Entre marzo y octubre de este año, Camila Acosta –periodista cubana independiente y corresponsal del portal CubaNet– ha tenido que mudarse 10 veces, reponer tres veces su teléfono celular y ha sido detenida hasta en cuatro ocasiones.
“La línea que ellos han seguido conmigo es romperme los teléfonos, porque saben que esa es la principal arma que nosotros [los periodistas] tenemos contra ellos. Y es un daño, porque cada vez que te rompen un teléfono es comprar otro, y otro y otro”, dijo Acosta a LatAm Journalism Review(LJR).
El sábado 31 de octubre, Acosta fue detenida mientras cubría la protesta del científico cubano Óscar Casanella, quien salió a las calles con pancartas para exigir libertades económicas para el pueblo cubano y pedir el cierre de las tiendas que venden en dólares por ser discriminatorias.
Casanella y Acosta fueron detenidos por la policía, de acuerdo con la periodista, y a ella la llevaron a dos estaciones policiales en el transcurso de la tarde.
“Me tuvieron varias horas en eso. Me quitaron, por supuesto, mi teléfono, mi cartera. En ningún momento hablaron conmigo ni nada, ni siquiera la seguridad. Ellos ya ni hablan conmigo”, dijo Acosta. “Yo supongo que es porque cada vez que ellos hablan conmigo, pues yo escribo sobre eso, lo denuncio y también de alguna manera los ridiculizo, porque dicen cada cosa, cada barrabasada, estupideces totales que para este siglo XXI, tú dices, ‘¿cómo hay personas que todavía piensan así?’”.
Luego de ser liberada, la policía le dijo sin ninguna orden judicial que no podía salir de su casa, y la amenazaron con volverla a detener diciéndole “pórtate bien”, relató Acosta. Le devolvieron su teléfono completamente mojado. “No funciona para nada”, dijo la periodista.
Cuando la detuvieron el 1 de agosto, también le entregaron su teléfono, pero roto. En esa ocasión, Acosta, que no estaba cubriendo ninguna noticia, fue interceptada en la calle por la policía. Ellos le pidieron su documento de identidad y en la estación policial le revisaron su cartera, en donde ella tenía 19 mascarillas con el impreso “No al 370”.
El Decreto Ley 370, que penaliza las opiniones de los cubanos que se publican en redes sociales y plataformas digitales, está vigente desde 2019.
Le pusieron 60 pesos cubanos de multa por cometer el delito de receptación. “Como eran 19 mascarillas, acá en Cuba hay un delito que se llama receptación. Es decir, que si tú tienes más artículos de los que necesitas, pues entonces ya ellos consideran que tú vas a revender esos artículos y eso es un delito, pero ellos no tenían ni una denuncia ni ninguna prueba, nada”, dijo Acosta. En esa detención, contó, también se quedaron con el dinero que ella llevaba en su cartera, una memoria flash, entre otras cosas.
Durante la detención, también le pidieron desnudarse para hacerle una inspección general.
“Yo ya tengo varias acusaciones en mi contra, también falsas, por supuesto, porque no han presentado ni siquiera pruebas, pero forma parte de este expediente criminal que ya me dijeron que me iban a armar para llevarme a prisión”, dijo Acosta. En Cuba, agregó, la policía te lleva a prisión por un delito común, por eso “supuestamente no existen presos políticos”.
La policía le sigue el rastro, por lo que tiene que mudarse a un nuevo lugar en los próximos días. “Tengo mis cosas en tres lugares diferentes en La Habana, porque tengo mucho, y cada vez que me voy a mudar no puedo estar alquilando un camión y moviendo todo”, dijo Acosta.
Uno de los temas principales de cobertura de Acosta son las violaciones a los derechos humanos, y desde que comenzó la pandemia, cubre todo lo relacionado al coronavirus en la isla. “Hago entrevistas también, cubro temas de presos políticos, situación de la vivienda, de los derrumbes acá en La Habana”, relató.
A fines de marzo, Acosta fue detenida por publicar en su perfil de Facebook noticias sobre la pandemia en Cuba. La policía la acusó de violar el Decreto Ley 370, por difundir en redes públicas de transmisión de datos, información contraria al interés social, la moral, las buenas costumbres y la integridad de las personas, publicó CubaNet.
Por ello, le pusieron una multa 3 mil pesos cubanos, cerca de US $120, por violar el artículo 68 del Decreto Ley 370, de acuerdo con Acosta. Además, la acusaron de violación de domicilio por vivir en La Habana ilegalmente, pues ella es oriunda de otra ciudad.
Acosta sostuvo que, en protesta, no pagará la multa que le pusieron hace seis meses por violar el decreto.
La multa por violar el decreto se duplica a los 60 días. De no pagarse, el infractor puede ir a la cárcel.
Una investigación del Institute for War and Peace Reporting (IWPR) sobre las denuncias de la prensa independiente y en redes sociales, determinó que hasta fines de junio de este año, al menos 28 cubanos, periodistas y activistas sobre todo, denunciaron haber sido multados por el Decreto Ley 370 por sus publicaciones en Facebook.
“Ese es el otro peligro que tengo ahora mismo, y si a los dos meses, a los 60 días, tú no la pagas, entonces te llevan a tribunales y te pueden condenar hasta a seis meses de privación de libertad”, dijo Acosta. “Es una amenaza que tengo ahí, que en cualquier momento se pueden agarrar de eso porque yo dije que no iba a pagar la multa, y esto forma parte de la campaña que nosotros hemos llevado adelante contra el 370, así que varios hemos dicho que no vamos a pagar esa multa”.
Acosta, de 27 años, nació en la Isla de la Juventud, al oeste de Cuba. Ella se graduó como periodista en 2016 y trabajó por poco más de un año en el medio oficial Canal La Habana. A su salida del canal del gobierno, empezó a colaborar con medios independientes como El Toque, Periodismo de Barrio, OnCuba.
Desde agosto de 2019, es reportera de CubaNet, un veterano portal de noticias sobre Cuba, críticas con el gobierno, con sede en Miami, Estados Unidos.
Roberto Hechevarría, jefe de redacción de CubaNet, dijo a LJR que además de Acosta, también viene siendo hostigado y detenido con frecuencia Enrique Díaz, otro reportero de su portal.
Hechevarría también comentó que Roberto Quiñones, otro periodista de CubaNet, estuvo un año en prisión por intentar cubrir el juicio a dos pastores que querían educar a sus hijos en casa, en abril de 2019. “Fue liberado en septiembre de 2020. Luego de ser liberado ha denunciado que el régimen le está bloqueando su conexión a internet”, sostuvo Hechevarría.
La manera en que CubaNet apoya a sus periodistas en Cuba, de acuerdo con Hechevarría, es ayudando económicamente a las familias de los periodistas que son llevados a prisión, y reponiendo sus equipos y herramientas de trabajo cuando son confiscados por las autoridades.
En Cuba, los periodistas que no trabajan en un medio del gobierno no son reconocidos como periodistas por su país. Muchos de ellos están ‘regulados’, es decir, impedidos de salir del país, y en algunos casos también les es difícil desplazarse dentro de la isla. Acosta, como muchos de sus colegas en Cuba, está regulada desde hace un año.
Los periodistas independientes en Cuba sufren constantemente el asedio de las autoridades por realizar su trabajo, por reportar lo que sucede en la isla. Las detenciones arbitrarias en las calles, en sus casas, la confiscación de sus equipos de trabajo, el corte de sus datos móviles e internet de casa, el acoso a sus familiares, parejas y amigos es una constante.
Visibilizar y denunciar su situación en la isla y en el exterior es una de las cosas que les da cierta protección como periodistas independientes, comentó Acosta.
“Yo confío en que la solución no es darle la espalda a las problemáticas, no es huir tampoco. Nosotros estamos haciendo un trabajo acá en Cuba, muy fuerte, que está contribuyendo a desenmascarar a este sistema”, dijo la periodista. “Por eso es el fuego que nos tienen abierto y yo voy a persistir, hasta donde pueda. Todavía me quedan fuerzas”.
LJR intentó contactar al Ministerio del Interior de Cuba respecto de las detenciones de Acosta, pero no recibió respuesta antes del cierre de esta publicación.