John Wesley Amady. (Foto: Radio Écoute FM)
Dos periodistas fueron asesinados por pandilleros en Haití el 6 de enero. Un informe policial señaló que sus cuerpos habían sido recuperados con "heridas de bala de gran calibre", según Associated Press. Varias organizaciones exigieron se realicen investigaciones exhaustivas sobre el crimen.
Wilguens Louissaint, de 22 años, y Amady John Wesley, de 30, cubrían la inseguridad ciudadana en el barrio Petion-Ville de Port-au-Prince. Wesley trabajaba para Radio Écoute, en Montreal. Louissaint era reportero de Tele Patriote y Tambou Verite, dos medios de comunicación en línea.
Un tercer periodista, Wilmann Vil, de 31 años, logró escapar del tiroteo. Él trabaja para el medio de comunicación en línea RL Production.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) exigió a las autoridades una pronta investigación y la "inmediata captura y enjuiciamiento" de los responsables.
Wilguens Louis Saint. (Foto: Radio Écoute FM)
“Me postro ante los restos de estos compañeros periodistas que fueron asesinados solo por querer INFORMAR. ¡Exijo una investigación y que se haga justicia!”, dijo Godson Lebrun, presidente de la Asociación Haitiana de Medios en Línea.
Estos asesinatos se producen en un momento en que Haití viene enfrentando por meses las pugnas por el control de las bandas criminales, cuya influencia se ha extendido más allá de los barrios desfavorecidos de Port-au-Prince.
El primer ministro haitiano, Ariel Henry, prometió tomar medidas enérgicas contra las pandillas. La inseguridad ciudadana ha llevado a Estados Unidos y Canadá a instar a sus ciudadanos a abandonar Haití.
En Nueva York, el portavoz de la ONU, Stephane Dujarric, dijo: “Este es solo un ejemplo más de lo que enfrentan los periodistas de todo el mundo y, lamentablemente, es de esperarse la impunidad con la que son asesinados solo por tratar de decir la verdad”.
Previamente, el 6 de diciembre fue liberado Alexander Gálvez, corresponsal que llevaba nueve días secuestrado.
La crisis política de la pequeña nación caribeña se ha agravado desde el asesinato del presidente Jovenel Moise, ocurrido hace seis meses. Las bandas rivales luchan por el control y están mejor armadas que la policía.
