Las familias de dos periodistas colombianos asesinados hace 20 años anunciaron el 24 de abril, día en que se cumplió la prescripción del caso, que pedirán justicia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) luego de que la Fiscalía nacional anunciara que no seguirá investigando, informó la agencia EFE.
Julio Daniel Chaparro y Jorge Enrique Torres, periodistas del diario El Espectador, realizaban en 1991 un reportaje sobre la masacre ocurrida en Segovia, en el norte del país, en 1988 cuando fueron acribillados. La investigación de esta matanza perpetrada por paramilitares era parte de una serie sobre crímenes masivos a los que Chaparro había bautizado como “Lo que la violencia se llevó”.
"En la investigación hubo irregularidades y no fue exhaustiva, por lo que recurriremos a instancias internacionales con el fin de encontrar la verdad", afirmó el historiador Daniel Chaparro, hijo del periodista asesinado.
Los principales periódicos de Colombia escribieron editoriales para criticar la decisión de no seguir investigando el caso. El Tiempo enfatizó que aunque los homicidios de periodistas han disminuido, “otras modalidades de intimidación, como las interceptaciones, se han agravado” y afirmó que “la impunidad es el peor de los mensajes que el Estado puede enviar".
El Colombiano.com escribió que el país sigue sumido en una espiral de violencia y los reporteros, bajo el imperio de las amenazas y la intimidación.
Organizaciones de defensa de la libertad de prensa como la Fundación Para la Libertad de Prensa (FLIP) y Reporteros Sin Fronteras (RSF) pidieron recientemente a las autoridades declarar los asesinatos de los dos periodistas como crímenes de lesa humanidad para evitar su prescripción, tal como se hizo en julio del 2010 con el caso de Guillermo Cano, director del periódico El Espectador asesinado en 1986.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.