¿Existe la libertad de expresión en México? Tras la nueva ola de violencia contra la prensa en el país, que incluye el asesinato de dos periodistas en los últimos 15 días, el hallazgo del cuerpo de otro reportero en una fosa clandestina y el secuestro de un comunicador, periodistas y organizaciones de defensa de la libertad de prensa están más inclinados hacia una respuesta negativa.
El homicidio del periodista de Notiver Miguel Ángel López Velasco, su esposa e hijo --también reportero gráfico del mismo medio-- a manos de un comando armado, caló hondo en el gremio, que ya cuenta alrededor de 70 periodistas asesinados y más de una docena de desaparecidos desde el 2000.
Pablo Hiriart escribió en Etcétera que la masacre de la familia López Velasco refuerza la idea del informe que publicó Freedom House en mayo y que colocó a México en la lista de países donde la prensa no es considerada libre o independiente. "Libertad de expresión no es únicamente que el Estado permita hablar y escribir, sino que nadie muera por decir lo que piensa o lo que sabe", afirmó Hiriart.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) fue un poco más lejos y anunció que espera "acciones concretas de las autoridades para frenar la violencia que desgasta, mutila y asesina a la prensa", según señaló el presidente del organismo, Gonzalo Marroquín. "Aquí no se trata de silenciar sólo al periodista, sino que también se ejecuta a su familia", enfatizó.
Notiver, el periódico de mayor circulación en el estado mexicano de Veracruz, en la costa del Golfo, suspendió su emisión el martes en "señal de duelo y como forma de protesta silenciosa" por el asesinato, según Univisión. Medidas más radicales de protección a los periodistas como la autocensura han sido aplicadas por otros medios en las regiones más violentas de México.
En una nota titulada "Otro periodista asesinado en México: ¿Dónde está el Estado?", Crónica Viva dio voz a la Federación de Periodistas de América Latina y el Caribe (FEPALC) en sus demandas y críticas contra el Estado mexicano, "que parece inerte ante los crímenes".
A pesar del compromiso de las autoridades y medios para avanzar hacia medidas que brinden mayor protección a los periodistas en México, especialmente a aquellos que cubren los sectores más violentos --ligados a las actividades del narcotráfico-- no se ha logrado poner freno a los ataques a la prensa.
Mientras la FEPALC instó a las autoridades mexicanas a no desvincular los crímenes del ejercicio de la profesión de periodista e investigar ¿quiénes y por qué matan a nuestros compañeros?, Nohemí Vargas Anaya escribió en Cambio de Michoacán que después de tantas investigaciones sin resultados "ya no les creemos. ¿Usted les cree?". Vargas Anaya expresó también su preocupación por el efecto de la violencia actual en las futuras generaciones de periodistas en el país: "¿Qué modelos de periodistas siguen hoy los estudiantes que se quieren dedicar a esta profesión?... Y es que cuando matan o desaparecen a un periodista no sólo se pierde una vida. Juntos perdemos, de a poco, nuestra libertad".
Para más información sobre las amenazas al periodismo en México vea el siguiente mapa del Centro Knight.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.
