Como consecuencia de su ineficacia para procesar delitos en contra de los periodistas o de su presión hacia los medios, las autoridades estatales mexicanas se han convertido en un “grave obstáculo” para la libertad de prensa del país, según un informe publicado en conjunto por la Asociación Mundial de Periódicos y Editories de Noticias (WAN-IFRA) y el Instituto Internacional de la Prensa (IPI).
El informe que fue dado a conocer este lunes 15 de abril tuvo como base la visita de tres días que hizo una comisión de estas dos organización el pasado febrero al país latinoamericano. El objetivo de la visita era evaluar las medidas adoptadas por el Gobierno federal así como por los propios medios de comunicación para garantizar la seguridad de los periodistas del país.
Las medidas que analizó la comisión fueron la implementación del Sistema federal de protección para periodistas en peligro y la de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión, FEADLE.
“Nuestra visita a México reveló el abismo que existe entre la aparente voluntad del gobierno federal de abordar seriamente el problema de la seguridad, por un lado, y la reticencia por parte de algunos estados para reconocer que la libertad de expresión se halla amenazada y hacer algo al respecto”, explicó Vincent Peyrègne, director general de WAN-IFRA, quien agregó que estos esfuerzos tendrán escasos o nulos resultados “si el gobierno federal no aborda la falta de responsabilidad política a escala estatal”.
El informe también destaca los ataques a medios y periodistas por parte del crimen organizado, que ha llevado a que los reporteros se conviertan en “desplazados internos” al huir de otras regiones hacia la Ciudad de México. Para aquellos periodistas que deciden permanecer en las provincias, su única medida de autoprotección es la autocensura.
Desde el año 2000, 70 periodistas han perdido la vida, y desde el 2006 México ha sido sistemáticamente el país más peligroso para los periodistas, según cifras del IPI.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.