Un juez de inmigración de Estados Unidos volvió a negar el pedido de asilo a un periodista mexicano que huyó de su país hace una década por temor por su vida.
El juez Robert Hough negó las solicitudes de Emilio Gutiérrez Soto y su hijo el pasado 28 de febrero de 2019. El abogado del periodista ha presentado una apelación ante la Junta de Apelaciones de Inmigración (BIA, por sus siglas en inglés).
Emilio Gutiérrez Soto. (Cortesía).
“Era algo que ya esperábamos. El juez tomó el proceso legal como algo personal, porque ha desestimado absolutamente todos los argumentos que hemos presentado. Después de 10 años y medio, hasta hoy me reconoció que soy periodista, pero no creíble, cuando el Gobierno de los Estados Unidos reconoció mi miedo creíble. Es una gran contradicción”, dijo Gutiérrez, quien actualmente es becario Knight Wallace en la Universidad de Michigan, al Centro Knight para el Periodismo en las Américas.
Él y su hijo huyeron de México en 2008 después de que alguien le dijo que el Ejército planeaba matarlo, aparentemente debido a que había reportado sobre presuntos abusos contra civiles. Solicitó asilo en la frontera entre México y Estados Unidos, pero fue puesto en detención.
En la decisión de febrero de 2019, el juez encontró que Gutiérrez “no era un testigo creíble” y también que no hay suficiente testimonios o evidencia para demostrar que fue perseguido en México o que será perseguido si regresa, de acuerdo con la decisión.
El juez dijo que las supuestas amenazas de militares contra Gutiérrez no eran suficientes para establecer una persecución en el pasado. En cuanto a si perseguiría en el futuro, el juez señaló la capacidad de mudarse a otra zona de México, la falta de pruebas de que los militares conocieran las denuncias actuales de Gutiérrez y las leyes mexicanas que protegen a los periodistas.
Hough descartó la protección a Gutiérrez basada en la opinión política o por pertenecer a un grupo social. Por lo tanto, negó la solicitud de asilo, así como la solicitud de Gutiérrez de la suspensión de la expulsión y la solicitud de protección en virtud de la Convención contra la Tortura (CAT, por sus siglas en inglés).
Cuando el Centro Knight se contactó con la Oficina Ejecutiva de Revisión de Inmigración (EOIR, por sus siglas en inglés) para una entrevista con el juez Hough, se le dijo que los jueces de inmigración no conceden entrevistas o comentarios sobre las decisiones.
Es la segunda vez que el juez consideró este caso. Primero negó la solicitud en julio de 2017. Sin embargo, la BIA ordenó una nueva audiencia en mayo de 2018, y le pidió al juez que tomara en cuenta las nuevas pruebas.
En el intermedio de esas dos decisiones, Gutiérrez y su hijo fueron casi deportados en diciembre de 2017. A pesar de que una estadía de emergencia detuvo su deportación, estuvieron detenidos en el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) durante siete meses.
Gutiérrez dijo que el juez no sabe lo que está pasando en México, señalando específicamente la mención de Hough al mecanismo de protección. Gutiérrez señaló que uno de los periodistas asesinados en el país este año hacía parte del programa.
“En este nuevo gobierno [de México] no existe tan siquiera un mensaje de aliento ni de solidaridad con el gremio periodístico”, dijo Gutiérrez. “Por el contrario, el nuevo presidente se ha expresado de una manera arbitraria en contra de los medios de comunicación y en contra los periodistas. Sean buenos o seamos malos, merecemos respeto de parte de la primera autoridad de México”.
El periodista dijo que el juez tomó la decisión equivocada y está intentando enviarlos de regreso a México para ser asesinados.
Ahora, Gutiérrez esperará nuevamente la decisión de la BIA sobre su último recurso.
La apelación sostiene que Gutiérrez es un “periodista mexicano que expuso la corrupción del gobierno en México y fue amenazado de muerte en numerosas ocasiones por el Ejército mexicano”.
En cuanto a la opinión política, esta señaló las denuncias de Gutiérrez sobre la corrupción en el Ejército mexicano, tanto en la prensa como en presentaciones y declaraciones públicas. Con respecto a la persecución en el pasado, la apelación establece que Gutiérrez “recibió amenazas de muerte creíbles” de parte de los militares. Sostiene que Hough “ignoró el testimonio creíble del señor Gutiérrez-Soto, sus testigos expertos, las condiciones de México y el hecho de que los periodistas en México siguen siendo asesinados incluso cuando supuestamente están bajo la vigilancia del Mecanismo Nacional de Protección para Periodistas del Gobierno mexicano”.
La apelación dijo que el juez no consideró las condiciones actuales del país, incluyendo la cantidad de periodistas asesinados en México.
También alegó que el juez minimizó a los peritos, y que estaba predispuesto contra Gutiérrez.
Por último, refuta la conclusión del juez de inmigración que Gutiérrez no era creíble, apuntando al apoyo de varias organizaciones internacionales. También dijo que no era razonable exigir pruebas que corroboraran lo dicho por Gutiérrez por parte de un exjefe o de la persona que le informó que sería asesinado, debido a que estas personas podrían ponerse en peligro si lo hacen.
Gutiérrez está culminando su tiempo como becario de periodismo en la Universidad de Michigan.
“Ha sido un reencuentro con mi oficio, el oficio del periodismo”, dijo Gutiérrez, quien lo considera su pasión.
Dijo que ha habido una buena respuesta de la comunidad universitaria con respecto a su caso.
“En Estados Unidos existe gente muy, muy solidaria, gente que detesta las guerras, gente que detesta la deshonestidad, y es algo que en mi caso, yo agradezco que nos hayan dado esa oportunidad de poder hablar con todos ellos y ofrecer lo que existe en nuestro caso”, dijo Gutiérrez.
