Laura Pollán, defensora de los derechos humanos en Cuba, murió el viernes 14 de octubre por complicaciones respiratorias en un hospital de La Habana, según informó el diario New York Times. Pollán era vocera de las Damas de Blanco, un grupo que exige la liberación de presos políticos en Cuba.
Pollán fue esposa del periodista independiente Héctor Maseda Gutiérrez, condenado a 20 años de prisión junto con otros 28 periodistas en la Primavera Negra de 2003. Gracias al activismo de su esposa, Maseda fue liberado en febrero de 2011 a través de un compromiso alcanzado entre el presidente Raúl Castro y la Iglesia Católica.
“Durante la etapa en que su esposo y más de dos decenas de periodistas estaban encarcelados, Pollán trabajó junto al Comité de Protección a Periodistas (CPJ) para hacer llegar pequeñas donaciones a las familias de aquellos reporteros que más las necesitaban”, escribieron Carlos Lauría y María Salazar-Ferro, de CPJ.
“La lideresa de las Damas de Blanco está muerta, y nadie en Cuba podrá jamás llevar una gladiola en sus manos sin pensar en Laura Pollán”, escribió la bloguera cubana Yoani Sánchez para el diario Miami Herald.
Sánchez también denunció la actitud del gobierno cubano frente a la muerte de esta activista. “Por los mismos días en que Laura Pollán agonizaba en terapia intensiva, en la televisión retransmitían un esquemático serial donde se injuriaba a la líder de las Damas de Blanco. Entre los signos más notables de la falta de grandeza del gobierno cubano está su incapacidad para respetar al adversario político, incluso cuando éste se está muriendo”, escribió Sánchez en su blog Generación Y.
Tras su deceso, diplomáticos de Italia, Francia, Suecia, Estados Unidos, Alemania, Polonia y la Unión Europea visitaron la casa de Pollán, de acuerdo con Voz de América.