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Cubriendo eventos climáticos extremos, crisis climática y elecciones de 2024 en América Latina

Eventos climáticos extremos se registraron en varios países de América Latina en 2023: sequías en la AmazoniaUruguay y el Canal de Panamá; lluvias torrenciales en República Dominicanavarias regiones de Brasil; y olas de calor que afectaron a casi toda la región. En Chile, los incendios forestales se repitieron a lo largo del año pasadovolvieron a azotar al país a principios de 2024. Estos eventos provocaron cientos de muertes, pérdidas materiales y trastornos en la vida de miles de personas.

Con el cambio climático provocado por la acción humana, la tendencia es que estos eventos sean cada vez más frecuentes, según científicos. El año 2023 fue el más caluroso jamás registrado, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM). La combinación entre el aumento de las temperaturas del planeta y El Niño, un fenómeno climático natural que calienta las aguas del Océano Pacífico ecuatorial, debería hacer que 2024 sea aún más caluroso que el año pasado, predice la OMM. De hecho, el primer mes de este año fue el enero más caluroso jamás registrado, según el observatorio climático Copernicus de la Unión Europea.

Además de ser un año en el que se esperan más temperaturas récord y fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo, 2024 es un “gran año electoral”, según la Unesco. La cobertura electoral será central en varios países latinoamericanos. México, Panamá, República Dominicana y Uruguay tendrán elecciones presidenciales, mientras que Brasil tendrá elecciones municipales, en las que se decidirán los alcaldes y concejales de los 5.568 municipios del país.

Las consecuencias de la emergencia climática afectan todos los aspectos de la vida humana, por lo que el tema no debe abordarse sólo en la sección ambiental de los medios de comunicación, argumentan periodistas especializados en esta cobertura. También aseguran que los periodistas deben poder comunicar cómo la emergencia climática se conecta con la economía, política, salud y, ciertamente, con las elecciones.

El desafío es grande: la ciencia del clima es compleja y las conexiones entre la acción humana, el aumento de las temperaturas y sus consecuencias para la humanidad y el planeta no siempre son sencillas de describir.

LatAm Journalism Review (LJR) conversó con las periodistas brasileñas Giovana Girardi, jefa de cobertura socioambiental de Agência Pública, y Manuela Andreoni, reportera de clima y medio ambiente de The New York Times (NYT), así como con la periodista uruguaya Camila Méndez, reportera de medio ambiente de la diaria, sobre cómo esos temas pueden ser abordados de mejor manera por periodistas de cualquier medio.

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La periodista Giovana Girardi, de Agência Pública. (Cortesía)

Girardi cubre ciencia y medio ambiente desde 2002. Fue a partir de reportajes sobre  informes científicos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC) que comenzó a cubrir la emergencia climática.

“Muy rápidamente comprendí que este sería el mayor desafío conjunto de la humanidad”, dijo Girardi a LJR.

Andreoni se dedica a la cobertura climática desde 2018 y anteriormente tenía su sede en Río de Janeiro. Es una de las redactoras del boletín periodístico Climate Forward.

“Me gusta mucho la cobertura sobre el clima y el medio ambiente porque es científica, donde descubres cosas y hablas con personas que están descubriendo cosas nuevas, y es muy humana. Y también tiene mucho que ver con la responsabilidad corporativa. Reúne muchas cosas diferentes que me interesan y tiene implicaciones locales y globales al mismo tiempo. Una historia muy local puede tener implicaciones globales y eso lo encuentro muy atractivo”, dijo Andreoni a LJR.

Méndez, la periodista uruguaya, data su interés por cubrir el clima desde su adolescencia en el departamento de Treinta y Tres, cerca de la frontera con Brasil y rodeada de cultivos agrícolas, principalmente arroz.

“En mi adolescencia, recuerdo escuchar en una radio local la historia de un trabajador rural que denunciaba a una empresa por haberlo sometido a la exposición a agrotóxicos. Como consecuencia, desarrolló una enfermedad que le impide respirar por su cuenta y lo obliga a estar conectado a un tubo de oxígeno las 24 horas del día”, le dijo a LJR. “Recuerdo que, desde ese momento, entendí que las problemáticas ambientales/climáticas hacen parte de las disputas por nuestra salud, cuerpos, territorios y cómo queremos vivir en ellos”.

Políticas climáticas y resiliencia urbana en las elecciones

Si bien las elecciones nacionales podrían dictar la dirección de las políticas climáticas en varios países este año, las elecciones municipales en Brasil podrían traer cambios en la forma en que las ciudades se preparan, responden y se recuperan de eventos climáticos extremos.

“Ya estamos en el momento decisivo”, dijo Girardi sobre las políticas climáticas de los países y los esfuerzos para contener el calentamiento global. “Si perdemos esta ventana [de acción] en los próximos años, será muy difícil regresar”.

Las políticas para combatir la deforestación y la transición energética, por ejemplo, deberían estar en el centro de la cobertura de los programas de gobierno de los candidatos presidenciales, afirmó Girardi.

“Es fundamental mirar el conjunto. Si un candidato promete algo, [el periodista debería preguntar] ¿cómo encaja eso en el contexto general [del país]?”, sugirió.

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La periodista Camila Méndez, de la diaria. (Cortesía)

Méndez insistió en la necesidad de obtener detalles concretos de los políticos sobre sus políticas climáticas.

“Debemos tener cuidado con el greenwashing. No sirve que en los programas de los partidos políticos se prometa que van a proteger el ambiente si no se explica cómo lo harán y qué recursos económicos y técnicos le destinarán”, dijo. “Al mismo tiempo, cuando existen propuestas concretas, es interesante consultar con expertos y expertas independientes para saber si realmente serán efectivas. Siempre es necesario mantener contacto directo con científicos y científicas”.

Andreoni afirmó que las consecuencias de los eventos climáticos extremos deben ser abordadas en la cobertura electoral con la seriedad que exigen sucesos letales, como inundaciones y deslizamientos de tierra en centros urbanos.

“Hay que tratarlo como cualquier otra cosa que mata a mucha gente. El dengue mata a mucha gente; la violencia policial mata a muchas personas; los deslizamientos de tierra matan a muchas personas; Un saneamiento básico que no funciona mata a muchas personas. Tenemos que tratarlo como algo tan importante como estos”, afirmó.

Andreoni destacó que, aunque muchos políticos se posicionan como “líderes en temas ambientales”, no siempre priorizan temas básicos como la política de vivienda, que también está ligada al clima.

“Tenemos que comprobar si están haciendo lo que dicen. (...) Si no tienes una política de vivienda que funcione, que proteja a la gente de la falta de saneamiento básico, de los deslizamientos de tierra, creo que es difícil decir que tu ayuntamiento está haciendo un buen trabajo en materia climática, porque eso es lo básico”, dijo.

Andreoni cree que puede ser relevante conectar las cuestiones locales con los debates globales sobre la resiliencia climática –que implican preparación, recuperación y adaptación a los impactos climáticos–, ya que los eventos extremos han afectado a poblaciones de todo el mundo.

Acérquese a la vida cotidiana y aporte soluciones

A pesar de más de dos décadas de experiencia, Girardi dijo que todavía “se golpea la cabeza” y se encuentra luchando con dudas sobre cómo comunicar al público la magnitud del desafío que plantea la emergencia climática.

“Es muy difícil hablar de algo tan dramático. Estamos hablando de cosas que no son precisamente cómodas. No estamos haciendo una acusación sobre algo que podría horrorizar a una persona pero que no tiene mucho que ver con su vida. Tiene que ver con todas nuestras vidas”, dijo y agregó que estos desafíos y dilemas afectan a todos los periodistas que se dedican a esta cobertura.

E incluso aquellos que no se dedican específicamente a la cobertura climática necesitan sacar a relucir este tema, recordó.

“No se puede hablar de pérdidas en la agricultura o de la crisis energética sin considerar esto. (...) No es sólo cobertura sobre el medio ambiente y la ciencia, es cobertura de economía, política y otros temas. Cuando entendí esto, se convirtió en una palabra de moda en mi cabeza, porque también creo que esto puede atraer más a la gente. Entienden la relación que tendrán la lluvia o la sequía o la pérdida de la Amazonia con el aumento del precio del café o de la factura de la luz”, dijo Girardi.

Méndez también dijo que la crisis climática debe afectar a todas las partes de la redacción.

“La crisis climática y ecológica repercute en la economía, en la política, en la salud, en la cultura”, dijo. “Todos los periodistas deberían conocer los conceptos básicos. Sin embargo, también es necesario que existan periodistas especializados y una dinámica de diálogo entre colegas cuando surgen dudas”.

Además de la relación con la vida cotidiana, la cobertura debe traer posibles soluciones, destacó Girardi. Simplemente enfatizar la magnitud del problema desalienta la participación pública, tanto con las noticias como con las posibilidades de acción para mitigar la crisis climática y sus impactos en la humanidad y el planeta.

Conectando los eventos extremos con el calentamiento global

Una de las preguntas que pueden surgir cuando ocurren eventos climáticos extremos es la relación entre estos fenómenos y el aumento de las temperaturas provocado por la acción humana. Se espera una variación en el clima, y ​​eventos climáticos como sequías, lluvias torrenciales u olas de calor ocurren periódicamente en ciertos lugares del planeta.

“Lo que nos muestran las proyecciones climáticas es que eventos como este tienden a volverse más comunes, más frecuentes y más intensos” a medida que aumentan las temperaturas globales, dijo Girardi, citando las respuestas que suele recibir de los científicos del clima sobre este tema.

“Si miramos datos de los últimos 30, 40, 50 años, podemos ver, por ejemplo, que este tipo de eventos que antes ocurrían una vez cada 50 años ahora ocurren una vez cada 10 años”, explicó.

En la cobertura inmediata de un evento climático extremo, no es posible establecer la relación causa/consecuencia entre el calentamiento global y tal fenómeno. Sin embargo, es posible y esencial presentar al público la información disponible sobre series históricas y frecuencias esperadas o inesperadas de tales acontecimientos, afirman los periodistas.

Mencionaron que algunos grupos de científicos han estado trabajando en análisis rápidos de estos fenómenos para determinar su relación con el cambio climático. Un ejemplo reciente es el estudio de la organización World Weather Attribution, publicado a finales de enero, que concluyó que la sequía que azotó la Amazonia en la segunda mitad de 2023 fue impulsada principalmente por el cambio climático.

Conectar los eventos extremos con la emergencia climática es importante para comunicar al público que ya estamos lidiando con las consecuencias del calentamiento del planeta, dijo Girardi.

“Es diferente a decir ‘en los últimos 60 años estos eventos se han vuelto más frecuentes’, porque la gente no recuerda los últimos 60 años. Ahora, cuando se habla del evento de la semana pasada o del mes pasado, ayuda a comunicar y hacer más palpable [el impacto de la emergencia climática]. Un problema a la hora de comunicar el cambio climático es que la gente tendía a mirarlo y pensar: "este es un problema para finales de siglo, ni siquiera estaré aquí". Cuando la gente empiece a entender que este evento aquí ya es [una consecuencia del cambio climático], tal vez ayude a aumentar la conciencia y la alerta”, afirmó.

Evite la jerga científica y céntrese en las personas

Andreoni destacó que la transparencia y el cuidado en la comunicación sobre la emergencia climática también es importante para evitar el negacionismo.

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La periodista Manuela Andreoni, de The New York Times. (Cortesía)

“Hay ciencia y datos de todo tipo. Tenemos que tener mucho cuidado con cómo comunicamos la confiabilidad de cada cosa, porque estamos hablando de un campo de la ciencia y de las políticas públicas muy controvertido. Siempre debemos tener cuidado, y especialmente en un campo que se ha vuelto objeto de tanta polarización, debemos ser aún más precisos en relación a lo que realmente sabemos y lo que no sabemos”, dijo Andreoni.

En este sentido, también es necesario evitar la jerga científica, que muchas veces se repite en la cobertura sin que quede claro para el público –a veces ni siquiera para los periodistas– lo que quieren decir. Muchas de estas expresiones buscan “traducir cosas extremadamente complejas”, afirmó Andreoni. “Nuestro mayor cuidado debe ser explicar [la emergencia climática] lo más breve y claramente posible”, afirmó.

Una forma de hacerlo es humanizar la cobertura climática, poniendo el foco en las personas que están siendo afectadas por el impacto de la crisis climática.

“Tenemos que salir de la jerga, del mensaje climático estándar, y hablar más sobre las personas”, afirmó Andreoni. “Este es un desafío para muchos medios que no tienen los recursos para ir a los lugares donde las personas enfrentan estos problemas, pero es esencial para que [la cobertura de la emergencia climática] no se convierta en algo incomprensible que a nadie le importe”.

Méndez también hizo hincapié en la importancia de consultar a los científicos, pero comunicando los conceptos técnicos “de una forma entendible para todos”.

En su opinión, los periodistas deben tomarse el tiempo necesario para ir allí donde están los problemas y contar historias locales.

“No es lo mismo contar fríamente en dos párrafos que vecinos se manifestaron contra la contaminación de un río, que trasladarse al lugar, conversar con ellos y ellas, entender sus emociones, historias y recuerdos allí”, dijo la periodista. “Esto nos permite entender sus motivaciones y, quizás, contagiar al lector o lectora. Lleva más tiempo, pero marca una diferencia en la calidad del artículo”.

Traducido por Katherine Pennacchio
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