triste hablar de esto porque a todos siempre les causó gracia nuestra firma conjunta, Tom Phillips y Dom Phillips, Dom Phillips y Tom Phillips. Y hubo muchas de esas firmas a lo largo de los años. Y este libro es, sospecho, mi capítulo en este libro con Dom, nuestra última firma conjunta, la firma de Dom y Tom”.
Escribir sobre los defensores indígenas también tiene un significado especial para Tom Phillips. Durante la búsqueda de diez días de Dom Phillips y Pereira en 2022, fue testigo del trabajo de estos activistas indígenas y de su compromiso por encontrarlos.
“Vi con mis propios ojos la increíble valentía, resistencia y determinación de los Defensores Indígenas, de los activistas indígenas del equipo de monitoreo de Univaja [Unión de los Pueblos Indígenas del Valle de Javari]”, dijo. “Se volcaron absolutamente en este intento extraordinariamente difícil de encontrar a Dom y Bruno en la región de Javari”.
“Creo que estos equipos indígenas de vigilancia son una parte absolutamente esencial de la respuesta a la pregunta que Dom planteaba en su libro”, prosiguió. "Me encantó poder escribir sobre ello en este capítulo. Sé que también era algo que tocaba el corazón de Dom".
*Este artículo ha sido actualizado para incluir que David Davies fue periodista musical en Phillips en la década de 1990, no a fines de la década de 1960.