Nunca en la historia de Brasil fueron atacados los periodistas y los medios periodísticos del modo en que están siendo atacados ahora, comentó Leandro Demori, editor ejecutivo del medio brasileño de periodismo investigativo y de datos The Intercept Brasil. Y todo esto sucede en un contexto de extrema polarización política en el país.
Cuando se desataron las protestas sociales en Brasil en 2013 por un alza de 20 centavos de dólar en el pasaje de bus, dijo Demori, la izquierda – que gobernó durante los últimos 15 años el país – perdió el respaldo de la población ante la crisis y los grupos de derecha aprovecharon la oportunidad. Desde entonces, Brasil vive una polarización política y social que solo se ha agudizado más con la entrada del nuevo gobierno en 2019.
Demori fue uno de los periodistas invitados al evento “Medios y democracia en tiempos de cólera digital y polarización en América Latina”, que organizó el Centro Knight para el Periodismo en las Américas y el Instituto Teresa Lozano Long de Estudios Latinoamericanos, Llilas Benson de la Universidad de Texas en Austin, EE.UU. La conferencia tuvo lugar el primer día del mes de noviembre y se transmitió vía Facebook Live.
De acuerdo con la explicación del periodista, los grupos de derecha que entraron en escena cuando empezaron las protestas hace seis años, “reclutaron gente en las calles, invirtieron tiempo y dinero en ellos, y les enseñaron cómo colonizar las redes sociales con una estrategia. Ridiculizar”, añadió.
Esta milicia digital empezó a atacar desde entonces en redes sociales a diversas personas, señaló Demori, incluyendo activistas, políticos y periodistas. Demori fue uno de los afectados.
Por ejemplo, el periodista de The Intercept Brasil contó que varias cuentas de Twitter publicaron antiguos tuits suyos, sin contexto, y emprendieron una campaña de desprestigio en su contra. Demori relató que tuvo que cerrar temporalmente su cuenta pero que poco después de hacerlo decidió defenderse y exponer a los agresores en esa red social.
En los últimos dos años, The Intercept Brasil ha revelado filtraciones importantes de información que han implica a varios personajes políticos y empresarios en el caso Lava Jato, el mayor escándalo internacional de corrupción política y corporativa con la empresa de construcción brasileña Odebrecht.
Desde el mes de junio, los periodistas de The Intercept Brasil cuentan con guardias de seguridad privados para poder andar más seguros en las calles y en la oficina, contó Demori. Esto como consecuencia de la publicación de la nueva serie Vaza Jato. The Intercept Brasil publicó una filtración de mensajes y reportajes investigativos que habrían revelado una colaboración entre jueces y fiscales que investigan el escándalo Lava Jato.
A partir de entonces, contó Demori, empezaron a notar que eran seguidos y filmados en las calles por desconocidos. El gobierno empezó a amenazarlos con expulsar de Brasil al fundador de The Intercept, Glenn Greenwald, y con arrestar a Demori. El gobierno reforzó su discurso en contra de la prensa.
“Nunca nos sentimos tan inseguros como ahora”, dijo Demori.
Otro fenómeno que está teniendo lugar tanto en Brasil como en muchos otros países de América Latina y del mundo es la desinformación. Durante las elecciones presidenciales de Brasil en octubre de 2018, el volumen de noticias engañosas y falsas que proliferó en redes sociales no tuvo precedentes en el pasado de Brasil, informó The New York Times en Español. Ese ambiente de desinformación y polarización continúa.
En ese contexto hostil y con un gremio periodístico poco unido en Brasil, explicó Demori, lo que están tratando hacer desde su medio es acercarse más a la gente, contando las noticias y las historias complejas en términos sencillos, siendo menos intelectuales.
“El 95% de la prensa en Brasil escribe y habla para intelectuales. Es realmente difícil comprender lo que está escrito en los periódicos, están llenos de palabras burocráticas y clichés”, expresó Demori.
Según Demori, cerca del 70% de los brasileños no puede leer y entender un simple artículo. “Entonces, necesitamos hablar con ellos, a través de videos, tal vez, Whatsapp, GIF, imágenes, caricaturas, necesitas entender qué es lo que necesitan”, entre otros, explicó Demori.
De acuerdo con la evaluación del Indicador de Analfabetismo Funcional (INAF) de la Unesco en 2018, el 71% de brasileños no consigue leer con coherencia y comprensión crítica, publicó el diario Estadão.
Una de las estrategias de The Intercept Brasil para cubrir noticias de forma más local y llegar a la gente menos privilegiada que vive en la periferia de las grandes ciudades, es contratar a gente de las favelas en su sala de redacción.
El sitio empezó el año pasado a contratar a gente de las favelas Maré y Jacarezinho, como practicantes, reporteros y ahora están buscando un editor para que trabaje con ellos localmente. En ese sentido, Demori dijo: “No vamos a cambiar las cosas mañana, pero creo que va a funcionar”.