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El periodista César Batiz desafía la censura y la represión en Venezuela con trabajo en equipo e innovación

Trabajo en equipo, eso es lo que atribuye el periodista venezolano César Batiz a su reciente reconocimiento con el Premio Knight Award 2025 otorgado por el Centro Internacional de Periodistas (ICFJ).

Durante 10 años, Batiz ha llevado la batuta de El Pitazo, un medio digital en Venezuela. Más de 500 personas han pasado por su redacción y en sus primeros años llegaron a tener más de 34 corresponsales repartidos en las diversas regiones del país. 

El Pitazo ha ganado varios premios internacionales de prestigio, entre ellos el Premio Ortega y Gasset en 2019 y el Premio Rey de España de Periodismo en 2025 con “Operación Retuit”, una alianza de medios venezolanos. En esta ocasión, el Knight Award del ICFJ honra el trabajo individual de Batiz.

“Aunque es un reconocimiento personal y a mi trayectoria, habría sido imposible obtenerlo sin tener un equipo. Un equipo que me ha dado la suficiente confianza para proponer ideas, ser resiliente y creativo”, dijo Batiz a LatAm Journalism Review (LJR). “Todos los que han pasado por El Pitazo forman parte de este premio, sin duda”.

Al anunciar el reconocimiento, el ICFJ  destacó en Batiz su “valor excepcional” y también su perseverancia al exponer “las malas acciones en ambientes que son increíblemente hostiles a la prensa”.

Batiz, quien desde hace tres años se encuentra en el exilio, recibirá el premio el próximo 13 de noviembre en una gala en Washington, la capital estadounidense. También será reconocido Philip Obaji Jr de Nigeria, quien siendo corresponsal de The Daily Beast ha cubierto e investigado abusos cometidos por paramilitares rusos en África.

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Más de 500 personas han pasado por la redacción de El Pitazo, que en sus primeros años llegó a tener más de 34 corresponsales repartidos por las distintas regiones del país. (Foto: El Pitazo)

 

 

Cuando nos cierran una puerta buscamos una ventana

Antes de cofundar El Pitazo, Batiz trabajó como periodista de investigación en la Cadena Capriles, uno de los principales conglomerados de medios en Venezuela. Allí fue autor de diversas investigaciones sobre corrupción en el gobierno de Hugo Chávez, en específico sobre la industria petrolera y eléctrica del país. 

Su salida de la Cadena Capriles coincidió con la venta del conglomerado y el cambio de la línea editorial de los medios asociados. Batiz se unió al grupo de periodistas que fueron empujados, debido al cambio del ecosistema de medios en Venezuela incluido el cierre de espacios, a cambiar la reportería por el emprendimiento. 

“He tenido la oportunidad de aprender haciendo y de tener un equipo que me ha permitido equivocarme”, dijo Batiz. “Me he equivocado en el manejo de recursos humanos, en la gestión,  en los temas financieros porque lamentablemente a uno no no le enseñan eso en las escuelas de comunicación. Pero, ha sido un aprendizaje completo”. 

Batiz fundó primero junto con el Instituto Prensa y Sociedad de Venezuela el capítulo venezolano de Poderopedia y luego abrió El Pitazo que comenzó como canales de Youtube y de Facebook donde se daba un resumen de las noticias más importantes del día. El equipo se puso en marcha el 8 de diciembre de 2014 y lanzó su sitio web el siguiente abril, dijo Batiz.

El Pitazo estaba presente a través de su página web, redes sociales y hasta en la radio con un espacio en Radio Capital, un estación radio de la capital venezolana. En 2017, cuando tenían cerca de 100.000 usuarios únicos y más de 1.500 visitas por minuto, comenzaron a recibir cientos de ataques y bloqueos por lo que buscaron nuevas vías para seguir conectados con su audiencia. 

A través de talleres en todo el país formaron a cientos de “infociudadanos”, personas que no son periodistas pero utilizan técnicas periodísticas para quienes reportar novedades e incidencias en sus comunidades. Actualmente este proyecto está detenido debido al “contexto político”, dijo Batiz.

El equipo de El Pitazo también creó canales de Telegram y grupos en Facebook donde recibían denuncias de la audiencia. 

Inclusive exploraron el periodismo performático con la presentación de un monólogo basado en la investigación Mujeres en la vitrina, ganadora del Premio Gabo 2019. Además de la página web y las cuentas en redes sociales, El Pitazo sigue la conexión con su comunidad a través del envío de notiaudios por Whatsapp. 

“Nos cerraron la ventana, agarramos un cincel y un martillo y abrimos nuevas ventanas”, dijo Batiz. “Nosotros nos vimos forzados a dar ese salto de hacer un periodismo tradicional en medios digitales a buscar otras vías de conexión, entre ellas las offline”.

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A través de talleres en todo el país, El Pitazo formó a cientos de infociudadanos, personas que no son periodistas pero utilizan técnicas periodísticas para informar sobre noticias y acontecimientos en sus comunidades. (Foto: El Pitazo)

El futuro de El Pitazo y el periodismo venezolano 

A principios de año, El Pitazo contaba con 56 periodistas en su plantilla. En la actualidad, solo hay 16 personas y trabajan de forma remota. 

Diversos factores han influido en esta disminución del personal, contó Batiz. Entre ellos, los recortes de financiamiento de ayuda extranjera, crisis en el mercado publicitario en Venezuela, cambios en los algoritmos de las grandes empresas de tecnología referentes a la publicidad programática, etc. 

Batiz dijo ha sido muy difícil para ellos lograr un punto de equilibrio financiero, a pesar de los diferentes intentos que han hecho para mantener el medio a flote. 

“Hemos probado donaciones, membresía, publicidad programática, publicidad directa, redes sociales, eventos, concursos, becas…”, dijo. 

En la actualidad están trabajando en una aplicación para la publicación de avisos clasificados que les permitirá tener ingresos extras.

El año pasado, dos grandes anunciantes se retiraron de su página web argumentando temas de marca. Sin embargo, Batiz asegura que fue producto de amenazas por parte del gobierno. El medio también tiene registro de amenazas a fuentes. 

“Tenemos una gran capacidad de resiliencia, de innovación, pero me preocupa las restricciones a las fuentes porque la violencia de estado es aún mayor”, dijo Batiz.  “Hemos visto detenciones de economistas y cuando tú ves eso, dices: ‘ajá, ¿y ahora quién nos va a declarar?’. No es solo la falta de acceso a información pública o a los datos públicos, sino también ahora la falta de acceso a las organizaciones o individuales que puedan servir de fuente sobre todo en temas como economía, salud, criminalidad y violencia”. 

Sin embargo, Batiz sostiene que el periodismo venezolano ha tenido un impacto regional importante, gracias a las diversas alianzas y trabajos colaborativos, y que en el país se está haciendo el mejor periodismo posible dadas las circunstancias. 

“Es difícil hacer periodismo en Venezuela, porque los periodistas no solamente nos dedicamos a hacer periodismo”, dijo Batiz. “El periodista tiene que ver cómo encuentra la medicina para su papá, para su mamá, para sus familiares enfermos, cómo resuelve el tema de la comida, servicios públicos, educación y además tiene que hacer su trabajo lo mejor posible”.

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