Por Maira Magro
Las Madres de Plaza de Mayo, asociación que reúne a mujeres que perdieran a sus hijos durante la dictadura argentina (1976-1983), montaron el jueves 29 de abril un insólito juicio ético público a periodistas y medios de comunicación que en su opinión fueron cómplices del régimen militar, reportó EFE.
El evento ocurrió en la plaza al frente de la Casa Rosada, la sede del gobierno argentino. Según reportes de prensa, la presidenta de la organización, Hebe de Bonafini, hizo el papel de jueza, mientras los periodistas y medios en el banquillo fueron representados con afiches con sus trabajos y fotografías.
Diferentes miembros de la asociación hicieron de fiscales y acusaron a siete periodistas y cinco medios —entre ellos, Clarín y La Nación— de colaborar con la dictadura. Otros periodistas y activistas hicieron de testigos. La sentencia condenó a todos los acusados por el delito de “traición a la patria”, añade La Nación.
El simulacro de juicio generó varios cuestionamientos desde la oposición, aunque el gobierno optó por mantener distancia, explica la agencia DPA. Varios parlamentarios intentaron impedir la realización del juicio, pero la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se negó a intervenir, pues ello atentaría contra la libertad de expresión, y aseguró que mientras ella sea la jefa de Estado no habrá “una sola orden” para reprimir protestas, agrega la agencia estatal Télam.
La Comisión de Libertad de Expresión de la Cámara de Diputados repudió el evento así como la difusión en Buenos Aires de carteles anónimos en los que se acusa varios profesionales de la prensa en forma anónima, añade Clarín. El gobierno ha negado también su injerencia en esta campaña.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.