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Grupo de reconocidas periodistas latinoamericanas lanzan centro de periodismo investigativo transnacional

Cinco reconocidas periodistas acaban de lanzar un nuevo proyecto periodístico que busca explicar con periodismo de investigación colaborativo los fenómenos que cruzan fronteras en América Latina.

El Centro Latinoamericano de Periodismo Investigativo (CLIP) abordará asuntos transnacionales de corrupción a gran escala y prácticas ilegales y antiéticas.

“La idea de CLIP es estar sobre todo al servicio del periodismo latinoamericano”, dijo María Teresa Ronderos, una de las fundadoras y directora del CLIP, al Centro Knight. “Vamos nosotros a liderar proyectos de colaboración transnacional de periodismo de investigación, y queremos buscar a la gente más calificada para trabajar en estas cosas, pero, también estamos al servicio de apoyo y desarrollo de esos proyectos que otra gente ya esté cocinando y que no ha logrado tener una guía, pero que es puramente colaborativo. Eso es”.

Las fundadoras del CLIP.

Detrás del proyecto están las periodistas argentinas Marina Walker Guevara, directora adjunta del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), y Emiliana García, directora de La Voz de Guanacaste en Costa Rica; Ronderos de Colombia, exdirectora del Programa de Periodismo Independiente de Open Society Foundations; la costarricense Giannina Segnini, directora de la maestría de Periodismo de Datos de la Universidad de Columbia; y Natalia Viana, directora de Agência Pública de Brasil.

Son periodistas premiadas que crearon sus propios medios independientes de periodismo investigativo, han sido reconocidas con importantes premios periodísticos como el Premio Pulitzer y el Maria Moors Cabot y han participado en la capacitación y soporte de sus colegas en el continente americano.

La idea de un centro investigativo latinoamericano surgió en el 2015 durante un taller periodístico en Praga, en una conversación entre Walker, Ronderos y Segnini. Ellas prometieron juntarse y crear el centro cuando tuvieran el tiempo para dedicarse a ello. Le llamaron “el pacto de Praga”, contó Ronderos. Cuando Ronderos dejó Open Society a fines de 2018, las periodistas se comprometieron a cumplir el pacto.

Ellas advirtieron junto a sus colegas y otras redes internacionales, contó Segnini al Centro Knight, que no existía un lugar en donde se pudiera centralizar los diferentes aspectos y etapas de sus investigaciones periodísticas. “No hay nadie como CLIP no porque no haya nadie haciendo cosas, sino porque este es específico para buscar patrones mediante el uso de la tecnología, junto con los aliados... Más Lava Jatos queremos encontrar”.

“Realmente no queremos reemplazar nada de lo que existe sino todo lo contrario, queremos sumar a todo lo que ya hay. Hay gente haciendo periodismo increíble en toda la región y lo que queremos es pues trabajar con ellos”, expresó Segnini.

El equipo permanente de CLIP está integrado por Ronderos como directora, García como gerente, Rigoberto Carvajal como ingeniero de datos especializado en tecnologías y ciencias de datos, y el periodista colombiano Andrés Bermúdez Liévano.

Aunque el grupo estuvo trabajando desde mayo, CLIP lanzó su página web el 12 de agosto y la estrenó con un reportaje transfronterizo en el cual colaboró con otros 15 medios de 13 países de la región. “Transnacionales de la Fe” es el reportaje sobre la influencia de los grupos evangélicos en las élites del poder de los países del continente americano.

Ronderos contó que esta investigación empezó dentro del proyecto Columbia Journalism Investigations de la maestría de Periodismo de Datos de la Universidad de Columbia, que dirige Segnini. El CLIP, una vez que obtuvo un financiamiento de Atlantic Foundation, empezó a trabajar en ello dándole soporte al proyecto, a coordinar, editar, a “volverlo realidad” y a ofrecerles una plataforma en donde se podía publicar todo, y además “todo el mundo publicó en sus propios medios”, dijo Ronderos. Algunos medios aliados empezaron a publicar desde junio, y el resto en agosto, agregó.

Además de CLIP, en este reportaje colaborativo participaron sitios periodísticos independientes como El Faro de El Salvador, Agência Pública de Brasil, El Surtidor de Paraguay, Contracorriente de Honduras, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, Ciper de Chile, Armando.Info de Venezuela, el periódico El Tiempo de Colombia, Nómada de Guatemala, La Voz de Guanacaste y el Semanario Universidad de Costa Rica, y el periodista Jonathan Castro.

CLIP ha publicado artículos de la investigación transnacional “Transnacionales de la Fe” en su sitio. (Captura de pantalla).

Emiliana García explicó al Centro Knight que para el trabajo de los siguientes reportajes colaborativos que realicen, CLIP tendrá su propio centro de datos donde almacenar y compartir la información de las investigaciones.

Es decir, CLIP tiene por un lado la parte de coordinación editorial e investigación, que es el área más grande, y por otro lado tiene el centro de datos, la cual aún estará en proceso por unos meses más. La idea es “crear una especie de centro común de datos para facilitarle las investigaciones a los periodistas de investigación latinoamericanos que puedan entrar allí en el futuro y puedan fácilmente encontrar un montón de información en un solo sitio, para que sea una data que se pueda usar, que se puede comparar entre países”, resaltó Ronderos.

Por ejemplo, explicó Segnini, vamos a empezar a “recopilar información y datos abiertos de toda la región para extraer y entender, y ver patrones en términos de contratación administrativa y otros indicadores. Este va a ser un servicio que queremos darle a todos los que trabajen con CLIP”.

El modelo de negocio del CLIP se basa, en principio, en los fondos que le aportan inicialmente las organizaciones sin fines de lucro como Atlantic Foundation y Tinker Foundation, pero también en la creación de un ‘brazo de negocios’ que le permita capitalizar sus contenidos.

Como becaria del Tow-Knight Center for Entrepreneurial Journalism, García creó un plan de negocios “innovador y atractivo” para CLIP que la ayudó a pensar en estrategias de marketing y liderazgo. De acuerdo con García, esta oportunidad de negocios a partir de sus contenidos incluye: venta de productos de los datos generados, como por ejemplo vender reportes a entidades e instituciones; capacitaciones y entrenamientos en datos, ‘data boot camp’; y negociar la propiedad intelectual de sus contenidos para que estos se transformen en otros productos como películas, libros, series de televisión, documentales, etc.

Dentro de un mes y luego a principios del próximo año, contó Ronderos, el centro publicará dos importantes reportajes colaborativos transfronterizos con el apoyo de la organización periodística Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP).

Los reportajes de investigación colaborativos y transfronterizos “no son importantes, ¡son indispensables!”, resaltó Segnini. “Ya no se puede investigar como hacíamos antes, a lo lobo solitario, es una pérdida de todo, de recursos. Para empezar, que no se ve el panorama completo, (...) todos los grandes casos de corrupción que conocemos, y que cada vez son más, tienen el mismo comportamiento, o sea hay una receta y un patrón que los replican en todas partes”, concluyó.

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