“Nosotros, los periodistas, casi nunca cambiamos nada. Nuestro oficio no consiste en cambiar el mundo, sino en soñar con hacerlo; en armarnos de un manojo de convicciones y atarnos a ellas como náufragos, soñando con que si investigamos con despiadado rigor, si escuchamos con paciencia infinita a la realidad, si escribimos lo más hermosamente posible, conseguiremos decir al menos una verdad y que haciéndolo habrá una mentira menos aleteando en el mundo”.
Las palabras del periodista salvadoreño Carlos Ernesto Martínez, de El Faro, resumieron el espíritu de la ceremonia de entrega del Premio María Moors Cabot 2024, que se llevó a cabo el pasado 8 de octubre en la Universidad de Columbia, en Nueva York.
Martínez fue uno de los cuatro periodistas que recibieron este año la Medalla de Oro del Premio Cabot, que reconoce anualmente, desde 1938, a “periodistas y organizaciones de noticias por su excelencia profesional y cobertura del hemisferio occidental que promueve el entendimiento interamericano”.
El fotoperiodista brasileño Lalo de Almeida, de Folha de S.Paulo; el periodista estadounidense John Otis, de NPR y del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ); y la periodista estadounidense Frances Robles, de The New York Times, también recibieron la Medalla de Oro del Premio Cabot este año.
El think tank y organización de periodismo de investigación InSight Crime y la periodista argentina Laura Zommer, pionera en fact checking en América Latina, recibieron una mención honorífica del Premio Cabot 2024.
“Los periodistas que estamos homenajeando esta noche representan lo mejor de nuestro sector, cubriendo algunos de los temas más críticos de la región, utilizando tanto el estilo tradicional como las últimas innovaciones”, dijo Rosental Alves, presidente de la junta directiva de Cabot y director del Centro Knight para el Periodismo en las Américas, que publica LatAm Journalism Review (LJR), durante la ceremonia.
El fotoperiodista brasileño Lalo de Almeida trabaja para el diario Folha de S. Paulo desde hace 30 años. Ha recibido varios premios por su cobertura de temas socioambientales en la Amazonía, la crisis climática y las migraciones en varios países.
“Sus imágenes nos muestran no sólo un mundo que vale la pena salvar, sino que también reflejan la empatía y el profundo respeto con el que trata las historias y las personas a las que dirige su mirada”, dijo la junta directiva de Cabot que le otorgó la Medalla de Oro por su “notable talento, tenacidad, integridad periodística y coraje para seguir documentando las fuerzas destructivas que amenazan nuestro medio ambiente”.
Almeida fue el primer ganador del Premio Cabot en recibir su medalla y dirigirse a la audiencia durante la ceremonia.
“Aprovecho esta oportunidad para rendir homenaje a mis colegas que viven y trabajan como periodistas en la Amazonía. Espero que este premio les sirva de incentivo también a ellos”, afirmó Almeida.
Dijo que el trabajo de los fotoperiodistas se ha vuelto cada vez más solitario, con cada vez menos conversaciones y comentarios de editores y colegas, también debido a la reducción de las salas de redacción.
“Después de 30 años de dedicación, me di cuenta de que, en ocasiones, mis fotografías han conseguido comunicarse con las personas, haciéndoles reflexionar sobre nuestra relación con el planeta”, dijo Almeida. “Y aunque la audiencia era pequeña, ya que la mayor parte de mi trabajo se publica en un periódico brasileño, creo que vale la pena. Lo volvería a hacer. En cierto modo, este premio lo confirma. Y para un fotógrafo que se siente inseguro sobre su propio trabajo, este reconocimiento es una gran motivación para seguir fotografiando”.
El periodista salvadoreño Carlos Ernesto Martínez, reportero de investigación de El Faro, tiene 24 años de experiencia cubriendo migración, tortura, violaciones de derechos humanos, crimen organizado y sistemas penitenciarios en Centroamérica.
La Junta de Cabot lo describió como “uno de los principales reporteros del hemisferio occidental” y dijo que “ha aportado experiencia en el terreno, coraje y una fuerte voz narrativa a textos cortos, libros y documentales”. Él recibió la Medalla de Oro por “en reconocimiento a su firme compromiso con el mejor periodismo”, dijo la junta.
Durante el acto, Martínez narró su trayectoria y la de su país en las últimas décadas, destacando la promesa de democracia en El Salvador cuando llegó el fin de la guerra civil, y el reciente ascenso del autoritarismo con la llegada de Nayib Bukele, actual presidente del país, al poder.
“Me convertí en periodista gracias a la llegada de la democracia y mi generación se lanzó muy pronto a estrenar las nuevas libertades conseguidas gracias al sacrificio y a la sangre de tantos”, dijo Martínez. “Tres décadas después del fin de la guerra civil, perdimos de nuevo nuestra democracia. Mi país está gobernado por un sólo hombre que lleva en ristre su arma principal: el relato de un país que no existe”.
De la ingenuidad del joven que creía que el periodismo podía cambiar el mundo para mejor, se pasó a la renuncia del experimentado periodista que cree que “reina, como nunca antes, la mentira”.
“Caudillos multimillonarios han convencido al mundo, a través de sus feudos en internet, que la libertad consiste en el derecho a mentir, en el derecho de engañar a la gente para que tomen decisiones que las perjudican. Y los periodistas le predicamos al mar hallazgos y descubrimientos que naufragan como barquitos de papel en medio del oleaje de la rabia y la desinformación”, afirmó.
Es a partir de la conciencia de estas verdades que los periodistas podemos avanzar, partiendo del entendimiento de que el trabajo del periodista no consiste en cambiar el mundo, sino en soñar con hacerlo y perseguir ese sueño, dijo Martínez.
El periodista estadounidense John Otis llegó a Panamá en 1989 y desde allí “dedicaría su vida a explicar América Latina a sus compatriotas estadounidenses”, dijo la junta de Cabot.
Otis vive en Bogotá, Colombia, desde 1997 y ha trabajado para medios como United Press International, Houston Chronicle y TIME. Durante la última década, ha trabajado como corresponsal de NPR, la radio pública estadounidense, y colaborador especial de The Wall Street Journal y la revista Americas Quarterly. También trabajó durante 13 años como consultor del CPJ.
La Junta de Cabot le ofreció la Medalla de Oro por “su destacada contribución al entendimiento interamericano a través de su excelente trabajo periodístico”.
Otis dijo que le gusta el hecho de que el Premio Cabot no se trata sólo de “corresponsales extranjeros gringos”.
“Los Cabot son una luz que brilla para periodistas latinoamericanos. Y la verdad es que dependemos absolutamente de ellos para hacer nuestro trabajo. Claro, la prensa internacional presenta muchas historias, primicias e investigaciones excelentes, pero también hay una buena parte de nuestro trabajo que se inspira en reportajes realizados por nuestros colegas latinoamericanos”, dijo Otis.
Dijo que se siente en deuda con la comunidad de periodistas latinoamericanos y, también por esta razón, ha trabajado con el CPJ en la región. “Infortunadamente, resultó ser mucho más trabajo del que esperaba”, dijo Otis.
“Me gustaría decirles a todos los periodistas, editores, reporteros y fixers valientes y desconocidos de toda América Latina, que tal vez nunca ganen premios, pero que nos han ayudado a mí y a mis compañeros corresponsales extranjeros en nuestro camino: muchísimas gracias”, dijo.
La periodista Frances Robles es reportera del New York Times y durante más de un cuarto de siglo “ha sido una voz autorizada en las Américas, relatando historias únicas, históricamente significativas y reveladoras”, señaló la junta de Cabot. Ella ha cubierto desastres naturales, guerrillas, corrupción, migración, democracia y desigualdad en América Latina, entre otros temas.
“Es de destacar que Robles ha centrado su atención en un tema que la Junta considera uno de los más apremiantes de la región en la actualidad: el crecimiento del autoritarismo político que amenaza la democracia en muchos países”, dijo la junta que le dio la Medalla de Oro por” su iluminación conmovedora y enfocada con láser de las crisis de la región y los triunfos ocasionales”.
Robles dijo que cuando Marty Barón, su entonces editor del Miami Herald, le pidió que se mudara a Managua y fuera jefa de la oficina, tuvo que mirar el mapa para encontrar la ubicación de la capital nicaragüense. Desde entonces, ha pasado varias veces por Bogotá, Puerto Príncipe, San Pedro Sula, Caracas y La Habana, dijo.
“Mi reconocimiento por la necesidad de dar testimonio de la libertad de expresión y del derecho a informar la verdad en nombre de los desfavorecidos ha crecido exponencialmente. En Nicaragua observé de primera mano lo que sucede cuando se pierden estas libertades”, dijo Robles. “Mis colegas ganadores estarían de acuerdo: esto no es sólo publicar, no es un hobby, no es una pasión. Es un deber y una responsabilidad”.
Los periodistas Steven Dudley y Jeremy McDermott, cofundadores de InSight Crime, recibieron una mención honorífica por la organización fundada en 2010 y especializada en investigaciones sobre el crimen organizado en América Latina.
“Los informes de la organización revelan cómo el crimen organizado y la violencia resultante se han convertido en fuerzas impulsoras de la migración masiva y la degradación ambiental, incluida la minería y la tala ilegales que contribuyen al cambio climático”, dijo la junta de Cabot.
Dudley destacó que la mención del Premio Cabot es “un premio al equipo” y mencionó a algunos de los 40 compañeros que forman parte de la organización.
“Creamos esta organización porque vimos una necesidad. Sentimos que había una brecha en nuestra comprensión de lo que era y sería el crimen organizado. Estaba y está evolucionando, posiblemente más prevalente y extendido ahora que cuando empezamos”, dijo Dudley.
McDermott también celebró a sus colegas y destacó la importancia de las fuentes en el trabajo que realizan en InSight Crime.
“Estas fuentes tienden a haber soportado un sufrimiento extraordinario y muestran un coraje heroico al hablar con nosotros. Un periodista es tan bueno como sus fuentes. Creemos que es nuestro deber y, de hecho, nuestro privilegio caminar sobre el terreno y construir las historias desde el terreno, utilizando sus voces como fuentes primarias”, dijo McDermott.
La periodista Laura Zommer “revolucionó el periodismo, primero en Argentina y luego en toda América Latina”, afirmó la junta de Cabot.
Zommer fue directora de Chequeado, medio argentino pionero del fact-checking en América Latina; lanzó la red LatamChequea, que reúne a organizaciones latinoamericanas de verificación de datos; y cofundó Factchequeado, una iniciativa de verificación de datos dirigida a audiencias de habla hispana en Estados Unidos.
La Junta de Cabot le otorgó una mención honorífica “reconociéndola como una visionaria y un faro de integridad e innovación en el periodismo moderno en las Américas”.
Zommer dijo que esta mención no era solo un reconocimiento a ella y al equipo de Factchequeado, sino a todas las personas comprometidas con el desarrollo de mejores soluciones para enfrentar la desinformación.
“Quienes ganan dinero con mentiras, quienes desacreditan a sus adversarios con engaños, quienes apuestan a la polarización y la violencia, quienes se lucran con el diseño y la opacidad de los algoritmos de las redes sociales, quienes usan las tecnologías sin considerar los dilemas éticos que conllevan, nos obligan a quienes hacemos periodismo a ser más rigurosos, más creativos y más atrevidos que nunca”, dijo Zommer.