Por Samantha Badgen
Tras un incidente el 10 de abril cuando dirigentes políticos y gremiales Argentinos agredieron verbalmente a Marina Hermoso, periodista de CN23, el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) publicó un comunicado exigiendo el fin a la estigmatización de periodistas por hacer su labor.
Según el comunicado, el dirigente del sindicato Luis Barrionuevo acusó a Hermoso de haber hecho preguntas en diligencia de los dueños de la señal de noticias donde ella trabaja cuando ella hizo una pregunta que no les fue a su agrado.
“Esto representa una actitud repudiable y agraviante para cualquier periodista que realiza, ni más ni menos, que su labor profesional,” dice el comunicado, agregando que no es la primera vez que personajes de peso utilizan estas desautorizaciones contra periodistas por el medio en que trabajan.
También recalcaron las descalificaciones realizadas por los seguidores de los dirigentes, que aplaudían y celebraban las interrupciones y los insultos a los periodistas que formulaban preguntas que les molestaban.
“En más de una ocasión FOPEA le ha exigido a los referentes de los diversos sectores que las conferencias de prensa deben realizarse sin ‘hinchada’, permitiendo a los periodistas realizar sus preguntas con toda libertad y sin la presión intimidante de aquellos que… nada tienen que hacer en el marco de ese ejercicio profesional cuya principal finalidad es informar a la ciudadanía”, dijo FOPEA.
En los últimos años varios representantes de todos los sectores e ideologías han tomado parte en esta práctica, como el expresidente Néstor Kirchner con periodistas del Grupo Clarín y Radio Continental, el diputado nacional y líder del Frente Renovador, Sergio Massa con un periodista de CN23 y el jefe del gobierno de Buenos Aires, Mauricio Macri con un periodista de Radio del Plata.
Otros atropellos similares han sido los del vicepresidente argentino, Amado Bodou, cuando – en sus años como ministro de Economía – acusó a periodistas de Clarín y La Nación de ser como las personas que “limpiaban las cámaras de gas” en los campos de concentración nazis, y el ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno, quien insultó a periodistas de Clarín diciéndoles que “tenían sus manos manchadas con sangre”, y que eran “casi cómplices de la dictadura”.
En el comunicado, FOPEA afirma que este tipo de agresiones se repiten en muchas provincias del país, y a veces llegan a impedir el acceso a determinados lugares públicos a ciertos periodistas de medios “críticos” a la vez que se les permite a los que trabajan para “prensa amiga”.
“Cabe recordar que muchas de estas estigmatizaciones han tenido consecuencias violentas para periodistas de unos u otros medios. Desde escraches públicos hasta agresiones físicas en marchas o manifestaciones. Y eso es responsabilidad también de quienes, detentando una cuota de poder o representatividad, no midieron sus palabras o sus hechos al vincular en sus ataques a los periodistas”.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.